Las ideas en Grecia y Occidente
Armando Ribas
Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista, escritor e investigador. Nació en Cuba en 1932, y se graduó en Derecho en la Universidad de Santo Tomás de Villanueva, en La Habana. En 1960 obtuvo un master en Derecho Comparado en la Southern Methodist University en Dallas, Texas. Llegó a la Argentina en 1960. Se entusiasmó al encontrar un país de habla hispana que, gracias a la Constitución de 1853, en medio siglo se había convertido en el octavo país del mundo.


    Voy a insistir en un tema relevante que es la validez de las ideas y su trascendencia temporal. Hoy se me antoja decir que en Grecia está vigente Platón y se han olvidado de Aristóteles. Las consecuencias están a la vista, y el supuesto acuerdo con la Unión Europea después de variadas discusiones respecto al pago de la deuda y su permanencia en el Euro, vale recordar las sabias palabras de Adam Smith: “Cuando la deuda nacional ha sido acumulada a cierto grado, yo creo que hay escasamente una simple instancia que haya sido equitativa y completamente pagada”. La actual deuda de Grecia alcanza nada más y nada menos que al 180% del PBI.
 
    Pero esa es la situación que enfrenta la Unión Europea, ante la alternativa de la salida de Grecia de la Unión Europea y vuelva a su moneda original. Ello sería un verdadero desastre para la Unión Europea. Al respecto Adam Smith dice: “La elevación de la denominación de la moneda ha sido el expediente más usual mediante la cual la quiebra del banco público ha sido disfrazada bajo la apariencia de la pretensión del pago”. Seguidamente señala que “este método en lugar de mejorar agrava la situación, y su mejor alternativa es el reconocimiento de la quiebra”.
 
    Si bien estoy de acuerdo con la primera proposición, discrepo absolutamente  con la solución alternativa de permitir la quiebra del sistema. Debo recordar que en tiempos de Adam Smith el oro era la moneda que regía, pero esa situación cambió y no prevalece en la actualidad. Puedo decir que Milton Friedman condice con mi posición al respecto y en su obra Free to Choose (Libre para Elegir) culpó al Federal Reserve de Washington por la crisis de la década del treinta por no haber seguido la política del Federal Reserve de New York, y permitir así la quiebra de miles de bancos en Estados Unidos. Y en oposición a la tesis de Adam Smith dice: “Otra forma de detener el pánico es el capacitar a los bancos a convertir sus activos rápidamente en efectivo, no a expensas de otros bancos sino a través de efectivo adicional de una impresión de moneda de emergencia”. Y en ese sentido Kindleberger coincidió con Friedman y escribió: “La depresión de 1929 fue tan amplia, tan profunda y tan prolongada porque no hubo un prestamista de última instancia”.
 
    De acuerdo a los anteriores análisis, todo parecería indicar que el acuerdo para intentar sobrellevar la crisis griega adolece del principio de la necesidad de creación de moneda, para evitar la quiebra de los acreedores, o sea de los bancos europeos. Ni el BCE ni la Sra. Merkel parecen estar de acuerdo con la necesidad de la creación de moneda  vía la compra de bonos del tesoro griego, para evitar la quiebra del sistema. Y esto sucede en una situación en la que el gasto público en Grecia, así como en los países principales de la Unión Europea ronda o supera el 50% del PBI. Y vale recordar que en Estados Unidos durante la depresión de 1929 el gasto público no superaba el 12% del PBI. Por ello el análisis de la teoría de Keynes requiere tener en cuenta esta diferencia fundamental de la situación financiera. Keynes recomendaba el aumento del gasto público para incrementar la demanda, y hoy el problema lo crea el nivel del gasto.
 
    Igualmente Friedman reconoció que el problema no era el déficit, sino el nivel del gasto, y este problema es el que estamos viendo con las diferencias del caso en la UE y en Argentina. Por esa razón ante las alternativas vigentes me atrevo a sostener que la solución a la crisis griega pasa inexorablemente por abandonar el Euro y volver a su moneda original, que le permite crear efectivo para evitar la quiebra del sistema. El intento de la supuesta austeridad pretendida por la Sra. Merkel es un proyecto condenado al fracaso en un momento de recesión que padece la Unión Europea.
 
   Tal como hemos dicho el problema europeo y fundamentalmente la crisis griega pasa por el nivel del gasto público. La deuda es una consecuencia del nivel del gasto. Como bien dice George Gilder: “El gasto público no forma parte del producto, sino del costo de producir”. Dado los elevados niveles de deuda creo que la única alternativa para evitar la quiebra de los bancos es la inflación. Es por ello que la Sra. Lagarde le ha recomendado a Europa que logre inflación. O sea que en tanto la inflación había sido el problema, ante la situación actual parece la solución. O sea uno no elige las alternativas, sino entre las alternativas.
 
    El caso de Estados Unidos si bien presenta problemas no es igual al resto del mundo. La deuda americana ya alcanza al 120% del PBI. Este no es un problema menor, pero la diferencia está en que el dólar es la moneda internacional y el Federal Reserve crea moneda mediante la compra de bonos del Tesoro. Ello no significa que la economía americana no presente problemas, y el gasto público por primera vez en su historia ha alcanzado el 36% del PBI. El problema mayor es político pues aparentemente el presidente Obama está violando los principios en que se basaron los Founding Fathers para crear la mayor economía del mundo en tan solo cien años. Tanto así que el acuerdo con Cuba ha dejado a Estados Unidos ante los ojos del mundo como los culpables de la pobreza en Cuba mientras se ignoran los crímenes de los Castro.
 
     Ahora resulta que la preocupación en el mundo Occidental parece ser la evolución de la economía china, que este año crecerá solo un 7%, y la bolsa cayó un 30%. Ya debiéramos saber que el precio de las acciones refleja por una parte la tasa de rentabilidad de las empresas y por la otra la especulación. Cuando el precio de las acciones aumenta, disminuye la tasa de retorno de las mismas. Por tanto para saber por qué aumenta el precio de las acciones es necesario conocer cuál es la tasa de retorno promedio. Pero la caída en el precio de las acciones no implica una reducción en la riqueza de la nación, aunque los tenedores sufrirían  la pérdida que ello implica.
 
    En fin la problemática de la economía mundial como en Grecia parte de la presencia de Platón vía Marx, y es política, pues la izquierda se ha apoderado del poder en Europa y en América Latina. La pregunta del momento es como evitar el efecto de la demagogia en la supuesta democracia. Ya sabemos que para el que no sabe a dónde va no hay viento favorable (Séneca). Entonces el primer paso es reconocer el sistema de The Rule of Law, que transformó al mundo, pero cómo implementarlo sigue siendo una incógnita política. Como bien escribiera The Economist el problema de Europa es el sistema y el que quiere cambiarlo pierde las elecciones. Pues bien aquí estamos y seamos optimistas para sacar al mundo de las manos de la demagogia socialista.
 
 

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