El medio aguinaldo 2015 y la idiosincrasia persistente
María Mercedes Barbosa

Investigadora, especializada en Finanzas Públicas. Contadora Pública. Premio a la Libertad 2011, Fundación Atlas para una Sociedad Libre. Titular del blog "Pensadores malditos".



Sorpresivamente y no tanto me crucé con personas (la mayoría empleados en relación de dependencia) que esbozaron su primera queja ante el nuevo presidente Macri.
 
La queja se basa en el hecho de que el medio aguinaldo a cobrar a mediados de Diciembre se encontrará alcanzado por el impuesto a las ganancias.
 
Técnicamente el aguinaldo se encuentra alcanzado por el impuesto, sólo que estos últimos años, como caramelo de consuelo y como si uno fuera idiota, el gobierno definía su exclusión del impacto del mencionado tributo. Entonces, todos brindaban alegres y se conformaban con un “y bué, por lo menos…”.
 
En recientes declaraciones, el futuro Ministro de Trabajo, Jorge Triaca (h), anunció que las medidas aliviadoras de los efectos del impuesto a las ganancias sobre los ingresos de cuarta categoría, (sueldos, entre otros), iban a ser tomadas en 2016.  2016 no es 2015.
 
Estos “esbozos” de queja (no les atribuyo el concepto pleno de queja, dado que están sesgados de atraso), son esos hechos que, no sólo me llaman la atención, sino que me hacen prestar atención.
 
Definir la situación macroeconómica no sería muy distinto a enunciar un pergamino de desaciertos y engaños que fueron la droga de un gobierno saliente adicto a los relatos. Enumeración que ya conocemos y leemos en cuanto diario agarramos. Sin embargo, temo que haya gente que, mas allá de sus credenciales académicas subyuga su opinión a la más nítida, alocada y peligrosa tosquedad.
 
Y eso me da miedo.
 
Plantear un esbozo de queja porque el aguinaldo va a verse impactado por “ganancias” (como le decimos comúnmente), luego de doce años de deterioros macroeconómicos que han sabido impactar de sobremanera el poder adquisitivo; que han socavado las posibilidades de cualquier iniciativa privada; que han sabido restringir la libertad de hacer con el propio dinero, lo que nos viene en gana…no es más una muestra flagrante no sólo de la falta de conocimiento sobre ciertos temas, sino también de la miopía con la que algunos ven el futuro.
 
Alzar el cuello y ver por arriba de las cosas, permite tener una percepción distinta. Una visión más amplia. Y si se tiene una visión más amplia se “habilita” la posibilidad de mirar un futuro distinto: una visión de futuro de largo plazo, que trascienda las fronteras de la comodidad y el egoísmo.
 
Es verdad que no habría nada mas lindo que cobrar un aguinaldo libre de impuestos. A quien no le gustaría? Es más, jamás las remuneraciones deberían hacer sido alguna vez gravadas. Sin embargo, nos comimos el pescado podrido y dejamos que el gobierno avasallara.
 
Y avasalló durante doce años. Doce. Y ahora, por una opinión seria y real (destaco, real), ya se empiezan a escuchar las primeras disidencias.
 
Que quede claro, las disidencias nos hacen más grandes, más robustos. Pero es intolerable la disidencia injustificada, porque, así, se convierte en puro berrinche.
 
Hay que aprender a ver más allá de las narices y claramente hay que opinar. Pero lo que no debería hacerse es emitir una opinión sesgada o viciada por la auto-referenciación…y menos, en materia macroeconómica.
 
Con un poquito de amor propio, podremos alzar el cuello, y además, permitirnos debatir nuestras opiniones sensatamente.
 

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