Reflexiones sobre ¨la violencia y la agresividad social¨
Miguel Sagués
Miguel Sagués es médico y periodista. Conductor de "Tiempo de opinar" es una propuesta que lleva más de 7 años al aire, donde se propone abordar temas políticos y de actualidad, sustentado en una mirada diferente de la información, compartiendo con los oyentes una profunda reflexión acerca de las principales noticias y acontecimientos del quehacer nacional. 


Desgraciadamente no nos sorprende, que desde hace varios años nuestra Argentina está enferma de violencia, los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad. 
 
El avance de la violencia en la sociedad, del delito y del narcotráfico, agravado por la lentitud de algunos jueces y fiscales deteriora la confianza de los ciudadanos ante la Justicia en su eficacia. 
 
Todo lo que atenta contra la dignidad de la vida humana es violación al proyecto de cualquier desarrollo personal, familiar y social: la desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre "barrabravas" a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, etc.; etc.; 
 
Desgraciadamente esta situaciones muchas veces son provocados desde el gobierno con discursos agresivos y violentos provocando un quiebre social de confrontaciones e intolerancia .Un gobierno que confunde agresividad con violencia y la ejerce sin escrúpulos manipulando de esa manera a gran parte de la sociedad. 
 
Hacen daño a los demás, la violencia desde el poder genera una relación asimétrica donde una de las partes se cree superior a la otra y como tal busca el control y el sometimiento de quienes se sienten inferiores. 
 
Si sumamos a esto la corrupción, tanto pública como privada, que no deja de ser actos generadores de violencia y causantes de injusticia y muerte. Desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educación, transporte. Estos delitos habitualmente prescriben o su persecución penal es abandonada, garantizando y afianzando la impunidad. Son estafas económicas y morales que corroen la confianza del pueblo en las instituciones de la República, y sientan las bases de un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley. A ello se agregan mafias del crimen organizado sin freno dedicadas a la trata de personas para la esclavitud laboral o sexual, el tráfico de drogas, etc. 
 
Toda esta situación ha provocado miedo en gran parte de la sociedad, generando impotencia, frustración, agresión y provocando muchas veces actos violentos. 
Configuramos un espiral de violencias y contra violencias sin precedente. Somos parte de una escalada de actos de intolerancia, corrupción, marginación y discriminación. Somos parte de la globalización de la violencia. Presenciamos y vivimos un modelo y estilo violentos de gobernar, convivir, y educar. Un estilo de gobernar que se caracteriza fundamentalmente por la intolerancia que lleva a la confrontación política y social. 
 
Urge en la Argentina recuperar el compromiso con la verdad, en todas sus dimensiones. Sin ese paso estamos condenados al desencuentro y a una falsa apariencia de diálogo, y recuperar los valores, recordando para que éstos existan es necesario representantes con ética, probos y capaces.
 

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