Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia
Rogelio López Guillemain
Autor del libro "La rebelión de los mansos", entre otras obras. Médico Cirujano. Especialista en Cirugía Plástica. Especialista
en Cirugía General. Jefe del servicio de Quirófano del Hospital Domingo Funes,
Córdoba. Director del Centro de Formación de Cirugía del Domingo Funes
(reconocido por CONEAU). Productor y conductor de "Sucesos de nuestra
historia" por radio sucesos, Córdoba.
Antes de comenzar a desarrollar este artículo,
quiero dejar en claro que no soy zurdo, ni facho, ni sionista internacional, ni
imperialista, ni ninguno de todos esos calificativos peyorativosque se esgrimen
cuando se carece de fundamentos para debatir sobre algún tema. Me resulta detestable el uso de la fuerza tanto
física como verbal.
Este 24 de marzo se cumplen 40 años desde que
se produjo el último golpe militaren la Argentina, hecho lamentable que
destituyó a un gobierno también lamentable.
Pero en este escrito no realizaré un análisis políticode ese suceso; solo
formularé unos breves conceptos referidos a la guerra subversiva y a la
represión.
Primero que nada, hay que decir que el
problema de la guerrilla no comienza ese 24 de marzo. Debemos retrotraernos a la Revolución cubana (1959)
y a sus artífices, Fidel Castro y el Che Guevara. Estos personajes reivindicaron la lucha
subversiva y se convirtieron enídolos,
promotores y entrenadores de la guerrilla en Argentina, en todo Latino América
eincluso en África.
Luego de algunas acciones militares revolucionarias
aisladas en el norte de nuestro país (aúndurante los gobiernos constitucionales
de Frondizi e Illia), llega a Cuba (1966) el primer contingente de argentinos
que recibirá entrenamiento subversivo; situación que se repitió por más de 10
años y que vio desfilar por aquellas tierras al periodista Jorge Masetti, aJohn
William Cooke,a Marcos Osatinsky, a Fernando Abal Medina y al padre Carlos
Mugica entre otros.
En los años siguientes,las fuerzas
subversivas se fueron combinando y unificando hasta consolidar dos facciones
principales, el ERP (ejército revolucionario del pueblo), de estirpe comunista
y Montoneros, principalmente peronista.
Por otra parte, los repetidos fracasos en los
intentosde guerrilla rural, llevó a los cabecillas revolucionarios a trasladarel
escenario de los combates a las ciudades.
Así comenzaron los atentados en bares, edificios, oficinas o en la misma
calle; tomas de comisarías, radios, puestos militares, sabotajes, secuestros extorsivos
y asesinatos de policías, militares y civiles.
Las fuerzas subversivas tenían una
organización militar; había escalafones, planes de acción, batallones, pelotones,
reglamentos, tribunales y juicios sumarios.
Poseían un área de propaganda, una de reclutamiento, un ala política,
fábricas de armamento y cárceles llamadas “del pueblo”.
Por su parte, los sucesivos gobiernos fueron
cambiando su forma de combatirlos.
Primero con las fuerzas policiales, luego se sumó gendarmeríay
finalmente las fuerzas armadas en su conjunto.
En 1971 se crea la Cámara Federal en lo Penal
(CAFEPE), área del poder judicial dedicada exclusivamente a los delitos
subversivos, delitos deficientemente contemplados en el Código Penal. En ella,
hasta el momento de su disolución, se juzgaron (con todas las garantías
jurídicas) y condenaron a prisión unos 600 guerrilleros, se absolvieron otros
tantos y estaban siendo procesados otros 500 sospechosos más.
En 1973 es elegido presidente Cámpora y su
primer medida de gobierno fue liberar los presos y procesados de la CAFAPE;
luego disolvió la Cámara Federal y anuló las leyes que castigaban con pena de
prisión perpetua a quien asesinara un policía o un militar. Los integrantes de esta Cámara sufrieron
suertes diversas, unos exiliados, otros padecieron atentados y el juez Jorge
Vicente Quiroga fue asesinado.
Ese mismo año, con la llegada de Perón a la
Argentina, se produce la Masacre de Ezeiza a manos de los montoneros. Luego del aplastante triunfo de Perón en las
elecciones presidenciales, se crea la Triple A (Alianza Anticomunista
Argentina), entidad parapolicial comandada por Lopez Rega, mano derecha del
presidente.
Tras la muerte de Perón asume la presidencia
“Isabelita”. En 1975 establece el estado
de sitio y ordena «aniquilar el accionar
de elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán», orden que
fue extendida a todo el país por el presidente de la Cámara del Senado, Ítalo
Lúder, quien asumió el ejecutivo tras la licencia por enfermedad de Isabel
Martínez de Perón.
Se intentó reflotar la idea de la Cámara
Federal, pero el núcleo duro del peronismo se negó a aceptarlo;tampoco había
juez alguno que quisiese asumir ese cargo, teniendo en cuenta el macabro
destino de uno de sus antecesores. Es
interesante recordar la opinión delgeneral Edgardo Vilas (el que cumplió la
orden del gobierno peronista deaniquilar la guerrilla) sobre el estado de la
justicia en ese entonces: «Es más fácil
hacer pasar un camello por el ojo de una aguja, que condenar en sede judicial a
un subversivo».
Finalmente, en 1976 se produce el último
golpe militar de nuestra historia. Lo
cierto, es que hasta entonces, luego de más de 15 años de enfrentamientos, el
número oficial de desaparecidos (CONADEP) era de 908 personas. Es importante señalar, que el número total de
desaparecidos, según el último informe oficial la lista de desaparecidos del
2008, asciende a unos 7.000.
Una vez puntualizado los que considero acontecimientos
principales de esta etapa de nuestra historia, creo oportuno formular ciertos
interrogantes y dar mis pareceres.
*¿Fue o no una guerra lo que aconteció en
Argentina?
Se enfrentaron dos ejércitos, el estatal y el
guerrillero; este último tenía una organización reglamentaria, logística y de
escalafón propia de un ejército, incluso ellos mismos se definían como tal. Por ello creo que sí hubo una guerra (no
convencional) en Argentina.
*¿Variaron las tácticas de combates de ambas
fuerzas a lo largo del conflicto?
Si. La
guerrilla dejó el inefectivo foquismo rural y eligió como campo de batalla las
ciudades. Este cambio buscaba, sumar
adeptos entre los obreros y estudiantes (ya que los peones de campo no los
seguían) y “camuflarse” entre la multitud, con el implícito riesgo para la
población en general.
La represión comenzó con las fuerzas
policiales y a medida que los atentados aumentaban en cantidad e importancia,
la gendarmería y luego el grueso de las fuerzas armadas se ocuparon de la
lucha. También debemos recordar, que en
un principio se los combatió en forma anárquica, luego se creó un órgano
judicial especial (que fue destruido por Cámpora) y finalmente se instaló la
figura del desaparecido, con la que se ocultaban los muertos.
*¿Ambas fuerzas cometieron delitos de lesa
humanidad? ¿Son comparables?
Si, ambas fuerzas los cometieron, pero no son
comparables.
Las fuerzas armadas combatieron contra un
“enemigo interior”(como dice la constitución) e cumpliendo con el mandato de la
entonces presidente viuda de Perón.
Existieron militares(no la institución sino algunos de sus miembros),
que cometieron esos delitos y deben ser juzgados.
Las guerrillas en su esencia son de lesa
humanidad. No hay ninguna razón que
justifique el querer imponer la razón por la fuerza y menos aún durante
gobiernos democráticos como fueron los de Frondizi, Illia y Perón.
*¿Qué queda de todo esto 40 años después?
Hoy la imagen que se transmite es de “los
militares” diabólicos y del otro lado “los jóvenes idealistas”. Y en realidad no es ni una cosa ni la otra.
A pesar de ser políticamente incorrecto, creo
que debemos reconocer, que gracias a las fuerzas armadas (a pesar de lo nefasto
de las desapariciones y los abusos), no vivimos más la pesadilla de la
guerrilla; guerrilla que nos aterrorizó
colocando 5052 bombas, realizando 1748 secuestros y asesinando a 1.501 personas
(civiles, militares y policías).
Las fuerzas armadas como institución deben
ser salvaguardadas(como se hace en todo el mundo) y se debe condenar con todo el peso de la ley,a aquellos militares que
cometieron delitos.
Por su parte los guerrilleros no eran “nenes
buenos”; secuestraban, torturaban y mataban, incluso hay muchos niños y
adolescentes asesinados por los subversivos. Esto no debería quedar impune.
Pero sobre todo, creo que debemos dar vuelta
la hoja y seguir adelante. Países que
han estado en guerra como Estados Unidos y Japón, a los pocos años ya eran
socios; Chile y Uruguay ya superaron hace años ese lastre de su historia; es
tiempo que Argentina entre al siglo XXI y deje atrás este doloroso pasado.
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