Las pulsiones de América Latina y sus destinos
José Verón

Se ha dedicado a investigar en las ciencias sociales, especialmente en el derecho, la economía, la administración, la psicología social y  el periodismo.  Su actividad principal es la docencia, en la que ejerce desde 1997, y la mediación, desde 2002.



       Puede sostenerse con asidero que, también desde S. Freud (1856/1939), es dable retomar líneas de investigación, en ciencias socio-económicas y económico-empresariales, que, tienen la fundamentación epistémica de la psicología. Contemporáneamente toda una corriente de opinión relaciona e imbrica economía y psicología.

          Los supuestos económicos, derivados de la teoría de la acción racional, que es fundamental como soporte lógico-matemático- conceptual de la economía y las ciencias sociales, son revisados y revisitados a la luz de las modernas investigaciones en psicología. Esto, indiscutiblemente, significa y redundara en un mayor realismo de los supuestos, desde los que se investiga en economía, y de los que, se sabe, depende todo el acierto de la investigación
        Y por ejemplo en el marketing contemporáneo se asume que, suponer un individuo perfectamente racional, a la usanza de las preferencias monótonas de la microeconomía neoclásica, constituye un claro error
 
      Es cierto que, tampoco es posible adoptar, sin más, de manera total y sin considerarlo mucho, para la economía, las perspectivas teóricas y epistémicas de la psicología; fundamentalmente porque, son otras las perspectivas de relevancia en economía y en administración, son otros los fundamentos científicos también; es importante además, por muy importante que sea la interdisciplina, preservar la independencia científica de la economía; pero, receptar más elementos y perspectivas psicológicas, en lo pertinente, para las ciencias económicas y empresariales implicara, de suyo, mayor acierto en la investigación, dado que también la psicología ha testeado abundantemente sus aportaciones
 
          Concretamente, los supuestos acerca del comportamiento humano, asumidos por la teoría de la acción racional, y, todavía, de vasta aceptación en economía, aparecen, ante una mirada psicológica, como demasiado simplistas, poco elaborados y poco comprensivos de la complejidad del alma humana, tanto en su faz personal, como en su faz social. Se hace cada vez más importante sofisticar y dotar de mayor acierto y realismo a estos supuestos, que aparecen, a esta altura, aunque respetables, quizá como demasiado básicos
        Por ejemplo, suponer que las personas siempre buscan maximizar el placer o la satisfacción y minimizar el dolor o el displacer, como la empresa busca maximizar ganancias y minimizar perdidas, implica suponer al humano, como demasiado robotizado y poco complejo; la vida y las personas son, ciertamente, más complejas, más sutiles que lo que suponen esos asertos; que no les falta base, pero que son quizá algo simplistas
      Otro ejemplo: los incentivos, claves según lo que se desprende de la acción racional, no siempre están bien puestos, y muchas veces, lo que se cree que incentiva, motiva o propulsa, no lo hace tanto, precisamente por suponer y creer que es algo relativamente sencillo estimular al humano, reducible a esquemas simplificadores, cuando en realidad el humano es complejo, y motivarlo, incentivarlo y propulsarlo eficazmente, a la manera de un condicionamiento operante, no es tarea sencilla ni simple. Y al motivar e incentivar, en la generalización se deslizan errores y omisiones las mas de las veces importantes
 
      Insistimos, parece clara la necesidad de sofisticar los supuestos comportamentales de la acción racional económica, que resultan, tal vez, algo básicos y simplificadores. Aun cuando, por supuesto, respetemos y demos valor a estos supuestos
             De otra manera, la economía adoptara supuestos comportamentales, quizá muy “racionales”, pero bastante reñidos con la realidad. Y, con los cuidados del caso, esto es también trasladable a la macroeconomía. ¿Supuestos comportamentales en macroeconomía, y en economía institucional, de base psicológica? ¿Y, además, también revisitando y considerando el aporte psicoanalítico y Freudiano? Preguntas abiertas      
 
          En este sentido, se abren perspectivas de investigación, relevantes e interesantes. Planteábamos que es sostenible que, en Argentina y en Latinoamérica, a veces parece que se fracasa para triunfar. Hay también en Freud otro planteo, muy rico y también complementario, que es posible considerar. En “Las pulsiones y sus destinos”, se plantea que—en una formulación básica—cuando las pulsiones no son satisfechas, tal como aparecen, en la vida del humano, suelen buscar caminos alternativos para manifestarse, porque, de alguna manera, esa energía libidinal, esa pulsión de vida, pugna por emerger y por manifestarse, por expresarse. Así, las pulsiones, muchas veces, ante un camino principal que, por diversas razones, se obtura, buscan otros destinos que aquellos que originalmente tenían, y se manifiestan de maneras distintas y diversas
 
      Podemos en esta línea preguntarnos: ¿Toman las pulsiones del argentino y del latinoamericano, distintos destinos, por obturación de los principales? El salvajismo de nuestras guerras civiles, ¿En que se torna, en que muta? Nuestra idiosincrasia religiosa algo culposa, ¿En que deviene? El escaso apego a la legalidad y a los procedimientos, ¿Emergente de que cuestión más profunda sería?  Los golpes de estado, ¿Qué están también  revelando de nuestra identidad y además de nuestra psicología profunda?
       Y, más importante aún, con la mirada en el futuro, pro-activa, ¿Podemos operar para remediar o mejorar estos aspectos problemáticos, quizá desde la ventaja que representa comprenderlos mejor y más profundamente, desde su etiología? ¿Podemos operar también con eficacia, con intencionalidad y con buena fe? Porque los cambios profundos, se sabe, son más perdurables y son también mejores
      Todo esto también abona los postulados culturalistas e institucionalistas en economía y en economía social e institucional, y resulta relevante también para el mundo del derecho. Es como una senda y un camino, un sendero de expansión y de mejoramiento concreto, en un marco de libertad. Enriquezcamos cada vez más, con prudencia pero sin miedos, las ciencias sociales, económicas y empresariales.   
 
 

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