Sobre encuestas
Eloy Soneyra

Doctor en Psicología de la Universidad de Belgrano especializado en Calidad y Factor Humano. Es autor y editor de libros como: “Gerencia y Excelencia, Calidad de la A a la Z” (el primer diccionario enciclopédico de la calidad y la gerencia en el Mundo), “Autodiagnóstico de la Gestión empresaria” (primer sistema cuantificado con las Bases del Premio Nacional a la Calidad). Director Ejecutivo del Estudio Soneyra, organismo destinado a la Psicología Aplicada a la Clínica y a asesorar a personas de empresas sobre Calidad y Factor Humano. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010).



Los números que mostraron los resultados sobre el triunfo de Trump en la elecciones de Estados Unidos se los vio distintos de los expresados  en la mayoría de  las encuestas antes del comicios. Pues tienen su sustento ,por un lado en el libro “Por qué compra la gente” del académico británico John O' Shaughnessy que muestra que las personas tienen claro aquello que no quieren, pero no tienen claro cuáles son sus deseos. En otras palabras el electorado tenía claro que no quería la continuidad de las ideas de Obama, por ejemplo con el levantamiento del bloqueo a Cuba, o la búsqueda de  posiciones antagónicas a las culturales con respecto a ciertas disposiciones sobre baños para los homosexuales o a la baja de sus ingresos en los últimos años, por política gubernamental..
 
En segundo lugar el encuestado responde emocionalmente, máxime cuando se en­cuentra frente a temas políticos y la cúpula del poder que le miente a diario. Estas ideas coinciden con las investigaciones sobre los consumidores cumplidas por Drayton Bird, asesor británico de mercadeo, que  entre otras afirmaciones llegó a la conclusión de que las personas en las encuestas “mienten como bellacos”.
 
En tercer lugar las encuestas predictivas de resultados electorales tienen un margen de error de más/menosel 3%, con lo cual en esas encuestas de porcentajes cercanos al 50% , para ambos candidatos no tenemos que afirmar que A ganará con el 51%,  a B que solo alcanzaría el 49%, dado que no se puede sostener, pues con el señalado margen de error, estadísticamente los candidatos tendrían votos en una franja a saber A entre un 48 y un 54% y  B entre un 46 y 52%,  con lo que hay un solapamiento en la franja 48 a 52, para ambos candidatos. En otras palabras en esos  hay una mala verbalización de los datos, ante ello se debería señalar que si bien la encuesta da lo resultados indicados anteriormente, estadísticamente es un empate técnico. Situación que se dio en el caso de la elección de EEUU, en el referendo en Colombia y en el Brexit de Gran Bretaña.
 
Las señaladas tres expresiones confirman que el mercado electoral como el comercial tiene respuestas no siempre captables en encuestas, así vemos en nuestro país que la empresa “Mercado libre” no estimada como posible por especialistas ganó el mercado a punto tal que su valor en acciones supera en EE.UU. el correspondiente a YPF. Otro caso  una gaseosa nacional ha ganado el mercado que tienen las dos “cocas” existentes, a punto tal que su botellita ocupó las puertas de los habitantes de Malvinas, apoyado en un millón seis mil envases diarios, pues por cada gaseosa argentina que se compra es una coca estadounidense que no se vende.
 
Desde la antigüedad se ha buscado conocer el futuro, algunos lo hacen con la carta natal, otros con la borra del café y otros con encuestas, pero la realidad siempre confirma la posibilidad de opinar  mal porque “Errar es humano”
 

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