La década ganada
Richard Leslie Ramsay
Director de "Desafío Exportar".


Este país que se destaca por la producción de alimentos, mueren niños por desnutrición. Debe ser el resultado exitoso de la “década ganada”.

El problema de la desnutrición infantil, no empieza y termina en el hambre. Tiene su correlato en que un niño mal alimentado no desarrolla su intelecto y queda a futuro sumergido para tareas secundarias, ya que no podría dominar la tecnología que avanza en un mundo globalizado a velocidades impensadas, y el niño (futuro hombre), no alcanzaría a desarrollar su nivel de entendimiento.

Todo país necesita una dirigencia lúcida que participe desde diferentes disciplinas a engrandecerlo. La desnutrición dejaría afuera a muchos en privilegio de otros. Es decir, la igualdad de oportunidades no existe si en la principal etapa de su desarrollo el niño es desnutrido.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, dijo públicamente que no tienen estadística de la cantidad de pobres que hay en la Argentina. No debemos caer en el error de creer que sólo sucede en Salta, Formosa o Tucumán.  En la provincia de Buenos Aires, apenas cruzando el Riachuelo, encontraremos igual o mayor cantidad de niños desnutridos, provenientes de familias que se encuentran bajo la línea de pobreza.

Miles de niños mal alimentados, mal educados, mala o nula atención y prevención en salud, mal vestidos, una conjunción difícil de asimilar transitando el siglo veintiuno, y en un país que hace alarde de la “década ganada”.  Aquí el relato se hace trizas y muestra a un gobierno de espaldas a la realidad porque no pueden combatir lo que no saben que existe.

Desde el helicóptero se pueden ver los techos de las villas de emergencia, pero no se ven ni los pisos de tierra, ni la contaminación con la que conviven entre ratas y basura.

NOS ACERCAMOS A UN FIN DE CICLO
Nos acercamos a un fin de ciclo, gane quien que gane las elecciones. Aún si ganan los candidatos que se perfilan del kirchnerismo, ya que – entendemos - ninguno puede ser considerado abrazado al sultanato de CFK, si no es por conveniencia política,  hasta llegar a las PASO  y posteriormente a las elecciones presidenciales.

Tanto Daniel Scioli como Florencio Randazzo están a la espera de saber con exactitud que caudal propio de votos podrían tener antes de dar un portazo. Hoy están necesitados de ratificar a este modelo que llaman la “década ganada”  para mantener la bendición de CFK, a sabiendas que cualquier traspié los puede poner en el centro del cuadro y ser incinerados  de un momento para otro. Scioli está curtido y se viste de amianto. Randazzo recién empieza a transitar esta flamante etapa, y lo único que puede exhibir es una muy buena gestión en: las tarjetas SUBE, documentos de identidad y pasaportes, y la transformación del sistema ferroviario. En cambio nada pudo hacer frente a la transformación portuaria de cara a los nuevos desafíos, ni por el transporte de cargas por la hidrovía ríos Paraná Paraguay. La flota fluvial argentina, apenas puede transportar el 3% de las exportaciones que genera nuestro país perdiendo de facturar millones de dólares en concepto de fletes. Florencio Randazzo, es evidente que como ministro no pudo influir en la presidente para que incorpore estos tema a su agenda de gobierno, quedando para él,  una asignatura pendiente importante para la economía del país en uno de los sectores generadores de divisas, y una necesidad para las economías regionales.

Por su parte Daniel Scioli, aún con la bendición de CFK, tiene muchos baches en la administración de la provincia de Buenos Aires, que pueden jugar en contra a la hora de estar frente la urna. Una contienda interesante con toda la oposición expectante contando las costillas de cada uno. 

 

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