Los argentinos trabajan de enero a mayo para pagar el funcionamiento del Estado
Martín Simonetta
Es Director Ejecutivo de Fundación Atlas para una Sociedad
Libre. Profesor titular de Economía Política I en UCES) y de Economía en Cámara Argentina de Comercio. Autor
de diversas obras. Fue elegido "Joven Sobresaliente de la Argentina
2004" (The Outstanding Young Person of Argentina-TOYP) por Junior Chamber
International y la Cámara Argentina de Comercio (CAC), habiendo obtenido la
mención "Animarse a Más" por parte de PepsiCo. Recibió diversos
reconocimientos tales como la beca British Chevening Scholarship para
desarrollar investigaciones en Gran Bretaña (British Council, la Embajada
Británica y la Fundación Antorchas,1999). Miembro del Instituto de Política Económica de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Académicamente es Licenciado en Relaciones Internacionales (Universidad del
Salvador, Buenos Aires), Magister en Política Económica Internacional
(Universidad de Belgrano), MBA (U. Isabel I, España), habiendo realizado un Posgrado en Psicología
Positiva (Fundación Foro para la Salud Mental). Ha desarrollado el programa
"Think Tank MBA" en el marco de Atlas Economic Research Foundation
(Fairfax, Virginia, y New York, NY, 2013).
Contacto: mcjsimonetta@gmail.com / Twitter: @martinsimonetta
Más de uno de cada tres pesos que producen los
argentinos se destinan a pagar el funcionamiento del Estado, es decir del gasto
público (2013). De estos números se deduce que trabajamos 129 días (de los 365 que tiene
un año) para mantener el funcionamiento del Estado. Dicho de otro modo,
trabajamos desde
el 1ero de enero al 9 de mayo para que el sector público argentino
funcione.
En el año 2013, el gasto público representó un 35,41% del producto bruto interno del país. Pero esto no
siempre fue así, sino que la presión impositiva se fue incrementando
dramáticamente en poco más de una década. Así vemos que en el año 2003, el gasto público representaba
tan sólo un 20,58% del PBI, incrementándose 15 puntos en la
siguiente década. En aquel momento, los argentinos debían trabajar 73 días para financiar el
gasto público, es decir que trabajaban desde el 1ero de enero hasta
el 11 de marzo para solventar el gasto público. En síntesis, entre el 2003 y el
2013, el gasto público con relación al PBI se incrementó en 15%, es decir que estuvo
cerca de duplicarse.
Estado elefantiásico
Estos simples datos muestran con claridad el enorme
crecimiento del Estado en la Argentina en el período 2003-2013, así como la
presión tributaria y la consecuente asfixia que esto genera sobre el sector
privado. Inflación y recesión (dos de los tres temas que más preocupan a los
argentinos, según Management & Fit) son clara consecuencia de esta
situación.
Incremento del gasto público en la Argentina: del 20% (2003) al 35%
(2013)
|
|
Año
|
Gasto público como porcentaje del PBI
|
2003
|
20,58%
|
2004
|
20,82%
|
2005
|
21,98%
|
2006
|
22,35%
|
2007
|
24,62%
|
2008
|
26,09%
|
2009
|
29,43%
|
2010
|
29,58%
|
2011
|
31,70%
|
2012
|
33,85%
|
2013
|
35,41%
|
Fuente: DatosMacro.com
|
Es inocultable el incremento elefantiásico del
tamaño del Estado, pero también debemos preguntarnos si este crecimiento del gasto
público ha representado una mejora proporcional en las funciones que se
esperarían del Estado. ¿Tenemos más seguridad? ¿Mejor salud? ¿Mejores
jubilaciones? ¿Menos pobreza?
Diversos pensadores analizaron el por qué de esta
tendencia de incremento del gasto público. Quizás Milton Friedman fue uno de
los más claros al decir que nadie gasta con tanto cuidado el dinero ajeno como
el propio (en su artículo “No existe tal cosa como un almuerzo gratis”). Otros
autores también lo explican por el lado de que es muy fácil hacer caridad con
el dinero de otros. En este sentido, José Ignacio García Hamilton se refirió a
Eva Perón como “la dama buena que regala lo ajeno”, en referencia a que la
verdadera caridad debe hacerse con recursos de nuestros bolsillo (y no del de
otros). El economista James Buchanan advirtió sobre esta tendencia creciente de
incremento del gasto público en el mundo, por lo que propuso establecer un
límite constitucional al gasto público y al endeudamiento.
Escuchamos que en Argentina hay menos pobres. Pero si
vemos la cantidad de planes sociales que –dependiendo de las distintas
mediciones- cubren a 1 de cada 4 o 2 de cada 4 argentinos, también podríamos observar
que el mismo oficialismo contradice sus palabras con su actuar. Los índices del
Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina también
muestran una pobreza que se perpetúa, y a veces crece, a pesar del supuesto
crecimiento económico.
El resultado del incremento del gasto público es la
asfixia de los sectores productivos que –en algunos casos- deben enfrentarse a
la decisión de cerrar su negocio, debido a que la inflación ha matado su
rentabilidad, o de operar en la informalidad. Diversos estudios –incluso del
INDEC- señalan un incremento de la “economía en negro”. Uno de los datos que
confirma esta situación es que uno de cada tres empleados lo hacen en negro.
En momentos pre-electorales es importante hablar de
un tema muchas veces ignorado, hasta que sus consecuencias de manifiestan a
través de explosiones económicas o graves recesiones o estanflaciones de las
cuales siempre se culpa a un fantasmal enemigo externo o “golpe de mercado”. Es
hora de que los argentinos nos hagamos cargo de las consecuencias de nuestros
actos, dejemos de echar culpas, realicemos un diagnóstico realista y tomemos
las medidas necesarias para aprovechar las oportunidades que brinda la economía
global a nuestro país.
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!