Canasta alimentaria y canasta básica en Venezuela: Datos recientes
Rafael Marcano
En Venezuela, el indicador
tradicional de la inflación ha sido el Índice de Precios al Consumidor del Área
Metropolitana de Caracas y el Índice Nacional de Precios al Consumidor, calculado
el primero por el Banco Central de Venezuela (BCV)durante más de medio siglo y
siempre publicados oportunamente y el segundo por este mismo instituto en
tándem con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en tiempos más recientes.
Pero en estos años en los que nos encaminan hacia el comunismo, el régimen
militar que lo intenta imponer decidió que dichas estadísticas son secreto de
estado, prohibiendo por lo tanto, su publicación.
Dada la importancia de los
índices de precio para la toma de decisiones macro y microeconómicas, han
cobrado importancia nuevas fuentes de información de origen privado que hasta
ahora han probado ser dignas de crédito; en este orden de ideas, se destacan
los datos que publica con precisión de relojería suiza el Centro de
Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros
(CENDAS-FVM).
Esta fuente utiliza como
indicadores del costo de la vida; ergo, de la inflación, los valores mensuales
y las variaciones intermensuales de la “Canasta Alimentaria” y de la “Canasta
Básica” en el área metropolitana de Caracas. La primera viene a ser el precio
de mercado de un conjunto de alimentos, durante un periodo determinado (un mes
en nuestro caso), que cubre la totalidad de los requerimientos nutricionales
para un conjunto de personas (comúnmente un hogar, siendo que un hogar típico
venezolano está constituido por 5 personas, que bien pudieran ser padre, madre
y 3 hijos). La segunda es una extensión de la primera abarcando todo el conjunto de bienes y servicios esenciales
para satisfacer las necesidades básicas para el bienestar de todos los miembros
de la familia, tales como alimentación (“Canasta Alimentaria”), vestuario,
vivienda, mobiliario, salud, transporte, recreación, cultura, educación más
bienes y servicios diversos.
Dicho
esto, veamos los números más recientes, correspondientes a abril del año en
curso:
La
“Canasta Alimentaria” se situó en 184.906 Bolívares Fuertes (BsF), 29,4%
superior a la de marzo (así es la inflación mensual de los alimentos) lo que equivale
a casi 1% diario, que se equipara a la inflación interanual en países en
desarrollo tales como Chile, Perú y Costa Rica. La comparación versus abril de 2015, arroja un
incremento del…... ¡asústense!...718% en 12 meses ¿y qué es esto sino
hiperinflación pura y dura con todo lo negativo que ella implica?
Veamos ahora qué ocurrió con
la “Canasta Alimentaria” en el mismo mes de abril. Su valor fue de 256.146 BsF,
superior al de marzo en 25,6% (inflación intermensual) y en 574,8% con respecto
al año precedente.
Ahora bien, ¿con cuánto
cuenta el trabajador venezolano, jefe de un hogar de 5 personas, para hacer
frente a estos gastos? Según el portal web de Banca & Negocios, el 65% de
la población económicamente activa gana mensualmente un salario mínimo de
15.051 BsF más un “Cesta Ticket” (bono de alimentación) solamente canjeable por
alimentos, cuyo valor es de 18,000 BsF/mes. O sea que cuenta con apenas 33.051
BsF lo que equivale a aproximadamente la quinta parte de su “Canasta
Alimentaria” y a casi un octavo de la “Canasta Básica”.
Y he aquí lo que, a pesar de
ser evidente y quizás por ello, no se ha dicho en Románpaladino; y esto es que
los muchos padres de familia que perciben el ingreso mínimo (65% de la
población económicamente activa) tendría que trabajar durante5 meses para
comprar los víveres a consumir durante un mes y casi 8 meses para cubrir los
gastos de su hogar durante también un solo mes (incluyendo alimentos). ¡IMPOSIBLE! Así se sencillo. Y ¡ni
hablar! de los tantos otros ciudadanos sin empleo fijo que salen a enfrentarse
día tras día en el cuadrilátero boxístico de la informalidad.
En situación similar se
encuentran los pensionados del Seguro Social y los jubilados de empresas del
Estado tales como Petróleos de Venezuela (PDVSA), CANTV, etc. que perciben
pensiones que, en general no son muy diferentes al salario mínimo más
“tickets”, inamovibles en el mediano y largo plazos mientras que la inflación
avanza diariamente en alrededor del 2% “a paso de vencedores”.
Como “coda” resta agregar
que si no hay un cambio diametral en las políticas macroeconómicas en el
cortísimo plazo, los próximos meses y….años…...serán mucho peores. El Fondo
Monetario Internacional (FMI) pronostica para 2016 una caída del Producto
Interno Bruto (PIB) en torno al 8% y del 4,5% en 2017 con
inflaciones del orden del 720 y 2.200% respectivamente dentro de un ambiente
marcado por una escasez que ronda el 80% con tendencia creciente.
Estimados lectores, esto es
una verdadera ¡CATÁSTROFE!sin necesidad
de guerras ni epidemias medievales.
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