Cierre de fronteras… ¿o de algo más?
César Yegres Guarache

Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve




La decisión del Gobierno venezolano de cerrar el flujo de mercancías, divisas y personas en 5 municipios del estado Táchira que conforman una parte de la zona limítrofe de Venezuela con Colombia representa el más reciente ejemplo de su errática e improvisada conducción.
 
Es un caso de estudio con múltiples elementos, desde la más elemental confusión de las causas de un fenómeno con sus consecuencias, pasando por los perniciosos efectos de los controles de cambio y de precios en el largo plazo o de ignorar el poder de los incentivos hasta llegar al velado reconocimiento de la incapacidad para regular adecuadamente un dinámico flujo comercial en esa área fronteriza.
 
Una amplia gama de productos alimenticios, para el cuidado y la higiene personal, medicinas y hasta combustibles, han estado sometidos desde hace muchos añosa un estricto esquema de control de precios en Venezuela, representadosen unos importes de venta al público sumamente bajos y artificiales, generando gravísimas distorsiones, desestimulando la producción doméstica de tales bienes y propiciando su arbitraje en territorios donde tienen un valor mayor.
 
Esas distorsiones son de tal magnitud y ya el funcionamiento de un mercado con algún grado de libertad es algo tan ajeno a la cotidianidad del venezolano promedio, que ningún habitante de ese país suramericano conoce el valor verdadero -expresado en bolívares- de un dólar, de un litro de gasolina, de un paquete de la tradicional harina de maíz para las arepas o de una taza de café.
 
Al momento de escribir estas líneas esa porción territorial permanece cerrada. Según las autoridades gubernamentales, las actuales restricciones son temporales y desaparecerán cuando se “normalicen” las condiciones, aun cuando no aclaran lo que ellos entienden como “condiciones normales”. Lo cierto del caso es que para los venezolanos, las libertades de producir, distribuir, comprar o vender están cerradas total o parcialmente desde hace ya demasiado tiempo.
 

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