Retratos de la gente colombiana
Carlos Goedder
Carlos Goedder es el seudónimo de un escritor venezolano nacido en Caracas, Venezuela, en 1975. El heterónimo de Carlos Goedder fue alumbrado en 1999 (un juego de palabras con el nombre de pila correspondiente al autor y el apellido de Goethe, a quien leyó con fruición en ese año. La combinación de nombre algo debe también a la del director orquestal Carlos Kleiber).


Una reciente publicación del Ministerio de Cultura colombiano nos presenta a grandes personajes de ese país, muchos de ellos poco difundidos fuera de Colombia – y a veces entre los propios colombianos.

A Álvaro Uribe, elegido como El Gran Colombiano por más de 300.000 votos en History Channel

Los grandes personajes de un país, en terrenos científicos, artísticos, deportivos y políticos nos ayudan a conocer más sobre la sociedad que les acunó. Todos llevamos en nuestro capital humano un componente del capital social del país en que vinimos al mundo y crecimos. Muchas veces quienes descuellan en un terreno son quienes se rebelaron contra el fatalismo al que su sociedad les condenaba. En la sufrida Latinoamérica, la dinámica social invita muchas veces al pesimismo ante una cruel realidad, que tiene más de injusta y asesina que de ese realismo mágico que nos vendió el boom literario latinoamericano. La desigualdad social, los privilegios a una minoría casi feudal, la inercia política y un Estado incapaz de proveer servicios públicos colocan al latinoamericano en el dilema de diluirse, emigrar o hacerse un engranaje más en ese malfuncionamiento. Los rebeldes consiguieron salirse de ese pronóstico y precisamente por eso son grandes. Llevan mucho de su país con ellos y lo aman sinceramente, mas son parte de la transformación necesaria para que Latinoamérica al fin sea una promesa cumplida y no un epitafio al fracaso social.

La obra Retratos de Nuestras Gentes, publicada por el Ministerio de Cultura de Colombia en diciembre de 2012, ofrece precisamente una semblanza de personajes que desafiaron el fatalismo colombiano. La Violencia, la desigualdad social y el carácter conservador invitaban a muchos de estos personajes, usualmente pobres y de localidades rurales, a diluirse en un anonimato consolado por el aguardiente y la conmiseración. Su voluntad, el apoyo de la familia, sus vecinos y amigos, incluso algo de suerte, rompieron ese fatalismo.

Bucear en la historia colombiana ayuda a encontrar esos nombres que invitan a hacer algo diferente y trascenderse, en lugar de conformarse con reptar por una realidad sombría de pobreza rural, narcotráfico y guerrillas. Colombia ha hecho un esfuerzo titánico de recuperación social en los últimos años y varios personajes han contribuido a ello desde las artes, ciencia y deporte.

Precisamente el 23 de Junio el Canal History Channel anunció, tras una votación de 1,13 MM de personas por su sitio de Internet, el “Gran Colombiano”. Entre 25 finalistas, listados en http://co.tuhistory.com/el-gran-colombiano/finalistas.html se pueden ver nombres de próceres, científicos, artistas, deportistas, gente del espectáculo y políticos que han mejorado la realidad colombiana. Es una galería de sus grandes hacedores. El ganador resultó ser el expresidente Álvaro Uribe, con 30% de los votos, seguido del comediante y gran crítico político Jaime Garzón (asesinado en 1999) con 17% (ver http://www.elespectador.com/entretenimiento/arteygente/gente/articulo-429605-alvaro-uribe-el-gran-colombiano). El mensaje es claro: los colombianos valoran mucho su pasado reciente y la gestión de Uribe, quien consiguió someter y colocar en disposición de negociar a los asesinos guerrilleros, otro subproducto indeseable de ese régimen comunista cubano que ha sembrado de miseria a América Latina.

En esa galería de finalistas hay dos de los personajes que reseña Retratos de Nuestras Gentes: el nobel Gabriel García Márquez (uno de los cinco finalistas de El Gran Colombiano) y el gran ciclista Lucho Herrera, ganador de la Vuelta a España.

Me sorprende cómo García Márquez puede simpatizar y apoyar explícitamente al régimen de Fidel Castro, germen e impulsor de las guerrillas que tanta miseria y destrucción han causado en Colombia. Indudablemente es un gran escritor, mas sorprende que un personaje con varias casas, que defiende los derechos de propiedad de su obra con celo y vive holgadamente comulgue con la dictadura latinoamericana más atroz. Por esto, incluso celebrando su éxito y leyendo sus obras, para mí es un personaje con el que no comulgo ni haré apologías. Si le gusta el comunismo que se vaya a Cuba o no se proteja cuando se difunden gratuitamente sus obras (c.f. http://www.elmundo.es/elmundo/2004/10/20/cultura/1098307678.html). Así que respetando al Gabo como escritor, no creo que haya contribuido a mejorar Colombia como sociedad. Por supuesto, esto lo digo yo, feroz anticomunista tras padecerlo en mi Venezuela natal. Si algún día el nobel colombiano tiene la honradez de José Saramago, otro titán de las letras que rompió públicamente con Castro y su tiranía, ese día enalteceré a García Márquez como colombiano –como escritor es un indudable genio.

Retratos de Nuestras Gentes presenta una galería de colombianos destacados, siendo que cada personaje es abordado por un escritor distinto. Comento a continuación el listado de colombianos y propongo al lector investigar más sobre ellos:

En el campo de la cultura

Gloria Valencia de Castaño (el ensayo lo hace Andrés Grillo), quien vivió entre 1927 y 2011. Esta dama de origen humilde, nacida en Tolima, consiguió un notable desempeño en el mundo de la locución en radio y televisión. Su programa “Naturalia” fue pionero en sensibilizar al pueblo colombiano con la ecología y su patrimonio de naturaleza. La emisora radial HJCK (disponible en Internet en http://www.hjck.com/) también contó con su valiosa actuación, difundiendo la figura de grandes escritores y artistas colombianos. En su entrevista inicial del programa Conozca a los autores de 1954, abordó al poeta León de Greiff (1895-1976); en esa primera entrevista televisiva a profundidad con un literato colombiano hizo lo siguiente: le pidió al poeta que se vaciara los bolsillos y comentara sobre los objetos que llevaba en ellos. Entre esas pertenencias portátiles iba un poema en construcción. Genialidad pura. Doña Gloria, única dama biografiada en esta colección, fue condecorada inclusive con la Medalla de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por Francia, bajo el gobierno de François Mitterrand.

Rodrigo Arenas Betancourt (la biografía es realizada por Camilo Hoyos Gómez), cuya vida transcurrió entre 1919 y 1995. Un místico, quien abandonó rápidamente el Seminario que pensaba cursar en su adolescencia y anduvo de fracaso en fracaso académico hasta recalar en la escultura. Su legado es espléndido. Destacan su estatua a Bolívar en Pereira (El Bolívar Desnudo, http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bolivar_Desnudo.jpg) y su monumento a los catorce llaneros que efectuaron la carga de caballería suicida que definió la Batalla del Pantano de Vargas, liderados por el Coronel Juan José Rondón y bajo el mando de Bolívar, tras haber cruzado Los Andes a 4.000 metros en una penosa marcha conocida como El Paso de los Andes (http://www.boyacarural.com/cultura/circuito5/pantanodevargas.html). El escultor tuvo una prolongada y productiva estancia en México, tomando contacto con el muralismo mexicano.

José A. Morales López (1913-1978), personaje estudiado en un bello ensayo por Carolina Uribe. Este compositor legó varias de las más espléndidas canciones de amor de Colombia, con su tiple como instrumento. El dúo colombiano Garzón y Collazos difundió con éxito varias de estas composiciones, incluyendo inclusive una de protesta social sobre el medio rural colombiano, castigado con una pobreza secular cercana actualmente al 50%; la canción en cuestión es “Ayer me echaron del pueblo” y se puede escuchar en http://www.youtube.com/watch?v=XCW4uml8hpo  El ensayo biográfico nos transmite la soledad amorosa del maestro, quien fue desafortunado en amores y dejó evidenciado su anhelo de un cariño correspondido en varias piezas. Fue tan reservado en este tema que sólo póstumamente se conoció la existencia de una hija que tuvo en uno de sus escasos triunfos amorosos. Un poeta de la canción popular colombiana, capaz de evocar la vida sentimental y sentir del sufrido campesinado colombiano.

Gabriel García Márquez. Puedo tener mis objeciones al único nobel colombiano, mas su biografía en la colección que reseño, hecha por Conrado Zuluaga, merece elogios. Uno se encuentra con Gabo como  periodista y escritor que tiene que salir de Colombia tras un reportaje donde deja en evidencia que la marina colombiana hace contrabando. En México, cuando emprende un viaje familiar a la playa, da media vuelta, retorna a la ciudad, vende el automóvil, le da el dinero a su esposa y se encierra a escribir por 18 meses Cien Años de Soledad, obra que publica a los cuarenta años de edad. Un mensaje de aliento a todos los escritores que están sin animarse a arrojarse con valor a por su obra. Una semblanza muy buena y que disfrutamos hasta los que tenemos desencuentros con el biografiado.

En el campo científico y técnico

José María Villa (1850-1913), estudiado por Eduardo Arias. Un excéntrico ingeniero, quien diseñó y dirigió las obras que llevaron a inaugurar en 1895 el puente colgante sobre el río Cauca, una de las mayores obras de ingeniería del Siglo XIX, ostentando el rango de ser el tercer mayor puente colgante de América y el octavo del mundo (La imagen está en http://www.antioquiadigital.com/destinos/puente.htm). El personaje carecía del acero y las tecnologías de EEUU, donde había trabajado en la construcción del puente de Brooklyn. Desprendido en bienes materiales, argumentaba que el dinero se hizo redondo en monedas para que ruede. Trabajó en terrenos inhóspitos, comandando cuadrillas de hasta 400 obreros en plena guerra civil. Un titán de la Dirección Integral de Proyectos y ejemplo del carácter emprendedor antioqueño.

Raúl Gonzalo Cuero Rengifo (nacido en 1948), cuya biografía en Retratos elabora Ángel Gaelano Higua. Un científico afroamericano, nacido en la Costa Pacífica y quien tuvo que soportar el racismo en Cali y Bogotá cuando llegó a ellas para hacer estudios. De origen muy humilde, este genial colombiano es investigador en biotecnología vinculado a la NASA y pionero en Colombia de los Parques de la Creatividad, laboratorios científicos juveniles, donde pueden canalizar su afán creador e investigador los muchachos colombianos con un potencial que corre el riesgo de perderse o utilizarse mal sin apoyo público.


Deportistas

Figura Luis Eduardo “Lucho” Herrera (nacido en 1961), el “Jardinerito de Fusagasugá”, biografiado por Juan David Correa. También de origen humilde, empezó usando la bicicleta como medio de transporte y se aplicó a conducirla en carreras deportivas. Su dominio en el ciclismo de montaña le llevó a ser campeón en los trayectos de montaña del Tour de France, el Giro d’Italia y la Vuelta a España (la cual ganó en 1987). Sus triunfos dieron aliento en una Colombia convulsa por atentados guerrilleros (Toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985) y la demencia de Pablo Escobar desde el Cartel de Medellín. Colombia lidera actualmente el ranking de equipos en ciclismo y muchas figuras actuales ven un referente en Herrera.

Polìticos

Luis Carlos Galán (1943-1989), estudiado por Sergio Ocampo Madrid. Da buena impresión sobre Retratos que, aún siendo una obra financiada por el Estado, reseñe que Galán, el otro gran mártir político del Siglo XX colombiano junto con Gaitán, tuvo un hijo con una empleada doméstica, descendiente que acabaría haciendo una vida de empleado de edificios y portero, ajeno al gran status familiar de la familia legítima del político liberal. Galán fu asesinado por el Cartel de Medellín de Escobar, privando a Colombia de un político carismático y empeñado en combatir La Violencia que se enseñoreó de su país desde 1948 y alcanzó su cenit en los años ochenta. Un rival político, Santofimio Botero, pactó con el Cartel el asesinato a Galán y aún hay cabos sueltos respecto a este salvaje asesinato, al que le vale el título "Crónica de una muerte anunciada” creado por Gabo. Galán quería rescatar el servicio público de la política y suya fue la iniciativa de establecer una nueva constitución tras casi un siglo de vigencia de la decimosegunda constitución colombiana. El presidente Gaviria llevó adelante esta idea y desde 1991 rige la nueva Carta Magna colombiana.

José Prudencio Padilla (1784-1828). El ensayo dedicado a él por Gonzalo España es el único desafortunado en la colección de Retratos. Padilla fue el almirante que comandó la Batalla Naval del Lago de Maracaibo en 1823, la cual selló la independencia venezolana y fue junto con Luis Brión el gran almirante de la armada patriota durante la Independencia. El ensayo tiene puntos notables, como encontrar que Padilla combatió en Trafalgar. Donde falla la reseña en lo que corresponde a objetividad e investigación de un historiador es en atribuir a prejuicios raciales de El Libertador Bolívar el fusilamiento de Padilla. La tesis del ensayo es que Padilla fue una víctima por las reivindicaciones democráticas, a manos de un racista Bolívar. Esto es una lectura sesgada. Padilla no fue ajusticiado por pardo (individuo surgido por mezcla de razas), sino por aliarse con Santander, enemigo de Bolívar y vinculársele al intento de magnicidio contra Bolívar el 25 de septiembre de 1828. La tesis del Bolívar racista no es tan sencilla de defender. Bolívar podía ser un aristócrata, hablar de “pardocracia” y “gobernantes de todos colores”, mas él mismo sacó a bailar a José Laurencio Silva, pardo, en una fiesta durante la Campaña del Perú, cuando las aristócratas blancas peruanas se negaban a danzar con el oficial. Esto fue motivo de escándalo en el conservador Virreinato. Más aún: Bolívar obligó a su sobrina Felicia, blanquita ella, a casarse con Silva. Bolívar creía en un régimen aristocrático, donde estarían en el papel de Lores los blancos criollos y los pardos que habían tenido destacada actuación en la Independencia. El propio Bolívar fue huésped y protegido de Petión, el presidente en la primera república negra de la historia, donde encontró asilo Bolívar y donde se comprometió a abolir la esclavitud. Luego, la tesis del ensayo de mostrar a un luchador por la igualdad de razas masacrado por un Bolívar racista es un despropósito. Padilla fue un prócer, mas también un promotor de revuelta política. No veo el porqué se incluye a este personaje en la colección Retratos. Desconozco si Colombia carece de otros luchadores por la igualdad racial y creo que ha habido momentos más difíciles en esta materia que bajo el breve mandato de Bolívar como Dictador. La lucha racial en Colombia ha sido débil y querer convertir en emblema de ella a Padilla es carente de rigurosidad histórica. En Venezuela Boves y Zamora hicieron dos cataclismos de guerras raciales afortunadamente ajenos a Colombia – hay otras vías de reivindicación social, como nos enseñó Luther King. Dice más sobre el problema racial colombiano la biografía de Cuero Rengifo que este ensayo de “amarillismo histórico” que entrega Gónzalo España.

Este recorrido por personajes notables de Colombia nos da una imagen más completa sobre los logros y posibilidades de ese país. Los personajes, con todas sus singularidades, fueron profundamente colombianos. Varios fueron amigos del aguardiente, como Villa y Betancourt. Muchos padecieron la inseguridad y violencia de su país, como el mismo Villa, Herrera y el desafortunado Galán. Todos tuvieron Colombia en sus miras, aún consiguiendo su maduración final fuera de sus fronteras, como ocurrió con Betancourt y García Márquez.

Quien siga creyendo, tras leer este maravilloso Retrato de Nuestras Gentes que Colombia es simplemente guerrilla y narcotráfico, se pierde una de las naciones con más logros y potencial de la historia latinoamericana. Colombia ha hecho mucho y hará aún más por las hazañas del alma humana.


 

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