Caló y su tardía referencia a la inflación
Carlos Mira
Periodista. Abogado. Galardonado con el Premio a la Libertad, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


La semana pasada un referente sindical cercano al gobierno, nada menos que el secretario general de la CGT oficial, Antonio Caló, se quejó de la inflación y dijo que “nos está llevando puestos a todos”-

Se trata de una toma de conciencia tardía. La inflación hace rato que nos viene llevando puestos. Todo el período de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, desde 2007 hasta aquí, se caracterizó por una irresponsabilidad económica de una magnitud pocas veces vista en materia de pérdida de poder adquisitivo de la moneda nacional, sólo superada por los períodos hiperinflacionarios de Alfonsín y del Menem anterior a la Convertibilidad.

Ni el derrumbe de esta última destruyó los salarios como los destruyó el cúmulo de distorsiones económicas que generó el desmanejo económico de la Presidente.

La referencia de Caló estaba dirigida a quienes son sus protegidos: los trabajadores en relación de dependencia. Pero si ellos están siendo “llevados puestos” por la inflación, qué decir de los trabajadores informales y para los autónomos y cuentapropistas a quienes la pérdida de valor del peso y una presión impositiva francamente atroz, están destruyendo.

Nadie se acuerda de ellos. Son los verdaderos parias de la sociedad. No hay sindicato de “autónomos”, cargan con todo el peso de las características del “empresario” pero no son empresarios, apenas son unos laburantes por cuenta propia a quienes el sistema condenó al olvido y a las extravagancias.

Una de esas extravagancias es que, si alguno de ellos ha tenido la peregrina idea de contratar a un colaborador (en blanco por supuesto), ese colaborador va camino de vivir mejor que él.

Ese trabajador en relación de dependencia tiene alguien que lucha por su salario (corriendo de atrás a la inflación, por supuesto, pero corriendo al menos), tiene vacaciones pagas, su obra social cubierta, alguien que pelea por él para que le suban el mínimo no imponible…

El autónomo no tiene nada. Sus topes de monotributo llevan años congelados, las vacaciones se las tiene que generar él, los gastos médicos también. Nada lo apaña, nadie se acuerda de él

Por supuesto que ha sido él quien eligió hacer su camino; ha preferido trabajar por su cuenta en lugar de hacerlo para otro. ¿Pero es ese un pecado de tanta magnitud en la Argentina como para que este personaje sea prácticamente una oveja negra en la sociedad?

Los acuerdos sindicales se le aplican como si fuera una gran empresa. Nadie pregunta si su limitada operación puede hacer frente a lo que los capitostes de los sindicatos y las cámaras empresarias acordaron para las grandes empresas de los distintos sectores. Ese régimen debe ser revisado ya. No resulta para nada justo que esa gente deba afrontar las mismas obligaciones que una empresa de magnitud.

Supongamos la actividad comercial. Tenemos a Jumbo y al quiosco de la esquina. Los popes sindicales y empresarios acuerdan salarios mínimos, montos no-remunerativos y una ristra de beneficios que cada uno medirá si puede pagar. Pues bien todo eso le cae al quiosquero por la cabeza con el único dependiente que le vende los caramelos.

El tipo ya no sabe cómo hacer para mantener su operación a flote. Los impuestos lo matan, el alquiler del negocio también, la inflación lo lleva puesto, y encima -a los ojos sindicales- es igual que Jumbo en la medida en que emplee a alguien. Se trata de una lisa y llana injusticia.

Hay mucha gente que ha tomado los dichos de Caló como un paso de alguien cercano al gobierno en el sentido de reconocer los problemas. Se trata de un paso en falso. Caló debió acordarse de la inflación en 2007 y desde 2007, no ahora. Caló debe promover un régimen especial para autónomos que empleen dependientes, Caló debe dejarse de hacer política y reconocer que el modelo económico del gobierno de la Sra de Kirchner ha arruinado a la Argentina. Y que él con su apoyo ha sido cómplice de este estropicio.

¿Cómo cree Caló que se arregla el problema inflacionario de la Argentina?, ¿emitiendo dinero a lo pavo como hace el gobierno que él apoya?, ¿cerrando la economía para que haya menos competencia y menos capacidad de elección?, ¿con una presión impositiva escalofriante que jamás se vio en el país?

El secretario general de la CGT debería reflexionar sobre lo que dice. Es tarde para avisar que la inflación nos lleva puestos: ese hecho ya ocurrió. Lo que Caló debería hacer es instruirse sobre cuáles son los principios económicos que permiten desarrollar una economía no inflacionaria, pujante, justa, con impuestos razonables que la gente pueda pagar, con un orden jurídico que estimule el emprendimiento individual y que no mate al que decide llevar adelante una aventura de trabajo propio. Eso es lo que Caló debería hacer, no andar por la vida haciendo declaraciones tan obvias como antiguas.
 

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