Institucionalidad o irracionalidad en el voto
Pablo Iannello
Director del Departamento de Economía y Ciencias Políticas de ESEADE.


Los resultados de la elección del domingo parecen haber dejado en claro algunas cosas, aún cuando los números absolutos le hayan permitido una victoria “parcial” a Daniel Scioli.
 
Si asumimos que el voto es racional el votante argentino entonces ha preferido “los bienes institucionales” a los bienes de consumo presente. Esto es, ha preferido un cambio en la matriz de  poder a costa de una incertidumbre económica y política  sobre lo que vendrá. En lugar de  mantener un modelo bastante agotado y a la vez  desgastado que tenía como pilar no económico una visión  amigo – enemigo “con el modelo o contra el modelo”, muchos votantes buscaron alguna alternativa, que pudo no ser la mejor.
 
Si asumimos el supuesto de un voto con una racionalidad mas limitada, sus preferencias promedio podrían plasmarse de la siguiente manera: “El candidato no oficialista no  satisface todas mis preferencias y ciertamente me puede generar un costo;  pero  el valor actual de ese costo es bajo comparado la ganancia obtenida en términos de aquellos bienes que hoy prefiero más”. En palabras  simples: “El candidato no oficialista no me da la máxima satisfacción, pero me da la suficiente.” Satisfacción medida  en términos actuales asignándole al presente un valor mayor que el futuro.
 
Hay que decir que no todos los candidatos fueron explícitos durante la campaña en la implementación de las medidas  de temas que son que acuciantes para muchos sectores de la sociedad tales como: reducción de  la inflación sin una merma drástica del salario real, subsidios energéticos, ajustes en los precios relativos de bienes de consumo cotidiano, posición frente a las paritarias sindicales, etc.  Si el voto hubiera descontado esta falta de información sobre los planes de gobierno el voto en blanco podría haber sido el ganador, pero esto no fue así.
 
¿El voto fue irracional entonces? ¿Desesperado, quizás? Creo que no. Entiendo que fue una manifestación de las  preferencias más inmediatas del argentino versión 2015:  el respeto por la institucionalidad. No sólo somos una democracia, sino que somos una república y la alternancia en el poder es una condición para la consolidación de ambas. Necesitamos comenzar a diferenciar el Estado del Gobierno, el domingo se dio un primer paso. Un grupo importante de votantes se manifestó por la república.
 
Finalmente hay que decir que históricamente la Argentina ha crecido desde el 83 hasta hoy y hemos consolidado una serie de elecciones democráticas. Ahora es  necesario generar un sistema pendular en la matriz de poder con un sustento de gobernabilidad importante. El primer paso es justamente eso, que exista un traspaso de poder institucionalizado y en paz. Las medidas de coyuntura serán buenas o malas y en todo gobierno existirán ambas. Lo importante es que existan medidas de estado y estas trasciendan a los gobiernos.
 

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