De buitres a comadrejas
Laura Rodríguez Machado
Senadora Nacional.
Sin duda alguna el
asunto de los holdouts –también llamados fondos
buitres- es de los más polémicos hoy en día de la Argentina. Un sector del
espectro político, específicamente el antiguo oficialismo ahora devenido en
oposición, reduce el problema a una frase tan trillada como incoherente: patria o buitres.
Resulta más
preocupante que llamativo escuchar por parte de los que malgastaron el erario
público –léase el dinero de los ciudadanos- afrontando de manera ingenua y poco
seria un conflicto internacional de dimensiones tales que no solo comprometía
el patrimonio de la Nación sino que además la posibilidad de obras públicas de
alta necesidad y, como si fuera poco, futuras inversiones privadas generadoras
de los empleos que en los últimos 4 años no se han creado.
En más de una ocasión
utilicé la idea central de una de las más famosas obras del economista francés
FrédéricBastiat, en la que destaca que no solo debemos prestar atención a lo
que se ve, sino además a lo que no se ve, y debido a lo oportuno que resulta en
esta circunstancia, volveré a hacerlo bajo el riesgo de ser repetitiva.
Los argentinos tenemos
que saber que debemos mirar más allá de lo que le nos costará salir del default
–pagarle a los holdouts- para poder ver lo que nos costó no haberlo hecho antes.
Para dar una idea clara al respecto, citaré algunos de los números dados hace
tan solo días por Juan Curutchet, que dejan al descubierto la torpeza con la
que se ha procedido en la materia: por un lado, para dar una cifra aproximada
de lo que pudo ser, desde 1990 la
Argentina recibió el 10 por ciento de las inversiones extranjeras en América
Latina, pero entre 2010 y 2014 recibió tan solo el 5%, es decir que esta impericia
por parte del kirchnerismo para llegar a un acuerdo, le costó al país alrededor
de 45.400 millones de dólares en inversiones extranjeras directas, lo que no
solo implica menos empleos sino además menores salarios para los trabajadores
debido a la menor competencia. Asimismo, es pertinente agregar a la lista de
costos los enormes intereses que se pagaron a partir de la cesación de pagos,
las emisiones en moneda externa que se realizaron a partir de 2010 a un costo
mucho mayor que el de los países vecinos y el activo desvalorizado por letras
intransferibles, puntos que sumados a la ya mencionada merma en inversiones nos
dan una pérdida total de aproximadamente 100.780 millones de dólares.
Pocas cosas más
cómodas deben haber que, simulando una postura heroica, decidir desde un
edificio en Puerto Madero que no se pagará nada y que las consecuencias las
suframos todos ya que, de todas maneras, hacer eso es lo políticamente correcto
teniendo en cuenta el relato, y es lo que realmente importa según han demostrado.
Cuando dimensionamos
las oportunidades que nos han robado en los últimos años y las contrastamos con
las carencias que tiene el pueblo al día de hoy en escuelas, hospitales, obras
hídricas, trenes, autopistas, rutas, cloacas, agua potable, gas natural, y, sin
ir más lejos, el déficit fiscal –nada más y nada menos que mayores gastos que
ingresos estatales- más alto que nuestro país haya visto en los últimos 40 años
provocando consigo la segunda inflación más alta del planeta, cuanto menos
debemos irritarnos y llevar a cabo todo lo posible para quitarle al país este
verdadero freno a su progreso.
Teniendo a la vista
lo que el país pudo tener y nos fue arrebatado a total discreción ¿no
deberíamos voltear nuestra mirada de los buitres extranjeros para apuntarla
primero a nuestras propias comadrejas,
quienes nos despojaron de un próspero futuro de una manera tan silenciosa como
a la vez dolorosa y aun así siguen sugiriendo no sacar a la Argentina del
default?
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!