El espectro de Occidente
Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista, escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas, Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había convertido en el octavo país del mundo.



  Ya en 1848 el Manifiesto Comunista de Marx y Engels comenzaba: “Un espectro está obsesionando a Europa, es el espectro del comunismo”· Y ya en 1.977 Raymond Aron en su “ En Defensa de una Europa Decadente” le dedicó el primer capítulo a “Europa Mistificada por el Marxismo-Leninismo” Diría que la mistificación ha estado más cercana a Eduard Berntein, quien en su discusión con Lenin admitió que no había sido cierta la predicción de Marx de la caída de los salarios de los trabajadores, pero que al socialismo se podía llegar sin revolución y democráticamente. Ante esta realidad voy a insistir en que el problema de Occidente no está en el Medio Oriente sino en el Medio de Occidente.

    No obstante la evidencia histórica del fracaso del comunismo y su descendiente democrático el socialismo, todavía los países de Occidente, incluyendo a la América Latina viven bajo la falacia de la búsqueda de la igualdad económica. Esa falacia política que determina la riqueza de los gobernantes y la pobreza de los países, vivimos bajo el espectro del imperialismo americano. Al respecto voy a insistir en que Estados Unidos ha sido el país que ha impedido el imperialismo en el mundo, y en particular de los europeos. Al término de la Segunda Guerra mundial, obligó a Inglaterra a liberar a la India y a Francia de sus colonias en el Medio Oriente. Y más aun en lugar de pedirle reparaciones a los vencidos les reparó sus economías Plan Marshall mediante.

   Hoy en algunos medios se ha sustituido la denominación de imperialismo por la de hegemonía americana. ¿Cual es el significado de esa denominación? Según el Diccionario de la Academia de la lengua Española: “Supremacía que un estado ejerce sobre otros; como la Macedonia  sobre la Antigua Grecia”. Y el Webster: “Preponderante influencia o autoridad de una nación sobre otra”. Así ahora en un artículo de Foreing Affaire “La Contienda Global por el Futuro del Gobierno” John Micklethwait y Adrián Wooldrich sostienen que la China ha producido un nuevo modelo de gobierno que reta directamente la creencia de Occidente en el mercado libre y la democracia. (SIC).

   Una vez más reina la confusión de Occidente, que ignora las diferencias siderales entre la filosofía política Anglo-Americana y la Franco-Germánica. De la primera surgió la libertad, por más que el Reino Unido hoy se encuentre también sometido al socialismo, vía el partido Laborista. Y de la segunda surgió el totalitarismo, que hoy se ha diluido en la crisis del socialismo europeo y el subdesarrollo del populismo de América Latina.

   Volvemos entonces a la importancia del concepto de hegemonía, en el análisis de las relaciones internacionales vigentes. Hegemonía es un concepto político, y en ese sentido el ejemplo tomado de Macedonia es una prueba indubitable de esa concepción. Pero ¿Puede compararse la situación de los Estados unidos en el presente con la historia de Macedonia? Desde mi punto de vista esa supuesta convergencia implica la confusión de la guerra con el comercio. Por siglos Europa descalificó éticamente al comercio, en tanto que la guerra tal como llegó a decir Hegel era el momento ético de la sociedad.

    La diferencia fundamental es que el comercio implica la aceptación por ambas partes de un interés común. Por tanto el hecho de que un país realice la mayor parte del comercio mundial, no implica que pretenda una hegemonía respecto a sus socios comerciales. La supuesta pretensión de China de superar la hegemonía americana a través del incremento del comercio y de la inversión en otros países, no implica más que el intento de crear mayor riqueza. Así superar la pobreza vivida durante el marxismo de Mao Tse Tung cuando realmente tenía un proyecto hegemónico en el real sentido de la palabra.

   Debiéramos recordar las sabias palabras de Alberdi cuando dijo: “Las guerras serán más raras en la medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en los que las incitan y las declaran”. Esa fue la situación universal creada por la aparición de las armas nucleares, que determinaron que la guerra fría se mantuviera como tal hasta la caída del muro de Berlín. Pero más aun la caída de Muro de Berlín puso de manifiesto el fracaso de la doctrina marxista, el cual había sido detectado por el propio Lenin.

   Puedo decir entonces que el problema de Occidente que  se manifiesta en la actual crisis europea y el subdesarrollo en América Latina, nada tiene que ver con la supuesta hegemonía americana ni con la supuesta pretensión hegemónica de la China. Los problemas son internos debidos precisamente al imperio del espectro marxista en la lucha por el poder de la izquierda y su éxito político y fracaso económico.

   Una prueba más de la confusión política de Occidente globalizado por la información es la propia política de Estados Unidos ignorante de los Founding Fathers. Ignorancia que hoy se manifiesta en el intento de levantar el embargo a Cuba y negociar con los Castro. En ese proceso se ignora la tiranía criminal de los Castro y aun la falta de libertad que tienen todavía los cubanos. En ese mismo sentido se expone la situación de Venezuela, donde se apresa a los opositores y se impide la libertad de prensa. El presidente de Colombia  negocia con las FARC, nada menos que en los predios de los líderes de la subversión en América Latina.

   Por su parte la economía más importante de América Latina en las recientes elecciones triunfó Dilma Roussef, no obstante el deterioro causado a la economía brasileña por el partido de los trabajadores, y así como la aparente corrupción habida en el gobierno. Lo mismo ocurrió en  Uruguay, no obstante algunas diferencias, y por su parte el  Sr. Correa en Ecuador pretende la continuidad del poder y por supuesto igualmente prohíbe la libertad de prensa. Y  Chile enfrenta un “bache letal” que es la política de la presidente de abandonar el sistema liberal que lo proyectara como el ejemplo de América Latina, en nombre de la falaz igualdad socialista. Esa supuesta igualdad que ha provocado la crisis de la Unión Europea, mistificada por Marx y Bernstein. En Argentina ya  lo vivimos y estamos viviendo, por ello me abstengo de mayores aclaraciones.

   Entonces insisto el problema de Occidente no es el enfrentamiento entre los países sino el triunfo indubitable de la demagogia de la izquierda. Se ignora así la diferencia entre la democracia mayoritaria y el denominado Rule of Law. Este sistema ético político denominado capitalismo por Marx, fue la razón de ser del inicio de la libertad y de la creación de riqueza en el mundo. Conciente de la naturaleza humana se sustentó el principio de la limitación del poder político y así como el respeto por los derechos individuales. Se tuvo en cuenta igualmente que las mayorías no tienen el derecho a violar los derechos de las minorías, que como bien dijera David Hume:” El problema no son las mayorías sino las asambleas que pretenden representarlas”.
  
    
 
 

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