El liberalismo se acerca
Osvaldo Rolleri Aragón
Investigador, especializado en Seguridad. Corresponsal desde España de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


El liberalismo o neoliberalismo, ha sido acusado intencionalmente de ser el responsable de todos los males de la humanidad, por parte del socialismo del siglo XX y XXI, los populistas, los demagogos, tiranos y otras variantes opresoras y esclavizantes, durante las últimas décadas. El resultado de todos esos ataques, es que hoy, en el imaginario social, de casi todo el mundo, la palabra neoliberalismo se asocia a opresión y pobreza. Además, que sus seguidores son cipayos para extraer las riquezas de los países en desarrollo, para el imperialismo Estadounidense.

Pero, ¿qué está pasando en los últimos años? Los hechos concretos transmitidos a través de las redes sociales, ya incontrolables, están demostrando varias cosas. Primero, que los gobiernos que se declaran socialistas (o de izquierda) han creado pobreza, impuestos, endeudamiento y degradación social (violencia, inseguridad, etc.).

Segundo, esos gobiernos han demostrado un desprecio por las instituciones y la democracia, altamente significativo, similares a Gadafi, Sadam Huseim, Chávez, entre otros.

Tercero, han violado o tratado de violar todos preceptos republicanos tratando de permanecer en el poder en forma definitiva, apropiándose de todos ámbitos donde se pudiera controlar el poder para hacerlo absoluto.

Cuarto, han tratado de atomizar o destruir la oposición, controlar los medios de comunicación, formando una secta afín al gobierno bien remunerada, y grandes sectores clientelistas. Quedando enfrente, el resto de la población; o sea, los “enemigos del gobierno”, que son quienes piensan distinto, como en Argentina o Venezuela. Quinto, las corporaciones políticas (sectores del gobierno, instituciones, empresas y organismos vinculados al poder) han amasado fortunas incalculables, por vía de una importante disminución del nivel de vida de sus habitantes.

Lo relatado, está siendo apreciado por las poblaciones, y se empiezan a ver expresiones, por vía electiva, como en Francia, en Dinamarca, Austria, Polonia, etc. Pero también, manifestaciones directas como en Brasil, donde se reclamaba por el feroz gasto para el Mundial de Fútbol, triplicando su presupuesto original para retornos (corrupción) y pago de campañas políticas (costosísimas). Es así, que la gente se está agotando de los cantos de sirena, demagógicos, donde se escucha a los políticos y gobernantes que van a mejorar la vida de los pobres, y que están trabajando denodadamente para el pueblo. Pero luego, solo hay aumentos de precios e impuestos, disminución de servicios, aumentos de la inseguridad; o sea disminuye el poder adquisitivo de los habitantes y su calidad de vida. Mientras, los gobernantes se duplican los sueldos cada tanto, que llegan a la obscena relación de más de 100 a 1 con el sueldo mínimo, sin contar los extras. Además, nombran a familiares y amigos en cargos inaceptables y crean estructuras ficticias para incrementar su poder partidario. Y podríamos seguir con la lista, varias páginas.

Ya la gente percibe, que esos ‘hombres nuevos’, socialistas, que llegan al poder, y que exigen el poder total para ayudar al pueblo, son como decía Ayn Rand, ‘una banda de ladrones’, que transfiguran las instituciones para afincarse como tiranos definitivos, y así esclavizar a las poblaciones.

Los pueblos se están cansando de los gobernantes que cambian constituciones o leyes para afincarse en el poder para siempre. Se enriquecen, al igual que sus allegados, y ocultan todos los gastos de sus campañas y demás atrocidades económicas. Como decía un periodista argentino (Neustadt), odiado por todos los sectores políticos, ‘el político llega al poder para arreglar su problema (económico y de falta de poder), no el de la gente’.

Por lo dicho, las poblaciones de distintos países, que ven lo que sucede en Venezuela, Siria, Corea del Norte, como una mínima referencia, no están dispuestas a seguir ese camino; y aunque todos los medios de comunicación, vinculados al poder o el socialismo, insisten en lo malo del liberalismo, ya perciben que en los países donde este se aplicó, la corrupción disminuye, la gente progresa, los impuestos disminuyen, la inseguridad baja, como hizo Suecia, Singapur, o Japón después de la segunda guerra mundial.

Pero, ¿qué es el liberalismo en la práctica? Respeto por la ley, instituciones para hacer valer los derechos individuales, no de los gobernantes y funcionarios. Transparencia de todos los procedimientos estatales y de gobierno; o sea, cualquier ciudadano podrá saber dónde se gastó el dinero recaudado. Alternancia definitiva de todos los funcionarios y políticos, éstos últimos, sin retorno. Eliminación del nepotismo y selección por meritocracia. Porque como decía Lord Acton, ‘el poder corrompe y el poder permanente, corrompe absolutamente’.
En todos los países están surgiendo a través de ONG’s, grupos que sostienen estas ideas y se comienzan a establecer redes mundiales, para tratar de terminar con estas corporaciones políticas que han destruido el bienestar de las poblaciones, en base a la distorsión de la democracia y la república, transformándose en mafias nepotistas que explotan a sus habitantes, dejando secuelas casi irremediables.

Habrá que estar atentos a estos cambios, que van a ser atacados por todos los medios de poder actual, inclusive por la fuerza y la violencia, como en Venezuela. Porque el liberalismo podría ser la nueva rebelión que se acerca, dado que con muchas similitudes, se equipara a la rebelión contra la esclavitud del siglo XIX.

 

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