El aspecto economico de la corrupcion
Narciso Guaramato Parra
Economista venezolano. Fue Presidente del Núcleo de Economistas del Banco Central de Venezuela.



“En Venezuela se roba porque no hay razones para no robar.”
(Gonzalo Barrios)

La semana pasada el Presidente Maduro, puso en el tapete del debate Nacional, la necesidad perentoria de que le sea aprobada una ley Habilitante para la lucha contra la corrupción, entre otros detalles mencionados, para el aumento de la pena. ¿Es necesario una nueva Ley? ¿Su aprobación sería suficiente para la eliminación de la corrupción?

Para ambas preguntas la respuesta es negativa. La razón sería la misma por la cual no se reduce el ritmo de aceleración de los precios, el error principal es que generalmente, los tomamos como causas, cuando es un efecto. (Enrique Ghersi “Economía de la corrupción”, CEDICE)

La  Real Academia de la Lengua define a la corrupción, como: “vicio o abuso…” por lo que tradicionalmente se le ha atribuido al poder público, la mayor cuota del proceso corruptor, ya no los indicaba el historiador Británico,  Lord Acton, “Power tends to corrupt, and absolute power corrupts absolutely”. Lo cual traducido al Castellano, nos señala que “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.

En principio, la corrupción afecta a la actividad económica en el muy corto, corto, mediano y largo plazos a través de dos canales: directo e indirecto. El efecto indirecto está relacionado con el impacto que genera la corrupción en el campo extraeconómico (político, social y cultural) y de éste sobre el campo económico. En el corto plazo, el desvío de recursos que estaban destinados al financiamiento de la producción, provoca una caída del PIB,

Si todo agente económico busca su máximo beneficio, lo que habría que analizar como se lograría, que este máximo beneficio sea minimizado desalentando este tipo de operación, es decir un estudio costo beneficio de la corrupción.

Si el beneficio es la diferencia entre lo  que le ingresa al corrupto y el costo que le genera. Hay que hacer notar que la medida integral ideal es aquella que enfrente los  dos componentes (Ingreso y costos)

Es importante destacar que la corrupción depende de cuotas de poder (monopolio) y la necesidad que se tiene de favor de ese poder. En el caso del control de precios, el ingreso  depende del diferencial entre el precio regulado y el real. Si hay mucha diferencia, el ingreso es más alto, lo que favorece los actos de corrupción 

El costo total de cometer actos de corrupción (C) es igual a la suma de costos de penalidad (CP), los costos morales (CM) y los costos de ejecución de la actividad corruptiva (CE), por lo tanto C=CP+CM+CE.

El costo de penalidad corresponde al costo generado por la posibilidad de ser descubierto y perder su libertad. A mayor riesgo de ser descubierto, mayor costo. En algunos países este costo puede incluir la pérdida de parte de su cuerpo (mano p.e.), incluso  de su vida. Este es el costo que se quiere aumentar con la Habilitante. Mediante el aumento de los años de prisión

El costo por ejecución, comprende los costos operacionales del acto en sí. A medida de que este sea más difícil de llevar  a cabo y, cuanto, más personas y/o etapas se incluyan, los costos por ejecución son mayores. Cuantas más prohibiciones, regulaciones y controles se le pongan al aparato productivo privado, más zonas de poder se crean y mayor serán los costos de ejecución.

El costo moral está relacionado con el aspecto de la reputación del individuo en la sociedad en que vive, el mismo que a su vez tiene que ver con la escala de valores y la ética personal. Si bien los individuos generalmente tratan de minimizar la mala reputación ante la sociedad, sin embargo se tienen diferencias de grado o intensidad en el mismo. Existen individuos relativamente amantes y practicantes de la buena reputación y ética personal, pero también existen individuos a los que ésta les interesa en menor grado; para los primeros el costo moral de ser delatados como corrupto es mayor que para los segundos. En todo caso, cuanto mayor sea el castigo y la sanción moral que impregna la sociedad a los actos de corrupción y cuando así lo sientan los individuos, mayor será el costo moral de cometer las actividades de corrupción (JUAN LEON MENDOZA, “Análisis Económico de la Corrupción”. Revista de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNMSM No. 18. Lima,  2000.)

De lo dicho en los párrafos anteriores se deprende que la lucha contra la corrupción no una tarea sencilla, debe contemplar en su estrategia: la liberalización de la economía para disminuir las trabas que aumente los ingresos asociados a esta actividad, aunque el costo por ejecución sea igual a cero, sin ingresos, no hay estímulos para la corrupción; el aumento de los costos de penalidad, para lo cual únicamente se necesita eliminar la impunidad evidente en que se están realizando los actos de corruptivos y, por último una labor educativa (este componente es a largo plazo) para que la población tome conciencia del costo moral. Como se puede ver desde el punto de vista económico, ninguna de estas estrategias requiere la aprobación de una ley habilitante para su ejecución  y puesta en marcha.
 

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