La prueba del Papa en Ecuador
Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald/el Nuevo Herald. Fue miembro del equipo ganador del Premio Pulitzer, y ha recibido el Premio Ortega y Gasset, Premio Rey de España y el Emmy.


La gran pregunta sobre la visita del Papa Francisco a Ecuador — que también puede darnos una idea sobre lo que va a decir cuando viaje a Cuba en septiembre — es si va a criticar la censura oficial en uno de los países que más reprimen la libertad de prensa en el hemisferio. Desafortunadamente, existen muchos temores de que no lo hará.

Ecuador, la primera parada de una gira sudamericana de siete días, que también llevará a Francisco a Bolivia y Paraguay, ha sido descrito recientemente por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) como el país de las Américas con las leyes de medios más represivas. Freedom House, otro grupo defensor de la libertad de prensa, describe a Ecuador en su mapa mundial de libertad de expresión del 2015 como “no libre”.

Bajo una ley del 2013 promovida por el presidente populista de Ecuador, Rafael Correa, el país ha creado un sistema de facto de censura, en que los medios independientes pueden ser objeto de grandes multas, y están obligados a publicar las réplicas del gobierno si sus artículos son considerados injustos por una nueva agencia gubernamental supervisora de los medios de prensa.

Bajo la nueva “ley mordaza”, el gobierno ha iniciado por lo menos 270 acciones legales en contra de medios independientes, según Fundamedios, un grupo independiente de monitoreo de libertad de prensa. En uno de los casos, el diario El Universo fue multado con una penalidad de 350 mil dólares, informó Fundamedios.

Como resultado, al menos tres periódicos — incluyendo Hoy, el segundo diario más grande de Quito —y varias emisoras de radio se han visto obligadas a cerrar.

Además, Correa intimida rutinariamente a periodistas: durante una conferencia de prensa llamó a una reportera “gordita horrorosa” y recientemente — en lo que se ha convertido en un recurso de manual de los demagogos populistas en toda la región — acusó a los periodistas críticos de ser golpistas.

Y en medio de todo esto, Correa interrumpe la programacion televisiva con constantes “cadenas” con discursos videos de propaganda oficial.

“El gobierno ha utilizado la ley mordaza para monopolizar la información”, me dijo el director de Fundamedios, César Ricaurte. “Y el número de agresiones contra los medios se ha disparado”.

Fundamedios ha registrado 350 agresiones contra los medios en el 2014, y 186 en lo que va de este año. El 25 de junio, la propia Fundamedios se convirtió en el blanco de una de estas acciones, cuando el organismo gubernamental regulador de medios, Secom, acusó al grupo de supuestamente estar llevando a cabo actividades “atentatorias al desarrollo social”.

Cuando le pregunté si cree que Francisco criticará la censura en Ecuador, Ricaurte no sonó demasiado optimista.

Me dijo que Fundamedios y otros 10 grupos de defensa de la libertad de prensa enviaron una carta al Papa pidiendo que se les incluyera en una reunión con grupos de la sociedad civil que tiene programada para el martes, pero que hasta ahora los grupos no han sido invitados. El gobierno está controlando gran parte de la agenda papal durante su visita, agregó.

“Hasta ahora, ninguna organización crítica del gobierno ha sido invitada a esa reunión con la sociedad civil”, me dijo Ricaurte. “Eso es preocupante”.

Los críticos señalan que la jerarquía católica de Ecuador apoya a Correa, entre otras cosas porque — a pesar de su discurso izquierdista — es uno de los pocos presidentes latinoamericanos que se opone a los abortos de todo tipo, y está en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Otros activistas a favor de la libertad de prensa dicen que temen que el Papa no critique la censura porque es probable que Francisco comparta en parte la posición de Correa de que los medios son irresponsables y deben ser controlados.

Citan la reacción del Papa tras el ataque terrorista de enero contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo, cuando — mientras que los franceses inundaban las calles en apoyo a la libertad de expresión, coreando “Yo soy Charlie Hebdo” — Francisco criticó a la revista diciendo que la libertad de expresión “tiene un límite”. Correa inmediatamente aplaudió la declaración del Papa sobre la revista francesa.

Mi opinión: los gestos de humildad de Francisco al comienzo de su papado cautivaron a muchos de nosotros, y el sumo pontífice se ha convertido en uno de los más populares en los últimos tiempos, especialmente en América Latina.

Nadie espera que se convierta en un activista político. Pero si no hace una referencia explícita contra la censura durante su visita a Ecuador, o si permite que Correa controle su agenda y no incluya a las voces críticas en su reunión con grupos de la sociedad civil, estaría cometiendo un gran error, y sería una gran decepción.
 

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