Capitalismo Siglo XXI. Socialismo Siglo XXI
Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista, escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas, Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había convertido en el octavo país del mundo.


“Igualdad cuantos crímenes se cometen en tu nombre”
                                       Madame Rolland Siglo XXI
 
   Todo parece indicar que “El Capitalismo del Siglo XXI” escrito por el economista francés Thomas Piketty ha sido el éxito literario del año. Desde mi punto de vista Piketty en su análisis revela la propuesta de Thomas Sowell de intelectual que ignora los fracasos del socialismo. Por supuesto me podrán decir que el defiende al Capitalismo y la igualdad, pero precisamente esa supuesta integración entraña el socialismo democrático europeo y su evidente fracaso ante la crisis que enfrenta. Pero es evidente que la izquierda ha monopolizado la ética como ya lo reconociera Ruch Limbaugh en su “Yo Te Lo Dije” (I Told You So), donde escribió “que había hecho limpieza política”.

    Yo no he leído las 600 páginas de esa obra tal como cuenta Juan Carlos de Pablo haberlo hecho, pero voy a aprovechar la síntesis de ese esfuerzo titánico para analizar las conclusiones y propuestas a la que arriba. La primera conclusión sigue los pasos de Jerry Muller quien en el Foreign Affaire ya había escrito que el capitalismo crea riqueza pero la reparte mal. (SIC). En función de ese supuesto sostiene: “Cuando la tasa de retorno del capital excede la tasa de crecimiento del ingreso, el capitalismo automáticamente genera desigualdades arbitrarias e insostenibles que socavan de manera fundamental los valores meritocráticos en los que se basan las sociedades democráticas”. En esa propuesta aparece Eduard Bernstain que en su “Las Precondiciones del Socialismo” creara la filosofía del socialismo democrático.

    Antes de comenzar el análisis de la invalidez de ese principio me voy a referir a Karl Marx quien fuera el primero en constatar que el capitalismo había sido el creador de riqueza por primera vez en la historia. Así en el Manifiesto Comunista escribió, en conjunto con Engels: “La burguesía durante su autoridad de escasos cien años, ha creado más masivas y colosales fuerzas productivas que todas las generaciones precedentes en conjunto”. Este hecho fue reconocido más tarde por Simón Kusnetz y más recientemente por Alexander Bernstein en su “El Nacimiento de la Abundancia” (The Birth of Plenty) donde señala que hasta hace doscientos años el mundo vivía como vivía Jesucristo.

    La pregunta trascendente entonces es que fue lo que produjo ese resultado y porqué fue en algunos países y otros no. Mi primera discrepancia con Marx es la denominación y descalificación ética que le diera a ese proceso, que llamó capitalismo como un proceso económico que surgió de la explotación del hombre por el hombre. Nada más falaz que esa conclusión en primer lugar porque el sistema no es económico sino ético político y jurídico y la economía su consecuencia. Y en segundo lugar si lo que creara la riqueza hubiera sido la explotación, si ella terminara no habría más creación de riqueza.

   El sistema del que estamos hablando es el liberalismo, que en Estados Unidos se reconociera como el Rule of Law, y que surgiera en Inglaterra en la Revolución Gloriosa de 1.688 en la cual se reconocieron los principios fundamentales de la libertad y consecuentemente de la creación de riqueza. Por esa razón la Revolución Industrial se produjo en Inglaterra. Esos principios partieron del reconocimiento de la naturaleza humana y así John Locke dijo los monarcas también son hombres. O sea era necesario limitar el poder y estableció el respeto por el derecho de propiedad y el derecho a la búsqueda de la propia felicidad como principio fundamental de la libertad.

    Pasando entonces al análisis de la primera premisa de Piketty de la relación entre la tasa de retorno del capital y la tasa de crecimiento, voy a referirme al interesante análisis al respecto de George Gilder en su “Riqueza y Pobreza”. (Wealth and Poverty? Donde dice: “La cuestión crucial en un país capitalista es la calidad y la cantidad de la inversión de los ricos. El incremento de los impuestos no afecta grandemente su consumo que representa una relativamente modesta y continua porción de la riqueza de la clase alta. Lo que se afecta es el cálculo por el cual un hombre rico decide ahorrar e invertir”. La conclusión anterior es la inversa del postulado de Piketty. Es decir que el aumento de los impuestos provocaría una caída en la inversión y un crecimiento en el consumo que provocaría la inflación frente una reducción en la oferta.

    No obstante la realidad de la anterior conclusión Piketty insiste en que los impuestos progresivos constituyen un compromiso ideal entre la justicia social y la libertad individual. O sea que ignora que cuando se viola el derecho de propiedad mediante un impuesto progresivo que alcanza al 70%  o al 80% se viola el derecho a la libertad. Por esa razón ya Von Hayek reconoció que cuando la justicia es social no es justicia. Y Hanna Arend dijo “cuando se violan los derechos individuales en nombre de la compasión desaparecen la justicia y la libertad”; Y Ayn Rand: “La compasión no crea una hoja de hierba, mucho menos una de trigo”.

     Asimismo Piketty se manifiesta que no es marxista pues no está de acuerdo con la revolución, y tampoco está de acuerdo con tesis de Simón Kusnetz respecto a que en el proceso capitalista se reducen las diferencias en las sociedades industriales avanzadas. Dada su creencia en el estado de bienestar, propone la distribución de la riqueza, y para ello la creación de un impuesto progresivo universal, que considera una ilusión.  

   No obstante se reconoce no marxista, pero como bien dijera Von Misses: “El problema con el socialismo es que aun los que se le oponen aceptan sus premisas éticas básicas”. Por tanto su análisis acepta los principios éticos del marxismo, y propone una solución basada en el Estado de Bienestar y así concluye: “Lo que necesitamos son instituciones  públicas de transparencia democrática”. En ese sentido  podemos insistir en que lo que importan no son las instituciones sino que instituciones. O sea como reconociera Locke: Lo que importa no es la ley, sino que ley”.

   Esas instituciones a las que apela Pickety al tiempo que propone el impuesto progresivo implican asimismo el aumento del gasto público. Y en ese sentido desconoce que la historia ha probado que cuando aumenta el gasto público se reduce la tasa de crecimiento económico. Y entonces la diferencia en las riquezas no surge de los que  la crean sino de los que la reparten.

    Siguiendo con sus conclusiones propone que “la propiedad privada, el capitalismo, las fuerzas del mercado deben estar al servicio de la democracia”. ¿Que entiende Piketty por democracia? Donde no se respetan los derechos individuales no hay libertad y el supuesto mercado es una colusión política de la que derivó el fascismo. Como bien señala David Hume: “Es imposible cambiar o corregir algo material en nuestra naturaleza, lo más que podemos hacer es cambiar nuestras circunstancias.

    Es indudable que Piketty ignorando la naturaleza humana cree que el interés es solo del mercado y no en el poder político. No es que crea que puede estar proponiendo un sistema como el que instauró Fidel Castro en Cuba, pero se instauró supuestamente sobre la base de la pretensión de la igualdad. ¿Acaso los castro y su séquito padece la pobreza que generara el sistema en pueblo cubano? El caso de Europa por supuesto es diferente pero no debiera caber dudas de que la crisis que padece democráticamente es el resultado del aumento del gasto público y el nivel de los impuestos.

    En sus propuestas instituciones Píketty me atrevo a decir que está influido por Rousseau cuando definió la soberanía como la expresión de la voluntad general, basada en la creación de un hombre nuevo. Por ello reconoce la necesidad de los empresarios y dice: “Nadie niega la necesidad de los empresarios, las invenciones y las innovaciones, pero esto no puede justificar las desigualdades observadas en la riqueza”.

    Los empresarios son una minoría de la sociedad y han sido los creadores de la riqueza así como de los promotores de las invenciones y las innovaciones. Pero ese comportamiento empresarial se deriva precisamente del sistema ético político en el que se respetan los derechos de propiedad y en particular la propiedad intelectual. Podría explica Piketty ¿Porqué no había empresarios hasta hace solo doscientos años? ¿Por qué la mayor parte de las invenciones se han realizado en Estados unidos y no en Rusia? En fin no me cabe la menor duda de que la demagogia impera en el mundo, o sea la falacia de la igualdad como instrumento para alcanzar la riqueza que queda desde el poder.
  
 
    
 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]