El ocaso de la libertad
hacked by sir shahroukh

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         Siempre me pregunté si somos realmente libres ya que considero a la libertad un bien supremo, un derecho fundante en todo ser humano y ciertamente lejos de responderme me apabullan las dudas. Si tenemos presente que las sociedades modernas son en general sociedades de la información, ya que el acceso a la misma, al menos en aquellas que no son manejadas por dictadores, está disponible en cantidad y calidad, podemos atrevernos a pensar que el conocer se ha convertido en un bien común y este conocimiento es el combustible necesario para la libertad puesto que de nada sirve siquiera pensar en ser libres si no sabemos los caminos que tenemos para recorrer, no podemos caminar por el suelo que desconocemos que existe, de modo tal que el conocimiento es un prerrequisito para la libertad, es una condición necesaria pero no suficiente.

         Teniendo presente lo anterior y pensando que con el conocimiento no basta, cabe resaltar la importancia del discernimiento, la capacidad crítica para apropiarse del conocimiento y ciertamente este elemento es el más difícil de obtener ya que requiere un proceso, no es un elemento que se pueda capturar y que esté externo a mi persona, todo lo contrario, es como que el conocimiento es la harina y la capacidad crítica es la máquina que amalgama la harina para dar forma al pan, pan que es la verdad elaborada por nosotros, verdad sobre la cual tomamos decisiones de la vida cotidiana; ahora bien, ¿cómo sabemos si esa verdad a la que llegamos es tal o sólo es fruto de un proceso interno erróneo?, ciertamente la libertad nos da esa respuesta porque sólo en libertad podemos ser objetivamente subjetivos de pensar aquello que hemos elaborado, sólo en libertad podemos poner distancia sobre nuestras propias conclusiones y hacer un análisis crítico, sólo en pensarnos libres de equivocarnos podemos abrazar la auténtica libertad, esa libertad que nos permite crecer.

         Por todo ello sostengo que la libertad está en retirada, porque nos falta sentirnos libres, sentir que nos podemos equivocar,  que podemos aprender del error, que podemos reconducirnos como personas y como sociedad; saber que no todo está perdido, que los únicos que quieren que perdamos la libertad son los que nos muestran que es imposible equivocarse, que no es posible rectificar un camino, que no es posible pensar diferente para que entre todos tomemos la misma senda; creo profundamente que ese es el peor mal que adolece la sociedad argentina, no somos libres, no porque un gobierno pretenda silenciar algunas voces, ni porque no podamos salir de nuestro hogares por miedo a que nos roben lo cual nos hace sentir en una cárcel; no somos libres porque nuestras cadenas están dentro nuestro, porque no nos animamos a ser libres, porque no nos animamos a equivocarnos y a pensar que equivocarse es un aprendizaje, porque no nos animamos a dejar de juzgar al otro y empezar a juzgarnos a nosotros mismos, en definitiva; sólo en la medida que saquemos los fantasmas que vuelan nuestros pensamientos y que no nos permiten discernir, sólo en la medida que podamos darnos el lujo de sabernos humanos, de que nos equivocamos y de que podemos mejorar, hasta que eso no llegue a lo profundo de cada Argentino no vamos a cambiar, no vamos a mejorar, debemos animarnos a aprender, debemos animarnos a ser libres si de verdad queremos que nuestros hijos vivan en una sociedad mejor, en una sociedad que les permita equivocarse y corregirse, en una sociedad que les permita vivir.


 

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