Nubes grises sobre una Argentina que debe ser refundada
Richard Leslie Ramsay
Director de "Desafío Exportar".


En la medida que falta menos días para las elecciones presidenciales más se muestran las miserias humanas. La profundización de la brecha entre argentinos, es un pecado  que deberá llevar este gobierno en su pesada mochila de destrucción de un país destinado al éxito (no era así doctor Eduardo Duhalde, cuando usted operó para que Néstor Kirchner fuera presidente?) Este gobierno se va a fin de año, y deja una herencia muy difícil de manejar en casi todos los órdenes e instituciones nacionales. La base económica del país son las economías regionales, y éstas se encuentran transitando uno de los momentos más críticos de su historia. Con el último aliento intentarán llegar a diciembre para decidir si siguen adelante o se suicidan ante lo irremediable: haber perdido todo gracias a las políticas de “desarrollo implementadas por el gobierno y su ineficaz ministro de Economía”. Dejan un BCRA sin reservas, ya que según las estimaciones de expertos no superarían los mil millones de dólares¡¡¡mientras que el gobierno que asuma debería oblar cerca de 6000 millones en el corto lapso.
 
Dejan un país  con el narcotráfico instalado en diversas provincias ya que como tentáculos se van extendiendo con el beneplácito de un gobierno que mira indiferente o peor aún como socios a esta lacra social, que mata a nuestros hijos y nietos. La jueza Servini de Cubría llevó sus investigaciones del narcotráfico hasta la puerta de LA ROSADA, pero aún no se atreve a entrar. ¿Esperará hasta después de diciembre?
 
Inentendibles las políticas económicas desquiciadas en contra de los ahorristas en bonos que creyeron en este gobierno para protegerse de la inflación, y que al momento de cierre de esta nota, les habrían robado unos u$s 4000 millones. Rompiendo lo pactado pagarán los bonos a la cotización oficial. Otro robo más en la larga cadena de sustracción de dinero a la gente, pero no sólo por este gobierno. Lorenzo Sigaut “El que apuesta al dólar pierde”; el gobierno de Fernando De la Rúa, impuso un corralón que impidió acceder a la gente a sus ahorros causando la muerte de muchos argentinos por depresión, afecciones coronarias y otros que requerían  tratamiento oncológico y no pudieron afrontarlo; Erman Gonzalez congeló los ahorros y dio un bono que cuando se cobró años después no valía nada; “El que depositó dólares cobrará en dólares” Eduardo Duhalde; Eduardo Duhalde la “intangibilidad de los depósitos por ley”;  el dinero de la ANSES (de los jubilados aplicados en pagar la fiesta en lugar de aumentar el mínimo vital y móvil); suma y sigue. Muchos ejemplos muchas frustraciones.
 
Faltan pocos días para las elecciones presidenciales y el fantasma del fraude (mediante INDRA) ronda la cabeza de muchos, por lo que no se entiende en los dirigentes de la oposición exigir la impugnación de esta empresa cuyos antecedentes indicarían que son expertos para generar el fraude electoral. ¿Habrá una secreta esperanza para que continúe este gobierno y se haga cargo de cuánta bomba dejaron instalada olvidando que cables hay que cortar para desactivarlas?
 
El populismo, dice Gloria Alvarez, quiere tanto a los pobres que los multiplica. Obvio, son rehenes a la hora de poner el voto y no importa cuántos se mueran porque nacen otros en su lugar y el caudal se mantiene. La mitad de la población gana menos que lo que requiere la canasta básica. Los salarios en negro imperan entre la gente que debe aceptar esa situación o quedar afuera.
 
Los recursos económicos fueron despilfarrados en un football para todos (circo sin pan), Aerolíneas Argentinas, un servicio aéreo para muy pocos que pagan todos (en especial aquellos que muy pocas posibilidades tendrían de usarlo). Es decir los pobres subsidian a los ricos para que viajen mejor, mientras que lo que sí necesitan los más sumergidos es sistema seguro de salud pública, educación de excelencia para ayudar al ciudadano a enfrentar un mundo globalizado en que cada días son mayores las exigencias. El gasto público compromete las finanzas de cualquier candidato que resulte ganador. El descontrol incorporando empleados públicos y manteniendo subsidios para todos y todas, fue una actitud suicida para las generaciones que vienen.
 
La destrucción de la credibilidad para atraer inversiones extranjeras, no se resuelve con un cambio de nombre. Primero nos mirarán con lupa para saber si el gobierno que suceda a éste no sea más de lo mismo. El optimismo de los dirigentes respecto de recuperar la confianza pública en forma inmediata, suena bien en los discursos pre-electorales, pero Argentina dio demasiadas muestras de informalidades tanto con los países hermanos como europeos o estadounidense, y eso no es gratis, y llevará su tiempo.
Dicen que Dios es argentino. Empecemos a rezar para que pose su mirada sobre nosotros y que esta vez sea más argentino que nunca, e ilumine a la dirigencia para que sepa resolver como refundar esta Argentina bendita, que fue la sexta potencia mundial, relegada hoy al lugar 146 junto con Venezuela y Cuba.
 

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