Deuda o shock, el dilema del momento
Cristian Folgar
Economista.


¿Tiene el gobierno un plan anti inflacionario? Si lo tiene es gradualista y su costo será mayor endeudamiento.
 
Nuestro país no crece desde hace 4 años, la pobreza no para de subir, el empleo formal no para de bajar, la presión tributaria está en niveles difícilmente soportables por los contribuyentes, la dinámica inflacionaria está en niveles por demás peligrosos, el Estado en sus tres niveles (nacional, provincial o municipal) ofrece bienes y servicios cuya calidad no está en línea con el nivel de presión tributaria, el déficit fiscal federal está en los niveles más altos de la historia, las economías regionales no recuperan competitividad aún con el actual nivel del tipo de cambio, si la inflación este año se va a mantener en niveles altos el tipo de cambio debería ajustarse al menos en la misma proporción para no estar a fin de año nuevamente con un peligroso retraso cambiario.
 
Los argentinos no vivimos en un frasco y no necesitamos que nadie nos diga los problemas que enfrentamos todos los días, pues básica y sencillamente los padecemos. La discusión no está en la herencia recibida sino en cómo ponemos al país en una senda sustentable de crecimiento y desarrollo.
 
Es desopilante ver a lo que queda de La Cámpora hablar del “ajuste de Macri en la Nación” mientras aplauden de pie el “ajuste de la Tía Alicia” en la Provincia que ellos gobernaron en los últimos 25 años.
 
Está bien que el gobierno señale la “herencia” recibida como método para lograr empatía social antes las medidas “antipáticas” que debe tomar. Es lógico que ciertos sectores de quienes hasta ayer eran oficialistas hagan algún berrinche por considerar que al país lo dejaron en mejores condiciones que las descriptas por el actual gobierno. Son las reglas del juego. A Macri le sirve mucho más polarizar con Cristina que con Urtubey, Massa o Stolbizer. Pero con nada de eso se desarrollará el país ni la sociedad verá resueltos sus problemas.
 
¿Tiene el gobierno un plan anti-inflacionario? Si lo tiene, es gradualista. Puede que a algunos les guste más y a otros menos. Puede que no sea eficaz y que la dinámica socioeconómica lo obligue a tomar medidas drásticas que potencialmente hubiera preferido evitar. Decir que no tiene plan es la muletilla que usan quienes lo critican pero no tienen nada mejor para ofrecer. Mucho más útil sería que dijeran que medida alternativa tomarían a las que está tomando el gobierno.
 
Es poco menos que desopilante ver a lo que queda de La Cámpora hablar del “ajuste de Macri en la Nación” mientras aplauden de pie el “ajuste de la Tía Alicia” en la Provincia que ellos gobernaron en los últimos 25 años. Como siempre para el cristinismo, los problemas de Santa Cruz son culpa “de los otros”, jamás el apellido Kirchner tuvo algo que ver con esa Provincia.
 
El gobierno nacional se propone reducir en etapas el déficit fiscal y controlar la emisión monetaria para no seguir echando nafta al fuego de la inflación. ¿Cómo se puede en el mismo momento reducir el déficit, bajar la emisión sin respaldo, bajar impuestos y aumentar la demanda agregada? En economía no existen ni la magia ni los milagros, la única manera que tiene el gobierno de aplicar con éxito un plan gradualista es si consigue financiar genuinamente el déficit emitiendo deuda voluntaria.
 
Así podría dejar de recurrir al auxilio del Banco Central y los recursos fiscales irían aumentando cuando empiece a crecer la economía. La macroeconomía no se equilibraría por el efecto de un fenomenal ajuste sino por el efecto combinado de aplicar cierta razonabilidad fiscal y de una economía que volvería a crecer. Esta es la apuesta del gobierno, que lo pueda llevar a la práctica es otra cosa.
 
Los balances sociales
 
La ciencia económica nos enseña QUE hay que hacer o que NO conviene hacer, pero no hay ciencia que determine exactamente que hay que hacer para lograr los consensos políticos y los balances sociales necesarios. Eso es parte del arte de la política y excede las prescripciones técnicas.
 
No creo que las leyes económicas desaparezcan ante el voluntarismo político de tal o cual sector, pero sí creo que la mejor receta económica no se puede llevar adelante sin el necesario consenso político y social.
 
¿La sociedad quería gradualismo o shock? Ningún candidato presidencial siquiera se animó a proponer una política de shock en las últimas elecciones. Macri propuso medidas graduales asociadas con un shock de confianza. Eso es lo que votó la sociedad.
 
¿La sociedad quiere que el Estado emita deuda para financiar el déficit fiscal? Esta será la discusión de los próximos tiempos. El costo del gradualismo lo podemos medir en mayores niveles de endeudamiento y en “seguir” soportando altos niveles de inflación aunque decrecientes.
 
¿La sociedad está dispuesta a pagar los “costos del gradualismo”?. Posiblemente los próximos meses no solo interpelen la habilidad del gobierno para aplicar su plan de gobierno, quizás también nos interpele a nosotros como sociedad. ¿Vamos a sostener el costo de nuestras elecciones?
 
Inevitablemente se me viene a la mente una estrofa de una canción de SUMO y del inmortal Luca Prodan: “No sé lo que quiero, pero lo quiero YA”.
 

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