El accionar del mercado y de la burocracia partidarios
Eloy Soneyra

Doctor en Psicología de la Universidad de Belgrano especializado en Calidad y Factor Humano. Es autor y editor de libros como: “Gerencia y Excelencia, Calidad de la A a la Z” (el primer diccionario enciclopédico de la calidad y la gerencia en el Mundo), “Autodiagnóstico de la Gestión empresaria” (primer sistema cuantificado con las Bases del Premio Nacional a la Calidad). Director Ejecutivo del Estudio Soneyra, organismo destinado a la Psicología Aplicada a la Clínica y a asesorar a personas de empresas sobre Calidad y Factor Humano. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010).



El accionar de los productores de bienes y servicios para el  mercado y de los burócratas es marcadamente distinto vayan unos ejemplos comparativos, donde en primer lugar está señalado el accionar de la mayoría de la Alta dirección y los gerentes de las empresas a los que denominamos “directivos” y en segundo el actuar de esa mayoría de los políticos en función pública, nombramos “burócratas”; 1) mientras en una empresa los directivos productivos recorren cada vez más las áreas de producción, los burócratas improductivos recorren  ciudades de distintos países; 2) los directivos  establecen diálogos con la gente, los burócratas por los celulares hablan con aquellos con los que pueden sacar una diferencia; 3) los directivos  buscan por concurso los más idóneos para integrar sus equipos, los burócratas  buscan acomodar a familiares amigos y amigas;  4 ) los directivos capacitan a sus empleados, los burócratas no se capacitan en crear impuestos que alimenten sus sueldos; 5) los directivos achican las cadenas de mando, los burócratas acrecientan los ñoquis, un ex ministro antes de regresar a su casa, por2001  premió con un sueldo de u$s 3.000, a cada uno de sus tres chóferes ; 6) los directivos eliminan gastos innecesarios, los burócratas inventan tasas que encarecen la producción; 7) los directivos escuchan a los clientes y se preparan desde un inicio para jubilarse con más de cuarenta años de servicio y 65 de edad, los burócratas  buscan el puesto para  luego de unos pocos años tener una jubilación de privilegio. En síntesis los directivos crean no sólo bienes y servicios, sino puestos de trabajo, procurando la felicidad de los clientes, mientras que los burócratas crean trabas a la producción y esquilman al electorado al que además mil veces le, mienten. (Recordemos esto que dijeron: El que apuesta al dólar pierde o el que puso dólares recibirá dólares, o  el que compraba diez vasos, podrá comprar diez vasos, los depósitos son intangibles).
 
 En otras palabras las fuerzas productivas tratan de ofrecer productos, servicios y entretenimientos de calidad al menor costo,  mientras la mayoría de los políticos en función pública con su labor no ayudan a la mayor libertad de los ciudadanos, a la defensa de la propiedad privada, a la seguridad, a  la salud y a la educación. No apuntan al bien común sino al bien propio, sin preocupación de los costos, a punto tal que la cuarta parte de los mejores remunerados del país se encuentran en la administración pública, pues se acrecentó el número de agentes y de organismos innecesarios, para la producción algo así como más de 200 burócratas incorporados por día.  Ya lo señalaba Ortega y Gasset en “Mirabeu o el político”, el Político con mayúsculas trabaja para que la máquina de la Nación opere para el crecimiento de la Nación, el político con minúsculas opera para que los habitantes de la Nación trabajen para él, sus familiares de sangre y políticos, ex esposas, y allegados; en otras palabras es un “neofeudal” que esquilma al pueblo para su beneficio y de sus allegados de cortesanos y bufones. Dos  muestras  más de esta iniquidad, la primera, la interminable lista de secretarias, direcciones, subdirecciones de organismos oficiales que obra en la  guía amarilla de teléfonos, que revela la gran legión burocrática, que como ejército de ocupación impide el desenvolvimiento de los ciudadanos. La segunda se ve recorriendo la  propia casa u oficina donde se encontrarán que todas las cosas y servicios son frutos del capital privado como remedios,  electrodomésticos, artículos para el hogar, mobiliario, luces, pinturas, puertas, ropa, accesorios, libros, discos, decorados, teléfonos, fax, computadoras, posibilidades de internet, etc. y  ninguna producto de una ley o decreto gubernamental.  Esa lista debe acortarse con una verdadera reforma del Estado.
 
Para ver que dieron los políticos con minúsculas, basta ver  los impuestos que obran en las facturas de servicios, recuérdese el IVA, o que la nafta vale aquí por gravámenes más del doble que en Estados Unidos, o que por no recibir seguridad se paga vigilancia particular, o para tener atención de salud muchos tienen su propia prepaga, o ante la fallas en lo educativo se envían los hijos a escuelas o colegios privados.
 
No será la hora, como quería Torquenville de limitar al parlamento, como se había limitado al rey, mientras tanto es necesario que los señores parlamentarios trabajen como los gerentes, con una o dos secretarias que la empresa les provee. No es posible que dividiendo el número de agentes de planta permanente y transitoria por el de legisladores, nos dé un valor no menor de 50 agentes por parlamentario, pues ese número de personas ñoquis, chóferes o peluqueros,  jamás se da en el sector privado, pues no hay empresas con esa cantidad de gente destinada a no dar servicio alguno y menos a incrementar el valor de lo que han recibido, y menos aun para peinar a los directivos.
 
El presidente, el vicepresidente, los parlamentarios, los ministros,  los secretarios los subsecretarios no están para impulsar actos “legales” pero “ilegítimos”  para asignarse la suma del poder público, el incremento de impuestos leyes o  transferir a las generaciones futuras las deudas públicas contraídas por y para sostener la gigantesca burocracia. Olvidando que existen para crear leyes que faciliten la producción, la prestación de servicios. No están tampoco  para buscar consenso para distribuirse sillas ministeriales, sino para a tener sensibilidad para percibir el reclamo de la sociedad.  Además  están para gobernar los 365 días del año, sean del poder ejecutivo, legislativo o judicial, todos los años que cubre su  período. Período y silla a la que ellos se postularon para trabajar en pos de los demás. En una nación donde muchos ciudadanos laboran 12 a 14 horas diarias, no hay cabida para vacaciones de verano e invierno, como no hay cabida a un aguinaldo que es un premio para los que trabajan y producen. Quienes no estén dispuestos a trabajar sin pausa ni descanso todos los días de su mandato, en el país,  que no se postulen, que se queden en sus casas amasando los únicos ñoquis que tanto les apetecen. Este es el mandato que las fuerzas morales de la Nación, deben imponer a las torpes que la están matando.
 
Para no llegar a este final en el campo biológico está la medicina, y en el campo social los “estadistas visionarios” con mayúscula que sacan a la sociedad de la postración con ideas y acciones que incrementan las fuerzas creativas de la Nación. Líderes que no hacen grandes cosas, sino que hacen que los demás hagan grandes cosas. Máxime que los burócratas que viven de los impuestos al mercado, no vacilan de usar todo cuanto el mercado ofrece; mientras que los que forman el mercado no pueden tomar los bienes de la burocracia (aviones, vehículos, teléfonos, secretarias, peluqueros, asesores, pasajes en distintos medios).
 
A pesar de todo lo señalado son numerosas las personas que descalificando la actuación gubernamental de todos los niveles nacionales, provinciales  y municipales, simultáneamente pugnan por ser agentes del gobierno, y lo peor  es que sus críticas más feroces son contras las empresas privadas, verdaderos sostenes de su bienestar, hecho que deviene desde 1916 y se acrecentó en 1946 y subió superlativamente desde el año 2003. 
 

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