Tarifas y lógica en retirada

Rogelio López Guillemain
Autor del libro "La rebelión de los mansos", entre otras obras. Médico Cirujano. Especialista en Cirugía Plástica. Especialista
en Cirugía General. Jefe del servicio de Quirófano del Hospital Domingo Funes,
Córdoba. Director del Centro de Formación de Cirugía del Domingo Funes
(reconocido por CONEAU). Productor y conductor de "Sucesos de nuestra
historia" por radio sucesos, Córdoba.
Las últimas decisiones de la justicia, retrotrayendo las
tarifas de los servicios a los precios anteriores al llamado “tarifazo”, es una
flagrante demostración del verdadero problema que nos aflige como país.
Nuestrokarma es que nos hemos acostumbrado a no asumir la
realidad, nos han convencido de que el solo deseo, de que las simples buenas
intenciones alcanzan para desafiar las leyes económicas, leyes que tienen el
mismo valor y la misma inevitabilidad que la ley de la gravedad.Menospreciar las leyes económicas es igual
de descabellado que tirarse de un precipicio y suponer que vamos a volar como
Peter Pan, porque tenemos “pensamientos felices”.
Lo políticamente correcto se ha impuesto sobre lo lógico,
la mentira blanca cotiza más que la verdad ¡y
lo peor es que los argentinos sabemos en nuestro interior que es cuento! Pero aun así preferimos seguir engañándonos a
nosotros mismos, preferimos seguir “bicicleteando” las decisiones que hay que
tomar, conscientes de que esa bicicleta
seasemeja alos intereses del usurero, cada vez cuesta más y más.
No debe existir una sola persona, con dos dedos de frente,
que piense que se puede vivir para siempre gastando más de lo que se gana. Dudo que alguno de todos los que han solicitado
a la justicia la suspensión del aumento de las tarifas, crean que pueden vivir en
sus hogares teniendo un déficit continuo.
Esto mismo sucede con las empresas y con el estado; la negación
de ver esta realidad es, al menos, llamativamente enfermiza. Esta negación es semejante a ladel drogadicto
que niega el daño que produce la droga o a la del alcohólico que descreedel perjuicio
del alcohol. ¡Nos hemos convertidos en adictos al subsidio y a la mentira! Nos
hemos vuelto adictos a la demagogia.
Todos queremos gastar lo menos que se pueda y ganar lo
más posible y eso es una ley económica lógica y correcta, el mayor beneficio
con el menor esfuerzo; sin esta actitud la humanidad seguiría en la época de
las cavernas, nada se hubiese inventado, ni siquiera la rueda. Pero ese solo deseo no se satisface con buena
voluntad o con políticas marcadas por la sensibilidad; esos sentimientosson loables
pero inútiles.
Parafraseando a James Carville, asesor de Bill Clinton,
“es la economía estúpido” y los problemas económicos se resuelven con medidas
económicas, las mismas medidas que tomaríamos en nuestras casas. ¿Estoy
gastando más de lo que gano? Bien, o gano más (en el caso del estado más
impuestos o más deudas), o recorto los gastos; no hay otra.
El error de este gobierno es no haber acompañado la
actualización delas tarifas con medidas que alivien el impacto sobre el
bolsillo de la población, de la industria y del comercio; por ejemplo, baja de
los impuestos laborales, suspensión del impuesto al cheque o la eliminación del
IVA en todos los productos de la canasta básica.
El problema es que, si nuestros gobernantes hacen lo
arriba descripto, aumentan el déficit del estado... ¿entonces?, pues solo queda
una cosa por hacer, bajar el gasto del estado, o sea, despedir, jubilar o dar
retiro voluntario al millón de empleados de más que tiene la administración pública.
¡Y ahí está el problema! ¿Quién le pone el cascabel al gato?
En lo que se refiere al costo energético, pues bien; si
es caro, hay que ver por qué es tan caro y abrirse al mundo para bajar los
costos. ¿Es así de simple? Si, es así de
simple, pero nuestro infantil nacionalismo y nuestro delirio de explotación
imperialista, nos aísla y empobrece día a día.
El problema es que los argentinos queremos comer la torta
y tenerla intacta al mismo tiempo y eso no es posible. Queremos que subsidien la energía, pero
queremos pagar menos impuestos; queremos una educación de excelencia, pero que
no sea exigente; queremos que se vayan todos los políticos, pero no nos comprometemos.
Hasta que no entendamos, aceptemos y nos concienticemos,
de que en economía está todo inventado y de que lo que hay que hacer, más allá
de los voluntarismos, caprichos o bicicletas políticas o financieras, queramos
o no hacerlo,bien o mal,tarde o temprano,inevitablemente lo
vamos a terminar haciendo y mientras antes lo hagamos, antes saldremos de esta
agonía en la que estamos inmersos hace más de 80 años.
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