Cambio de metal
Jorge Asís
Periodista de personalidad provocativa y observador político, ha cultivado varios géneros literarios como escritor. Su novela Flores robadas en los jardines de Quilmes, publicada en 1980, se convirtió en best seller con 350.000 copias vendidas.


Las soluciones, en Argentina, fueron siempre antesala de próximos problemas.
Mauricio Macri, Presidente del Tercer Gobierno Radical, se transforma.
Se registra el cambio de metal. De la plata se pasa al bronce.
Aclaración básica para entender las diferencias liminares entre Daniel Angelici, El Tano. Y Fabián Rodríguez Simón, El Pepin.

Juego de tiempos

Para ilustrar el cambio de metal, el juego espiritual es expresivo.
De la coexistencia pacífica, con el universo del juego se pasa al litigio abierto y frontal.
Para estudiarlo hay que remontarse al arreglo de 2003. Cuando Néstor Kirchner, El Furia, la nación, cedía los derechos de jurisdicción del juego a la ciudad. O sea a Aníbal Ibarra, Cerro Corá.
Los recortados impuestos, por derecha, facilitaban el estipendio espiritual por izquierda.
Se distribuía mensualmente entre Bolívar 1, o la alcaldía, y Balcarce 50, Casa Rosada. La mitad para la ciudad, la otra mitad para la nación.
Cambio de metalPara Kirchner, dueño de la casa y de la causa. Atravesaba la instancia de gloria compartida con su amigo Cristóbal López, de Almería, España (como Manuel Lao, de Cirsa, dueño del casino del barco, con quien Cristóbal se asociaría después que le encontraran, en el Aeropuerto de San Fernando, 500 mil euros crocantes, entre los jamones del avión).
A Cristóbal, con ampulosidad, lo llamaban El Zar del Juego. Aunque fuera, en realidad, en la capital, socio minoritario de Benedicto y de Achaval.
Pero por la amistad social-empresarial con Kirchner, ya Cristóbal era el verdadero hombre fuerte. Por las prebendas conquistadas para el modelado Hipódromo de Palermo. Desde el aumento de las maquinitas, decidido por decreto, escrito una hora antes de finalizar el mandato de Kirchner en 2007, hasta las bondades geográficas del estacionamiento.
(Sin la suerte que merecía, Bruno Quintana, presidente del deprimido Jockey Club, intentó repetir, para salvar el Hipódromo de San Isidro, un esquema similar. Fue fuertemente combatido por Monseñor Casaretto, y resistido por los italianos de Boldt, que regenteaban el Casino de Tigre, ya hoy en sociedad con Cristóbal, ampliaremos).

Cromagnones

Aquel acuerdo histórico de 2003 mantuvo, según nuestras fuentes, una sustancial modificación durante el interinato de Jorge Telerman, El Peladito de Badía, en 2006.
Cambio de metalMeses después de la tragedia de Cromagnon, Telerman ocupó el lugar de Ibarra. (La circunstancia no se repite con la Tragedia de Costa Salguero, que ni siquiera despeina a Horacio Rodríguez Larreta, El Geniol, aunque carezca de pelo. Nadie centra la atención en Diego Santilli, El Colo. Como tampoco, después de los escandalosos papeles de Panamá, nadie centra la atención en la señora Gabriela Michetti, La Novicia Rebelde).
Telerman quería ser el candidato de Los Kirchner para la alcaldía, y se desgastaba en atenciones afrancesadas. Pese a los hondos esfuerzos por evitarlo de Alberto Fernández, El Poeta Impopular.
La atención más consistente de Telerman consistió en trasladar la totalidad del espiritualismo mensualizado hacia Balcarce. Pero no le sirvió de nada. En 2007 Los Kirchner y Albertito prefirieron improvisarlo como candidato a Daniel Filmus, El Psicobolche, perdedor serial. La división del voto facilitó la irrupción triunfal de Mauricio Macri con Michetti (juntos escalarían también hacia la presidencia, en 2015).
A partir de Macri, en materia espiritual, abunda la zona sombría de las confusiones. Pero el entendimiento histórico alcanzado con Ibarra, según nuestras fuentes, se mantuvo. Aunque se tratara del notorio flanco de vulnerabilidad para Macri. Entre el juego -ya sinónimo de Cristóbal- y la ciudad. Ahora se matizaba el vínculo a través de la relación de Achaval y el efectivo Caputo, El Co, con los brothers Torello en el medio, Los Newman boys.
Cambio de metalPero tallaban también en la ciudad otros jugadores, popularmente llamados Los bingueros. Mautone, Liberman, y sobre todo el radical Angelici, el presidente de Boca Juniors, amigo de Macri que adquiría provisoria gravitación.

150 pasos mágicos

Angelici y Rodríguez Simón, litigio caliente. Tragicomedia del Tano y del Pepín. Complejidad que arrastra el cambio de metal.
El objetivo del bronce se aproxima a través de la alianza política de Mauricio con la señora Elisa Carrió. La Demoledora le despeja a Mauricio el camino de la trasparencia.
Fue fundamental para espantar a los radicales -Cobos, Morales- que preferían acercarse a Sergio Massa, Titular de la Franja de Massa, al que Carrió fulminaba.
(Puede, en cualquier momento, volver a fulminarlo. Cuando Mauricio lo necesite).
Aquí coinciden los ciento cincuenta pasos mágicos de Mauricio. Lo llevaron desde Bolívar 1 hacia Balcarce 50. Atravesó la Plaza de Mayo con la coalición que incluye a los radicales (que aportaron la identidad). Radicales de Ernesto Sanz, vencedores de Gualeguaychú. Y con los “civilinos” de Carrió.
Cambio de metalA cambio del apoyo, como condición, Carrió impuso la lucha contra la corrupción. El destino del bronce.
Arrancan con el avance sobre el juego. Ofensiva, en la práctica, contra el acosado Cristóbal. Y contra quien encarna el símbolo de la sintonía entre el negocio del juego y el macrismo. Es Angelici. El Tano que se entromete, aparte, en la justicia, visita jueces con el ánimo de influir, de contener causas. Que Carrió quiere que lleguen hasta el final. O sea la cárcel (en próxima entrega de la miniserie se trata La Doctora como causa).
Por su parte, Pepín Rodríguez Simón es el enemigo declarado de Angelici que asciende. Ya Angelici, según Pepín, lo hizo procesar, por recoger compulsivamente indigentes de la calle, ampliaremos.
Rodríguez Simón trafica, a su pesar, la aureola de ser el ideólogo judicial del Grupo Clarín. Sobre todo en la lucha de Clarín contra la impostura más alucinante del cristinismo. Y hasta compuso Pepín un librito apresurado sobre La Ley de Medios. El artificio sepultaría a la congregación cristinista en retirada, hoy perseguida por las imputaciones y los procesamientos.

Línea de hierro

Desde la horrible reunión de Mauricio, ya electo presidente, con Cristóbal, el blanco en retroceso, se lanzó la ofensiva sobre el juego.
Los arreglos espirituales del pasado a Rodríguez Simón le importaban muy poco o nada. Fue con instrucciones precisas de Mauricio (y de Carrió) a reunirse con los socios, Cristóbal y Achaval. En el Palacio Duhau. Con dureza, Pepín planteó el cobro de los “ingresos brutos”, que no figuraba en la agenda del acuerdo. Reclamó la deuda de cuatro mil millones, “que se deben pagar”. Ahora indaga, según nuestras fuentes, entre las liquidaciones sobre el misterioso 45% de los “gastos operativos”. Lo hace quedar mal, en definitiva, a Angelici. Muestra al ambiente del juego que a Cristóbal se le puede perder el respeto, o el temor, y que El Tano ya no tiene la menor influencia. Y tampoco Pepín quiere que El Tano tenga influencia en la Justicia. Hasta hoy, según nuestras fuentes, no lo logra.
Cambio de metalHoy Rodríguez Simón se planta con su línea de hierro, que se completa con Pablo Clusellas, el secretario legal y técnico, con José Torello, el jefe de asesores, con Germán Garavano, el ministro “peruano” de Justicia. Y por supuesto con el árbitro Mauricio, que hoy no puede equilibrar.
Por si quedan dudas del tamaño de su poder, el Pepín mantiene detrás, como custodio, al Grupo Clarín, y, si alguien se le retoba, la manda al frente a Carrió, la conductora suelta.
 

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