Todos somos iPhone
Alejandro Tagliavini

Premio a la Libertad 2011, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



El teléfono iPhone, cuyo dueño era Syed Farook, quien con su esposa asesinaron a 14 personas en San Bernardino (California), se convirtió en objetivo del FBI, que le solicitó al fabricante de Apple escribir un programa para descifrar la información almacenada en la memoria del aparto. Sin embargo, según publicó Bloomberg, los expertos en seguridad afirman que el FBI podría hackear el iPhone sin ayuda, accediendo más rápido a la información, sin tener que esperar a que el tribunal federal de California decida si Apple debería ser forzada o no para colaborar.
El experto Jonathan Zdziarski sostiene que el problema podría resolverse con investigación y que, por lo general, se puede romper un código de acceso con menos de doscientos intentos, porque la gente suele elegir los fáciles. Lo que sucede es que el Gobierno quiere sentar precedente para poder hacerse de cualquier información con sólo una orden judicial.
Es abrumador el apoyo que la empresa tecnológica ha conseguido. Entre muchos otros, enviaron cartas de respaldo al tribunal Google, Amazon, Facebook, Microsoft, Twitter y LinkedIn, y también recibió el apoyo de destacados expertos en seguridad, incluso el del defensor de derechos humanos de la ONU y el respaldo de periódicos como el Boston Globe, que afirmó: “Tiene la razón en luchar contra el FBI por la seguridad del iPhone”.
Más allá de que Apple se perjudicaría, porque tendría que desarrollar otro sistema operativo —otro iOS—, lo que requeriría tiempo y dinero, el problema de fondo es la privacidad de las personas. Personalmente, no tengo por qué esconder nada, de modo que no me preocupan los fisgones en absoluto, pero preferiría que mis claves de acceso a cuentas bancarias, por ejemplo, no cayeran en manos de desconocidos y probables delincuentes, aunque tampoco esto me desvela mucho, ya que estoy reasegurado.
El senior VP de Apple, Craig Federighi, ha dejado muy mal parado al FBI, probablemente sin pretenderlo. En un artículo publicado en The Washington Post, asegura que la firma de Cupertino debe trabajar sin descanso para luchar contra los criminales que tratan de entrometerse en la información personal de los dispositivos. ¿Eh? ¿Cómo? ¿Se refiere a criminales como el FBI? Probablemente no haya querido decir eso, pero lo está diciendo. “El FBI nos pide que creemos una puerta trasera con un software que invalide las protecciones de códigos, creando de manera intencional una vulnerabilidad que permitiría a la fuerza gubernamental entrar al iPhone. Una vez que se cree este software […] se convertirá en una debilidad que los criminales y los hackers pueden utilizar para causar estragos en la seguridad y la privacidad de todos”, indicó el VP de Apple.
Craig Federighi comentó además que la tecnología de encriptación de iPhone no sólo ayuda a mantener la información de los clientes segura, sino que también es una “línea de defensa contra los delincuentes que tratan de implantar software malicioso o espía o incluso, cuando tratan de utilizar el dispositivo de una persona inocente para acceder a la información de una empresa”. En fin, más allá de unos cuantos sonados casos de corrupción, no creo que el FBI califique como “criminal”, en términos de violador sistemático de leyes estatales, pero definitivamente es inmoral que pretenda forzar el acceso a propiedad —datos— privada sin consentimiento de sus propietarios.

Publicado en Infobae.
 

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