Argentina, ¿Macri presidente?
Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald/el Nuevo Herald. Fue miembro del equipo ganador del Premio Pulitzer, y ha recibido el Premio Ortega y Gasset, Premio Rey de España y el Emmy.


Acaba de arrancar la carrera electoral para las elecciones presidenciales de octubre en Argentina, y ya hay una gran sorpresa: el alcalde Mauricio Macri, de centro-derecha, lleva la delantera en varias encuestas, y no se puede descartar que logre poner fin a 12 años de gobiernos populistas-izquierdistas de la familia Kirchner.

Antes de analizar si será capaz de ganar, veamos lo que me dijo Macri pocos días atrás en una entrevista donde tocamos varios temas.

Macri, un ingeniero que presidió el club de fútbol Boca Juniors antes de ser electo alcalde de Buenos Aires en el 2007, está primero en dos de cuatro recientes sondeos nacionales.

Las encuestadoras Polldata y Giacobbe y Asociados lo tienen en primer lugar, mientras que la empresa Management & Fit lo muestra en un virtual empate con el gobernador de la provincia de Buenos Aires y posible candidato oficialista Daniel Scioli, y la encuestadora Poliarquía lo coloca varios puntos detrás de Scioli.

Cuando le pregunté cómo piensa ganar las elecciones contra un partido gubernamental que va a disponer de muchos más recursos y tiempo en televisión, Macri me respondió que ya ha demostrado que puede hacerlo.

Cuando se postuló para la ciudad, poca gente pensó que podría ganar contra el partido peronista, y sin embargo lo logró. “Hoy tenemos serias posibilidades de ganar”, porque después de 25 años de gobiernos peronistas, los argentinos quieren un cambio, señaló.

Macri rechazó las especulaciones de que le sería muy difícil gobernar con un Congreso y la mayoría de los sindicatos en manos del peronismo, y con millones de personas que han recibido subsidios gubernamentales que seguirían apoyando al peronismo.

“Bueno, yo me remito a los hechos”, dijo. “Nosotros gobernamos la ciudad de Buenos Aires desde hace siete años, habiendo tenido en contra, obstruyendo, al gobierno más duro, más prepotente de décadas. Si lo pudimos hacer desde acá, creo que va a ser mucho más fácil gobernar si uno ocupa el lugar de gobernar toda la Argentina”.

Cuando le pregunté qué haría con las empresas estatales como Aerolíneas Argentinas, que fueron nacionalizadas por el gobierno actual, Macri dijo que evaluaría cada caso en particular, según lo que más convenga.

“Nosotros somos un espacio que ha desandado el camino de las discusiones ideológicas”, dijo. “No nos enamoramos de un libreto. Improvisar para sostener un relato es estafar a la gente. Eso jamás lo haríamos”.

Sobre la economía, dijo que su prioridad sería restablecer la confianza en el país, teniendo un Banco Central independiente, eliminando controles de divisas y haciendo “desaparecer” la inflación. Estas medidas promercado harían que muchos argentinos que tienen miles de millones de dólares en el exterior vuelvan a invertir en el país, y que muchos inversores extranjeros sigan sus pasos, dijo.

Cuando le pregunté si apoyaría investigaciones de corrupción contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios de alto rango del gobierno actual, Macri dijo: “Absolutamente. Yo no creo en la impunidad”. Añadió que está a favor de que la justicia argentina no solo investigue a funcionarios de gobiernos anteriores, sino también cualquier irregularidad que pudiera suceder bajo su gobierno.

Cuando le pregunté qué iba a cambiar en la política exterior de Argentina si es que gana, Macri dijo “Yo diría que todo”. Agregó que “el eje de este gobierno ha sido solamente tener una relación estrecha con Venezuela, y nosotros creemos que el eje de nuestra política exterior es el mundo entero”.

Sus prioridades en política exterior serían restaurar las relaciones dañadas con países vecinos como Uruguay, Paraguay y Brasil; buscar una “convergencia” con el bloque económico de la Alianza del Pacífico integrada por Chile, Perú, Colombia y México, y mejorar las relaciones con Estados Unidos, la Unión Europea, China y otros países asiáticos.

Mi opinión: Es muy temprano para sacar conclusiones sobre las encuestas, pero Macri ha arrancado bien.

Si la economía argentina sigue cayendo (según el Fondo Monetario Internacional, Argentina tendrá junto con Venezuela el peor desempeño económico de Latinoamérica este año), Macri tiene buenas posibilidades de ganar.

Pero no la tendrá nada fácil. Aunque las desastrosas políticas kirchneristas han dejado un país quebrado, a pesar de haberse beneficiado de la mayor bonanza de exportaciones de materias primas en casi un siglo, es probable que el gobierno de Fernández empiece a imprimir dinero e hipotecar aún más el país con préstamos chinos para crear una ilusión de recuperación económica y tratar de ayudar a su candidato a ganar las elecciones.

La buena noticia es que los principales contendientes de Macri — unos más que otros — también intentarían volver a insertar a la Argentina en la economía mundial, y poner fin a la alianza automática con Venezuela. Todavía hay razones para ser optimistas sobre Argentina.

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