Demandas que degradan
Eduardo Filgueira Lima
Director del Centro de Estudios Políticos y Sociales. Magister en Sistemas de Salud y Seguridad Social (ISALUD). Magister en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE).


De acuerdo al criterio de Malena Galmarini (hay otros proyectos en danza) referido a que debería haber un cupo del 50% para cubrir en cargos electivos por mujeres -no siendo de ninguna manera misógino, sino por el contrario muy respetuoso de la mujer y sus derechos-, pienso que:
 
1) la propuesta degrada a la mujer porque la impone por obligación legal y no por sus méritos,
 
2) con el mismo criterio cualquier minoría grupo, o secta (o llámeselo como se quiera), podría pretender tener un cupo: ¿porque no un cupo para los ambientalistas, o para los gay o para los musulmanes, o para los judíos, o para las comunidades originarias.. ?????, y la lista sigue...... todos merecedores de mi respeto y consideración,.. pero no por ello de un cargo público.
 
Estos proyectos "imponen" derechos de sectores, grupos o facciones que se sienten que "deben" de acceder a lo que desean por imposición.
 
Estas imposiciones desatienden a muchos que tienen mejores condiciones y desalientan el camino del mejoramiento personal, como el de la sociedad.
 
Los derechos de ellos parecen estar así por encima de los derechos de los demás. Y sabemos que en países de medianos a bajos ingresos y con bajas oportunidades, la perspectiva de imponerse a través de la carrera política luce como una oportunidad muy atractiva.
 
Con proyectos de este tipo se desmerece la meritocracia y que ocupen los cargos de gobierno aquellos que más méritos tienen para ello (aunque reconozco que ya bastantes tarados hay que ocupan bancas, cargo, funciones, etc. sin mérito propio y por solo ser militantes, avivados, amigos o parientes de funcionarios o políticos de turno).
 
El proyecto del cupo femenino 50% impone sin tener en cuenta los valores, ni la capacidad de quienes deberían ocupar esos cargos. Ello da como resultado una menor perspectiva de mejorar el gigantesco e ineficiente estado que tenemos y mayores para caminar hacia una democracia plagada de estupidez.
 
Por otro lado -y esto queda oculto en la discusión- existe un tema que atañe a la filosofía política: ¿Que es más importante (o debe priorizarse) en una democracia para que un país logre los objetivos que la misma supone: respetar los derechos individuales o superponer a ellos los derechos sociales?,.. digo esto porque se habrá notado que existe una notoria contradicción entre ambos.
Si los derechos individuales quedan subsumidos,.. poco podemos esperar de la democracia, ya que los grupos a los que representa cada uno de los derechos sociales (inacabables) podrá imponer su voluntad a todos!
 
De hecho ya sucede que facciones, o grupos para reclamar por lo que consideran sus derechos (sin ponerlos en tela de juicio) vulneran los derechos individuales que son la base de la convivencia social.
 
En el caso que nos ocupa: si una mujer accede a un cargo "por cupo"!,.. impide probablemente el acceso de otro que puede estar más capacitado. El resultado es que pasando por encima de uno perjudica a todos. 
 
Este es un tema importante que incluso es motivo de grandes controversias -por posicionamientos ideológicos diferentes- en las universidades.
 
Los que defendemos como base los derechos individuales -sin dejar de considerar que existen derechos sociales de gran importancia, pero que tienen límites y no son todos los que se reclaman- somos criticados por un pensamiento dominante que pretende que cada uno pueda reclamar a su gusto por lo que considera su derecho,.. (lo que resulta inconmensurable e imposible) y que además se reclama al estado que pagamos todos!!
 
El colectivismo –perdida la batalla política- encontró la forma de colarse ideológicamente en la sociedad.
 
 

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