Las fuerzas armadas, la estatua de Colon y Guillermo Moreno
Guillermo Lascano Quintana
Abogado.


¿Por qué reflexionaré sobre temas aparentemente tan dispares como los que encabezan esta nota? Por que marcan lo disparatado de nuestra realidad y la ausencia de reacciones sociales adecuadas,
En días recientes hemos escuchado, con sorpresa, que las fuerzas armadas “apoyan el proyecto nacional”, refiriéndose, naturalmente, a las acciones que lleva a cabo el gobierno. Tan insólita e improcedente declaración importa tanto como decir que los hombres y mujeres que integran las fuerzas armadas son todos oficialistas y comulgan con todas y cada una de las medidas que tome el gobierno y adicionalmente que no comparten las propuestas de la oposición. Eso es algo de lo que no se registran antecedentes durante gobiernos de jure, desde el primero de Perón. Como si esto fuera poco se admite la condena a la indigencia presupuestaria de las mismas fuerzas armadas y se les encomiendan tareas de ayuda social. Ello mientras nuestra defensa y seguridad nacionales no merecen ni la atención del gobierno y del partido gobernante, aunque tampoco la de la sociedad en general ni de sus dirigentes, que prefieren olvidarse de lo que les debemos a los militares desde los inicios de la Nacion y de la precariedad en que se hallan.
Lo de la estatua de Colón es otro disparate mayúsculo, tanto por los propósitos cuanto por el método y sus consecuencias.
En su afán fundacional, propio de gobiernos autoritarios e ignorantes, el intento de borrar de la escena a Colón es de un simbolismo insólito. Nuestra nación es hija principal de la inmigración, que se fundió y mezcló con los pocos habitantes originarios que había durante la conquista. Casi todos los argentinos tenemos algún antepasado principalmente europeo o asiático. La misma titular del Poder Ejecutivo debe ser descendiente de europeos y quizás sin gota alguna de los indígenas locales. Sin embargo quienes se dicen democráticos y respetuosos de las mayorías, vulneran la historia atacando a un monumento que simboliza el origen de casi todos los argentinos. El origen (consejo de Chavez) y la excusa (donación de Morales) también son simbólicos, aunque disparatados. Las características de los argentinos son distintas de las de los venezolanos y bolivianos. Distintas, no mejores ni peores. Sustituir un emblema de nuestra historia inicial (el descubrimiento y la conquista) por la ulterior (la independencia) no agrega nada a la verdad y ofende a muchos innecesariamente. Todos los argentinos, por ser argentinos y por debérselo a nuestros próceres de la independencia, los respetamos y admiramos. Pero también respetamos y admiramos a quienes al organizar la nación lo hicieron sobre la base de la libertad y el respeto de los derechos, lo que hoy aparece vulnerado. 
Lo del funcionario Guillermo Moreno es quizás, el colmo del mamarracho y de la vergüenza. Su conducta encuentra émulos en el primer gobierno de Perón, cuando se persiguió y encarceló a comerciantes por no cumplir con los precios máximos impuestos por el gobierno sin ningún respeto de la realidad. (El método de imponer precios fue intentado por el emperador romano Domiciano, en el siglo IV y siempre fracasó desde entonces) Los ignorantes creen que es posible contrariar la realidad económica. En la época del primer gobierno de Perón, casi igual que ahora, durante muchos años los argentinos consumimos un pan que no estaba íntegramente hecho de harina de trigo, que faltaba por las desastrosas políticas desarrolladas en aquellos años. Se le agregaba harina de mijo con lo que el pan dejó de ser blanco pues se hizo gris. Sin embargo lo increíble es la conducta pública de este funcionario. Se comporta, sin respeto por norma legal o social alguna, es incapaz de hablar de modo normal, pues vocifere e insulta a quien lo contradiga o el suponga que no se somete a sus caprichos. Un verdadero matón.
Estamos en un rumbo equivocado, conducidos por inexpertos, vengativos e inescrupulosos y con la pasividad del ganado que va al matadero sin darse cuenta.
Tal vez decir las cosas como son  nos ayude a desligarnos quienes gobiernan.


 

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