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Como respuesta a las bajezas chicaneras de todo mal pagador que encuentra en el incumplimiento un fin en sí mismo, una forma de beligerar la propia tropa y tratar de dividir la ajena, desde la cúpula de la Corte Suprema de Justicia que no puede ser catalogada de destituyente del modelo nacional y popular, el mensaje al poder ejecutivo fue claro.

"Nosotros no podemos opinar sobre un Juez extranjero ni sobre una sentencia, porque sostenemos que las sentencias se tienen que cumplir en la Argentina en el todo el mundo" pareció mensajear Lorenzetti al cortesano Zaffaroni.

La última espera que nos dio el Juez Thomas Griesa fue para calificarnos como país de "ilegales".

De ello al desacato sólo resta que nuestro Congreso Nacional apruebe la ley de cambio de pago de la deuda por parte unilateral del deudor, una materia que CFK deberá haber aprobado en la mitad de su carrera aunque no se hubiera recibido de abogada.

Ese desguace jurídico domina actualmente el marco político argentino.

La sinrazón argumentada por el neomarxista Kicillof de frenar el pago y luego cambiar -ipso facto- la jurisdicción de cumplimiento de una sentencia confirmada por Cámara Estadual de Nueva York y la Corte de los Estados Unidos marca el desatino dominante del kirchnerato en retirada en los catorce meses que restan a octubre de 2015. Asusta imaginar cómo serán los 45 días que resten entre la elección presidencial y el cambio de mando en diciembre de 2015.

Incertidumbre, precaución, miedo a defender la microeconomía familiar hoy diluida, recesflación incontenible. Todo ello encuentra como contrapunto a la positiva expectativa de cambio que lleva consigo el gobierno que asuma e fines del año que viene.

Todo ello vence a la temeridad actual del fin de ciclo K.

Faltaríamos el respeto del lector si abundáramos en los delitos cometidos por Boudou antes de ser apadrinado por Sergio Massa y llevado en bandeja de plata al ultrapoder cristinista. El Partido de la Costa y las viviendas cobradas más no ejecutadas sólo son botón de muestra.

Mientras tanto el "vivir con lo nuestro" de Aldo Ferrer se hace realidad.

Scioli ya no podrá solicitar un crédito de U$S 500 millones para cubrir gastos corrientes en el último cuatrimestre del año.

Deberá esperar a que le entreguen parte de los $ 1.350 millones de billetes de $100 conmemorativos de Eva Duarte para pagar sueldos y aguinaldo de diciembre.

Porque deberá "pintarse" papel moneda por $ 135.000 millones como mínimo para atender al deficitario e incontrolable gasto público.

Y frente a ello, a una inflación cercana al 40% anual, estamos más cerca de Venezuela que de Bolivia, que se permite tomar deuda externa al 4% anual en dólares como país civilizado.

Kirchnerlandia, hoy más que nunca, se encuentra más cerca de la barbarie que de la civilización.