¿Qué castiga la justicia?
Osvaldo Rolleri Aragón
Investigador, especializado en Seguridad. Corresponsal desde España de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


Una sociedad ordenada, no puede existir sin justicia. Las doctrinas, además de indicar que todos somos iguales ante la ley, llevan los criterios que la cultura gobernante formó a través del tiempo. Y si se desea saber su espíritu, bastará con oír sus sentencias.
 
Es así, que en los últimos años, sin percibirlo, han ido cambiando los criterios de aplicación, además de las presiones distorsivas de los poderes reinantes, ya sean políticos, mediáticos o ideológicos. Es así, que la aplicación de penas por asesinatos con mayores o menores agravantes, no se aprecian significativas. Oscar Pistorius (en Pretoria), recibe 6 años de condena por asesinar a su novia, una modelo internacional. En cuyo juicio se discutió la premeditación y/o alevosía. En Argentina, el Sr. Barreda asesinó a su familia y ya está libre.
 
Todos sabemos que existen muchos procesos por corrupción en distintos países. Brasil está siendo un ‘Leading case’, porque además de empresarios han sido detenidos algunos políticos. En general, rara vez se recuperan los valores sustraídos. Son procesos que se pierden en el tiempo, y como están vinculados a políticos, que tienen contactos con la justicia o han intervenido en designaciones en ese poder, extrañamente son condenados.
 
Pero, qué sucede con la justicia vinculada a la evasión fiscal (robo de dinero al pueblo para mantener la corporación política), además de ser eficiente, rápida, disponer de la mejor tecnología, y la apoyatura inmediata de todos los organismos y fuerzas estatales, lleva a la cárcel y embarga bienes, en forma llamativa. Tanto en Argentina como en otros países el número de detenidos es creciente, además de las sumas embargadas. Un caso impactante internacionalmente es Messi, que lo sentencian (en Barcelona) a él y a su padre a 21 meses de prisión, además de los millones de Euros que les embargan. El fiscal actuante llegó a decir que nuestro ‘Lio’ actuó como un ‘capo mafia’ de una banda. Según mi visión, si los capos mafia fueran como Lio, no habría delito en el mundo. Y además, se lo condena por negarse a conocer la ley, un delirio justificativo.
 
Esto deja a las claras, que a la justicia actual no le interesa cuanta gente sea asesinada, ni los asesinos, ni el narcotráfico, ni la trata de personas; que son los delitos que afectan a la gente. Lo único fundamental es la recaudación; y para eso, se aplican todos los medios disponibles, entre ellos, uno fundamental, la aplicación de la justicia. 
 

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