El clima electoral empieza a ganar espacio
Claudio Chiaruttini
Politólogo y destacado periodista.


El clima electoral, con suma lentitud, empieza a ganar espacio en los diarios, consume cada vez más tiempo en los medios audiovisuales y puebla las redes sociales. Por eso la 'mesa chica' resolvió en la Quinta de Olivos que, para no perder la presencia y la iniciativa política, Cristina Fernández va a protagonizar, por lo menos, 2 o 3 cadenas nacionales por semana.

Van 2 feriados que la Presidente de la Nación hace actos para aparecer en los medios de comunicación. Ella quiere ser la protagonista de la campaña electoral, quiere que se plebiscite su gestión y los 12 años del kirchnerismo en el poder, pero los presidenciables han dado muestras de que prefieren jugar cada uno su juego o, en el peor de los casos, discutir entre ellos, para minimizar la presencia de Cristina Fernández. Pero, además, cada uno de ellos vive su propia realidad política.

Por ejemplo, Mauricio Macri enfrente una interna en el PRO que gana virulencia cada semana. El costo político que le inyecta al macrismo la actitud de Gabriela Michetti puede tener un impacto en las urnas en las elecciones generales, temen alrededor de Jaime Duran Barbas

Luego del apoyo explícito y repetido de Mauricio Macri a Horacio Rodríguez Larreta, sólo necesita terminar de ganar la calle y dar los puntos finales de la estructura del control de la votación. Durante Semana Santa, las mesas del larretismo estuvieron activas. A su vez, sin el apoyo de Cristian Ritondo, Gabriela Michetti perdió gran parte de sus fiscales en la Zona Sur de CABA, donde se esperan resultados “sospechosos”.

Gabriela Michetti, con inteligencia, desafió a Horacio Rodríguez Larreta a una serie de encuentros públicos en todas las comunas. Y el 'delfín' de Mauricio Macri, previsor, descartó la idea. El Jefe de Gobierno porteño pidió una foto de los 3 juntos, pero la senadora nacional dijo que no espera reunirse con su jefe político hasta después de las internas.

Por eso, el clima se corta con cuchillo en el PRO, causando un desgaste innecesario de la estructura partidaria, aunque la presencia en la calle adelanta la campaña presidencial de Mauricio Macri en la Ciudad.

Y así, con filetes y estiletazos, la campaña del PRO concentra la atención, dado que el resto de las fuerzas políticas de la Ciudad de Buenos Aires no tienen chances ni de recortar diferencias con el oficialismo porteño. El problema, es que el creciente calor de la interna macrista le quita tiempo y fuerzas a los operadores políticos que tienen que hacer las alianzas en el interior, para consolidar la candidatura presidencial de Mauricio Macri.

En ese sentido, gran parte del futuro del PRO en el interior se está jugando dentro de la Unión Cívica Radical, donde los derrotados por Ernesto Sanz en la Convención Nacional, encabezados por Gerardo Morales, Ricardo Alfonsín y Julio Cleto Cobos, quieren libertad para llevar el “paño presidencial” con Mauricio Macri o con Sergio Massa, según convenga a las realidades provinciales, no a los acuerdos nacionales.

Esto ocurrió en La Pampa y en Entre Ríos.

¿Está dispuesta la UCR a tener divisiones internas para defenderla al candidato presidencial del macrismo o del massismo? La amenaza vino de los perdedores de la Convención Nacional de la UCR: si no se les autoriza llevar otro “paño presidencial” que no sea Mauricio Macri, van a armar partidos provinciales para hacer alianzas con el Frente Renovador de Sergio Massa. Así, la opción para Ernesto Sanz es vaciar de contenido el acuerdo con el PRO o ver partido en 10 pedazos a su partido político, en el intento de ganar provincias que nunca antes soñaron que pudieran controlar, tal como es el caso de La Rioja o Jujuy.

De esta forma, se produce una paradoja: Gran parte de la suerte electoral que puedan tener Mauricio Macri o Sergio Massa no está en sus manos, sino en las eternas y desgastantes negociaciones que atraviesan al radicalismo en su búsqueda del poder (en unos distritos) o de sobrevivir (en otros). Curiosa forma de definir, quizás, al futuro Presidente de la Nación.

Por su parte, Sergio Massa se encuentra recuperándose de 2 semanas en las que el Frente Renovador parecía que se disolvía. Una excelente maniobra de desinformación, donde colaboraron macristas, sciolistas y kirchneristas, más alguno que otro massista que intentaba “subir su precio” ante el ex intendente de Tigre, llevaron la situación demasiado grave.

Después de tanta tensión, no hubo fugas notables en el massismo. Felipe Sola renunció a su precandidatura a Gobernador bonaerense, despejando un poco la interna del Frente Renovador y se avanzó en acuerdos en Chaco, con la intendenta de Resistencia, Aida Ayala, que ya tenía un acuerdo con el macrismo; y en Corrientes, que se pensaba cercano al PRO.

En paralelo, los rumores son confusos en las relaciones del massismo con el Peronsimo Federal, quizás porque las negociaciones las encabeza Adolfo Rodríguez Saá, que suele ser “complicado” a la hora de hacer pactos, dado que mientras el puntano asegura que Sergio Massa aceptaría ir a una interna abierta con José Manuel de la Sota y otros presidenciables del peronismo tradicional, ni el Gobernador de Córdoba, ni el ex Intendente de Tigre terminan por confirmar su presencia en la competencia.

El 3er. presidenciable, Daniel Scioli, hace campaña con su particular estilo. El Viernes Santo estuvo en Tandil, con los 2 candidatos a gobernador de Buenos Aires del kirchnerismo, Diego Bossio y Julián Domínguez, lo que para muchos fue parte de un proceso de “descongelamiento” de las relaciones con la Casa Rosada. Pero, mientras tanto, 3 ministros bonaerenses aseguran que cuentan con el apoyo del ex vicepresidente de la Nación para competir en las PASO para gobernador. ¿Será verdad o sólo aspiraciones personales de cada uno de ellos?

Daniel Scioli se rearma luego de haber perdido (y recuperado) 5 puntos de intención de voto en 2 meses. Para ello reorganizó su equipo de campaña dando inmenso peso a las relaciones y acuerdos territoriales, tarea que encargó a una docena sus más cercanos colaboradores para negociar con gobernadores, intendentes y legisladores en vista del enfrentamiento contra Florencio Randazzo. La meta es demostrar quién tiene los votos.

Sin duda, es una campaña electoral única, como nunca antes ocurrió desde que regresó la democracia:
> sin contenidos,
> con “figuritas” tan repetidas como gastadas,
> con un poder institucional que se marcha en forma irreversible pero quiere ser protagonista;
> con los votantes distraídos en los fines de semana largos, e intentando llegar vivos a sus casas luego de trabajar.

Es una campaña extraña, resultado del “regreso de la política” como saldo de la supuesta “Década Ganada”.
 

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