Ley de Hidrocarburos
Guillermo Yeatts
Fundador de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre y Miembro del Consejo de Administración. Graduado en New York University con un Bachelor of Science  en Finanzas y un Master en Economía. Doctorado Honoris Causa en Ciencias Sociales, Universidad Francisco Marroquín, Guatemala. Realizó el posgrado OPM en la Escuela de Negocios de Harvard University en Cambridge, Massachusetts. Autor de diversas obras, entre ellas “Un mundo pequeño: El futuro de la libertad en la era global”.


No sólo los recursos del sector agropecuario están siendo absorbidos por parte del Estado nacional a las economías regionales. También las provincias productoras de hidrocarburos son perjudicadas por un perverso sistema que transfiere ingresos hacia el gobierno central.
 
Un estudio de la consultora NOAnomics señala -que en el período 2002-2013- las provincias petroleras perdieron 18,5 mil millones de dólares que fueron transferidos al Estado nacional como consecuencia del complejo y perverso sistema que regula al sector hidrocarburos, cuyo principal instrumento es la diferencia entre los precios internos y externos del petróleo crudo y gas.
 
La Constitución Nacional de 1994, en su artículo 124, estipula que el dominio originario de los recursos naturales es de las provincias, mientras que la nueva ley de hidrocarburos, que el Poder Ejecutivo pretende aprobar en el Congreso, malinterpreta el dominio provincial de los hidrocarburos para beneficio del Poder Ejecutivo.
 
El Gobierno piensa seducir a las provincias con esta nueva ley a través del no refinanciamiento de sus deudas, que sí ha hecho con las demás. Esto una vez más desincentiva la inversión en exploración y producción, profundizando el déficit energético -altamente demandante de divisas- al cual el país volvió a caer en los últimos años, pasando de un superávit de 6000 millones de dólares a un déficit anual de 12.000 millones por el control de precios de energía.
Asimismo, alienta la concentración de riqueza en manos del Estado nacional por fuera de la coparticipación federal, premiando o castigando a las provincias según su apoyo político. Este perverso régimen desperdicia las oportunidades de la economía mundial para las regiones hidrocarburíferas, cuyos recursos no son renovables, fomentando el uso de energía barata en los grandes centros urbanos.

Publicado en La Nación: http://www.lanacion.com.ar/1726893-carta-de-lectores
 

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