Las amas de casa y la economía
César Yegres Guarache

Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve




Una de las maneras mas apropiadas de comprender el funcionamiento de la economía es observar el comportamiento de un ama de casa al momento de administrar su presupuesto familiar. Son unas verdaderas expertas distribuyendo sus reducidos ingresos de manera que les permitan satisfacer adecuadamente todas las  necesidades de su grupo familiar.
 
Sus acciones se guían por una serie de reglas no escritas, muy sencillas y elementales, pero repletas de sentido común y sabiduría, que constituyen toda una lección de teoría económica. No se trata de un recetario de medidas complicadas formuladas por técnicos de algún organismo multilateral, sino un patrón de conducta personal que rinde sus frutos si se sigue al pie de la letra.
 
Procure que sus gastos ordinarios estén soportados  totalmente por sus ingresos ordinarios. Ahorre para el futuro. No le preste dinero a alguien que tenga poca capacidad de devolvérselo. Sea honesto, sensato, eficiente y responsable. Exija  la mejor relación calidad-precio en todos los productos que compre. No se endeude para cubrir gastos ordinarios. Invierta en la educación y formación intelectual de los miembros de su familia. Reduzca al mínimo sus gastos supérfluos e innecesarios. Diversifique sus inversiones. Adquiera activos generadores de ingresos. Incentive a sus hijos y premie el esfuerzo. Actúe con fundamento.
 
Son muy simples y elementales, pero allí precisamente radica su efectividad, en proceder racionalmente, sin rodeos y hacer lo correcto en el momento oportuno. Venezuela se encuentra en medio  de la crisis económica más profunda de su historia contemporánea, por el afán de insistir con un modelo ideológico que no ha hecho otra cosa sino fracasar en todos los países y épocas donde se ha aplicado. Ante esta situación, la pregunta es obvia: ¿Cuánto de esto se hubiera podido evitar si los encargados de la formulación y aplicación de políticas económicas en nuestro país hubieran seguido los consejos de estas sabias señoras y no las de  viejos manuales de economía planificada y centralizada?           
 

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