La mitología del valor del dólar
Gustavo Forgione
Director de "La Hoja Federal".


Es frecuente escuchar que el precio del dólar estadounidense debería valer determinada cantidad de pesos, atribuyendo su razón a los más diversos motivos.
Tal como ocurre con las cincuenta formas de medir la altura de un edificio, se escucha que si tomamos el precio de $ 1.- de las épocas de convertibilidad y le aplicamos el incremento del promedio del sueldo del peón industrial, el dólar estadounidense valuado en pesos argentinos debería rondar los $ 28,54; también se puede usar ese criterio tomando los precios de la canasta de productos básicos de entonces, que dará un resultado actual de $ 24; así, podríamos probar con cualquier variable que pueda ser considerada precio “doméstico” y, en todos, los casos dará distintos valores que rondarían entre $ 19 y $ 45.
Quien quiera ser más catastrófico, podrá aplicar otros precios, tales como los de las commodities más conocidas por los argentinos, por lo cual, la variable petróleo con base febrero de 2003 nos dará un dólar de $ 14, 45 y si tomamos la base agosto de 1998, ese valor sería de $ 40,99, algo parecido ocurrirá con los $ 40,77 que surge de la relación con la cotización del oro a septiembre de 1999. Si aplicamos esa relación a la carne de diciembre de 1998 el valor que nos devuelve sería de $ 27,22.
Podríamos hacer más pruebas con la actualización de cotizaciones históricas en dólares, quitarle la inflación en los Estados Unidos y aplicarlas a un valor que, en todos los casos, será ficticio. Lo único que queda claro es que la moneda argentina se depreció notablemente, y con el mismo valor nominal, el peso sólo alcanza para adquirir entre un 3 y un 7% de lo que se podía obtener antes de comenzar la aventura kirchnerista.
 
Mercado y precio
Para evacuar estas dudas existe el mercado, que jamás se equivoca en la fijación de un precio dinámico a cada segundo, porque así lo indica su propia definición; pero, bajo la óptica de una economía dominada por funcionarios públicos entregados al gasto, para los cuales, los ciudadanos tenemos prohibido determinar precios porque, en su formidable soberbia, carecemos de esa capacidad, existen números más disparatados, como son los precios establecidos para varios tipos de dólares estadounidenses discriminados por sector, tipo de gasto y otras extravagancias.
En el caso de confiar en los índices oficiales, podemos ajustar un valor de tipo de cambio con la tablita creada en épocas del presidente sustituto Duhalde, quien creó el “Coeficiente de Estabilización de Referencia”, una suerte de cálculo de la depreciación del peso, el que daría un valor del dólar de $ 5,73… éste número resulta demasiado grotesco si consideramos que el famoso CER indicaría algo parecido a la inflación en Argentina, desde que ese gobierno interino devaluó el peso un 40%.
Para continuar con los valores oficiales, podríamos utilizar el “Salario Mínimo Vital y Móvil”, que actualizaría la divisa a $ 28,94, lo que tampoco reflejaría algo que se asemeje a los $ 9,40 a los que opera el gobierno y tampoco a los aproximadamente $ 15 que el público está dispuesto a pagar por un dólar.
Un análisis monetarista frecuente es el cociente entre reservas del Banco Central y la Masa Monetaria; entonces vemos que lo que representaba $ 1 por cada dólar en épocas de convertibilidad, hoy significaría, según la poca información con la que contamos de lo que contiene esa reserva, alrededor de $ 30; ante estos números, queda claro el motivo por el cual el BCRA está en real quiebra al hacerse cargo de la diferencia entre el tipo de cambio fijado y el real, lo que configura el déficit cuasi fiscal.
 
Valor y precio
Hasta aquí hemos tratado solamente valores, que es la denominación en blanco y negro de una cantidad, pero que nada tiene que ver con el precio. Para entender esto, sólo hay que pensar en el valor nominal de un documento, el cual, lanzado al mercado obtendrá un precio distinto; tal el caso de las acciones de una sociedad cuyo valor de cara podría indicar $ 1.- y su cotización puede variar entre centavos y de cientos de pesos; aún su "valor libros", número que surge del cociente entre el patrimonio neto y la cantidad de acciones emitidas, no tiene relación directa con el precio de la sociedad cotizante.
Más claro puede verse en las emisiones de bonos del gobierno argentino, el cual emite láminas a $ 100 de V$N cada una, pero jamás nadie las suscribiría a ese valor, salvo en los casos en que sean encajadas compulsivamente por el gobierno, como hemos visto en algunas oportunidades.
Por definición, “precio” se refiere al monto que está dispuesto a pagar quien va a comprar determinada cosa o servicio.
Para conocer la cotización exacta del dólar estadounidense, no es científico, lógico ni práctico aplicar ningún índice, cociente o teoría fundamentalista contable sobre un valor anterior, ya que sólo estaríamos estimando una aproximación sobre algo que responde a una conducta humana compleja, basada en expectativas futuras de lo que le interesará abonar a un conjunto de personas en un instante preciso, ya que el precio pactado en ese instante será anotado bajo el concepto de última cotización, para convertirse en un dato del pasado, necesitando luego del mismo mercado para otorgarle un nuevo precio que, luego de cada operación se convertirá en otra última cotización.
Así como existen variaciones estacionales de precios de productos de consumo, aumentos y disminuciones debidas al volumen ofertado, escasez o abundancia de determinada cosa, que hacen que la cebolla supere los $ 40 el kilo y que los productores de leche o frutas tiren su producción por la pérdida que implicaría su venta, las divisas son un activo más de la economía y su precio depende de la necesidad del público y de la expectativa del momento.
Por estos días, vemos la preocupación de los analistas por la incertidumbre de la cotización del dólar estadounidense cuando concluya esta aventura fanática que implica el“cepo cambiario”. Cabe destacar que sólo podremos saber ese precio cuando vuelva a funcionar el Mercado Libre de Cambios, y la suma de interpretaciones y voluntades de las personas que operen, decidan su real cotización.
Más allá de los análisis fundamentales, queda claro que hoy, con un control policíaco militar sobre el mercado paralelo, el público está dispuesto a pagar alrededor de $ 15 por cada dólar y, mediante un trámite legal, pero restringido por su carácter burocrático, como es la operación de Contado con Liquidación, $ 14.
Aún existiendo un mercado “permitido por la ley”, su participación es perseguida por los funcionarios del régimen, hasta llegar al punto de aplicar, por estos días, una multa de $ 185 millones al Banco de Valores, sus directores, síndicos y directores de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, por algunos detalles de registro de quienes ingresan divisas por exportación de valores mobiliarios.
 
La única certeza son las dudas
Varios interrogantes surgen actualmente, ya que no hay datos ciertos sobre lo que ocurre con el erario, el gasto público, los pactos secretos y la deuda nueva encubierta.
¿Qué ocurriría si durante el próximo mes de octubre, el gobierno advierte que no le alcanzan los recursos del estado para satisfacer las obligaciones surgidas del BODEN 2015?
¿Qué ocurriría si al momento de hacerse públicas las cláusulas secretas de los acuerdos con China, aparecieran compromisos nocivos sobre política monetaria?
¿Qué ocurriría si se conociera que las reservas del Banco Central sólo tienen especies líquidas por US$ 7.500 millones y el resto son obligaciones incumplidas del gobierno argentino?
¿Qué ocurriría si China vuelve a devaluar el yuan y repetimos las pérdidas de miles de millones por depreciación de la reserva?
¿Qué ocurrirá cuando se sinceren los números de los índices oficiales que acumulan mes a mes una nueva mentira sobre los datos reales?
 
El precio del dólar en pesos sólo dejará de ser una incógnita cuando se publique su cotización luego de operar en el marco de un mercado libre; quien indique un dato cierto antes de ello, sólo contará una buena ficción para llamar la atención.
 
 

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