Argentina: derechos y economía
Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista,
escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la
Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un
master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas,
Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de
habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había
convertido en el octavo país del mundo.
La función del poder judicial de
limitar el poder del gobierno de conformidad con los principios establecidos en
la Constitución
Nacional , constituye el principio fundamental de la
limitación del poder político y el respeto por los derechos individuales. La
ignorancia de ese principio implica desconocer el principio fundamental de la
libertad. Tal como lo dijera Adam Smith: “Cuando el poder judicial está unido
al Ejecutivo, la justicia es pura política”.
Asimismo es importante establecer un presupuesto sociológico que
considero relevante para el análisis de la situación argentina. Pretender
analizar la presente situación política argentina a partir del supuesto de una
cultura miserable en todos los aspectos de la vida cotidiana argentina es una
falacia indubitable. Si así fuera cualquier intento de corregir la presente
situación política argentina estaría condenado al fracaso. La problemática
actual mal que les pese a aquellos que descalifican el ser argentino, pero que
por supuesto no se incluyen entre ellos, es una problemática que trasciende la
cultura argentina.
Al respecto me voy a permitir una comparación ineludible. Hoy Europa,
incluida Inglaterra, enfrenta un desequilibrio económico trascendente. Me
atreverá a decir que ese desequilibrio es mayor que el que impera hoy en Argentina.
Ello es consecuencia del sistema socialista impregnado en la conciencia europea
desde el siglo XIX. Ya debiéramos saber pues que la economía no es el factor
determinante, sino que es la consecuencia del sistema político. Y cuando la
demagogia prevalece, a los hechos me remito. He hecho esta referencia para
mostrar que la estupidez no es patrimonio de la argentina por más que suframos
la propia.
Al respecto vale recordar las palabras de David Hume que dijo: “No
podemos hacer nada para cambiar la naturaleza humana, si queremos cambiar los
comportamientos debemos cambiar la situación y la circunstancia” Fue en virtud
del realismo de esa observación la Argentina ha sido un
ejemplo de que cuando su clase dirigente tomó conciencia del sistema político
que había cambiado la historia del mundo, y lo aplicó pasó a ser uno de los
primeros países del mundo.
Donde impera la demagogia en nombre de la supuesta igualdad, la solución
se hace imposible, y esa es la batalla presente en Occidente con el nombre de
socialismo. En nuestro medio, esa batalla
prevalece con la descalificación ética y económica del supuesto
neoliberalismo que se le atribuye al gobierno del presidente Ménem. El
confundir el fracaso de la política económica con la descalificación política
del liberalismo o con lo que considero el mal llamado capitalismo, es otra de
las confusiones políticas prevalecientes. Diría que envuelve el discurso de la
izquierda para llegar al poder.
La política de Menem fue en muchos aspectos eficiente, a ella le debemos
que los teléfonos funcionen en Argentina. Lamentablemente el error de esa
política fue la llamada convertibilidad. El problema no obstante no fue la
liberación del mercado de cambios, sino el intento de mantener un tipo de
cambio fijo, que alcanzó una sobre valuación del peso de un 45%. A ese nivel
estaría llegando la sobre valuación actual del peso y que en la actualidad ha
sido aun mas negativa como consecuencia de la re valuación del dólar en el
mercado mundial.
Entonces volviendo a la problemática política actual, insisto en que la separación de los poderes que establece la Constitución debe ser
defendida claramente por la oposición. Consecuentemente debe adquirir el compromiso de eliminar todas las presentes violaciones de
la constitución que prevalecen en la política actual. Y en ese sentido
reconocer la decisión del Juez Marshall en el caso Marbury vs. Madison donde
dijo: “Todos aquellos que han establecido constituciones escritas las
contemplan como la ley fundamental y suprema de la Nación , y consecuentemente
la teoría de todos esos gobiernos es que toda ley de la legislatura repugnante
a la constitución es nula. Es enfáticamente el ámbito y el deber del poder
judicial el decir que es la ley”. .
La política para resolver el actual desequilibrio económico de la Argentina pasa
inexorablemente por eliminar las
violaciones a la
Constitución nacional prevalecientes en la actualidad. En
primer lugar eliminar el cepo cambiario que constituye una violación de los
artículos 14, 17 y 19 de la Constitución
Nacional. Seguidamente por supuesto liberar el tipo de cambio
y consecuentemente corregir la actual re valuación del peso. En segundo término
declarar inconstitucional la ley de coparticipación federal que implica una violación
del federalismo. Derogar la ley de prensa que viola el artículo 17 de la Constitución. Y
por último pero no menos importante reducir el nivel del gasto público, que
implica niveles de impuestos que violan el derecho de propiedad.
Por todo lo dicho anteriormente es evidente que la problemática económica argentina pasa inexorablemente por la
política nacional, no obstante que los factores externos favorables que
permitieron compensar en gran medida los errores internos puedan haberse
diluido en alguna medida. Tal es por ejemplo la caída en el precio de la soja y la reciente
re valuación del dólar. Dada esa realidad es más que necesario corregir los
errores que significan los elementos actualmente vigentes violatorios de la Constitución
Nacional y restaurar la seguridad jurídica. Ello en modo
alguno implica una revolución como aparente la ha querido considerar Scioli
públicamente. Ya debiéramos saber que cumplir con la Constitución es
precisamente evitar la revolución se que se ha venido practicando desde hace
tiempo, con los resultados a la vista.
Si alguna duda cabe el respecto
del concepto de revolución pasemos al Diccionario de La Lengua Española : “Revolución:
Cambio violento de las instituciones políticas de una nación; Por ext
inquietud, alboroto, sedición; Mudanza o nueva forma en el estado de gobierno de las cosas. Dada esas
definiciones podríamos concluir que las palabras de Scioli significan que en el
caso de llegar a la presidencia no se modificaría la realidad política
presente.
Yo no hago predicciones sino que me limito a analizar las situaciones y
las causas que las determinan. Por tanto no me atrevo a predecir quien sería el
próximo presidente de Argentina, pero todo parecería indicar que la alternativa
presente son Scioli y Macri. Dícese que la ventaja actual sería Scioli por su aparente
aceptación pública en la Provincia
de Buenos Aires que es el distrito más importante de la Nación. No obstante ello pienso
que el enfrentamiento con Massa, algún efecto tendría sobre el electorado que
le sería favorable. Las últimas encuestas, y así los resultados de las
recientes elecciones en la capital, Santa Fe y Mendoza, estarían mostrando una
creciente vigencia de Macri en el panorama político nacional.
Ante ese panorama, todo parece indicar que así como Scioli representaría
la continuidad del modelo, Macri representa la alternativa política del cambio.
No del supuesto libre mercado, sino de la restauración de los derechos
individuales que permiten la libertad del mercado. Y esa restauración de los
derechos individuales no tiene otro significado que la abolición de las leyes
que actualmente violan la Constitución
Nacional. Ya en esa línea se manifestó públicamente respecto
a la necesidad de eliminar el cepo cambiario, que como antes dijimos constituye
una violación paladina de la
Constitución.
Con respecto a la economía no hay dudas de que Argentina padece un
desequilibrio que es necesario corregir y que como se ha explicado depende del
elevado nivel del gasto público. Ello no quiere decir que se prevea una crisis
insoluble en el futuro inmediato. Demás está decir que la falta de divisas se
corregiría en gran medida tan pronto surja un gobierno que represente la
restauración de la seguridad jurídica en el país. Las razones de la crisis tal
como lo hemos expuesto se deben a la política y por tanto se requiere un cambio
de la misma.
Como hemos dicho anteriormente el primer paso en ese cambio en términos
económico es la reducción del gasto público, la reducción de los impuestos y en
particular de las retenciones a las exportaciones y la liberación del mercado
de cambios. La política monetaria sería decidida de conformidad con las
circunstancias que se presenten. Esta política es un proceso y por supuesto no se puede esperar un cambio de
la noche a la mañana, pero lo importante es que se sepa que es lo que hay que
hacer. Pero a su vez es de esperarse que cuando se perciba en el mercado la
nueva tendencia política se modificará el comportamiento y por supuesto
aumentará la inversión cuyo bajo nivel en la actualidad es un hecho.
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