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Las respuestas políticamente correctas sobre el 2015 indican que siempre debe decirse que "no es oportuno hablar de eso ahora". Pero en realidad, puertas adentro, los políticos no hacen otra cosa más que hablar de eso. Algunos tienen planes bastante cercanos para poner en marcha dispositivos que tengan por objetivo depositarlos en la presidencia en el próximo turno.

Daniel Scioli, que fue el primero que abrió esas gateras (al precio de ser recluido en los rincones kirchneristas, hasta que su "ductilidad" le permitió volver a ser tolerado), es también uno de los primeros que quiere poner manos a la obra en eses sentido.

El gobernador está seguro de que el ciclo kirchnerista duro está terminado; que la sociedad se hartó de la épica utópica inútil, pendenciera, divisoria y confrontativa que esmeriló durante todos estos años la paciencia de la gente normal. Por eso está pensando en tender alianzas con peronistas centristas que incluso se han manifestado fuertemente críticos de la presidente en estos años.

En ese sentido, luego de las elecciones de Octubre, Scioli podría materializar un acuerdo que viene tejiendo con Francisco de Narváez. La idea sería llevar al gabinete de la provincia al mismísimo "Colorado" y a su alter ego, Gustavo Ferrari. Al autor de la frase "Es ella o vos" le tocaría el ministerio de Desarrollo Social bonaerense y a Ferrari la silla de Justicia.

Este rumor es compatible con alguna declaración pública de ayer de De Narváez respecto de la modificación al régimen del impuesto a las ganancias. El candidato a diputado, mimetizado con una de las frases preferidas de la presidente, pidió no ser como "la gata flora": "habíamos pedido que se hiciera esto; ahora que se hace no nos podemos quejar..."

A lo mejor "el Colorado" había escuchado los reclamos por la característica temporal del "arreglo". En efecto los $ 15000 no son un nuevo límite mínimo sino una "concesión especial del Príncipe" que durará 4 meses. En ese lapso los que ganen hasta ese monto efectivamente estarán exceptuados del impuesto, pero los que ganen más no pagarán ganancias sobre el excedente de $ 15000 sino sobre la diferencia entre el ingreso y el nuevo mínimo no imponible que solo fue incrementado un 20%.

Es posible que en su versión anterior De Narváez hubiera saltado a denunciar esta pequeña trampita. Pero ayer prefirió acordarse de la gata flora, pensando en "los cambios en la continuidad", como al gobernador le gusta definir su futura eventual presidencia.

Otros que están pensando en 2015 son los de PRO. Como se sabe, hay una línea muy fuerte en el partido, liderada por Marcos Peña y Jaime Durán Barba de mantener a esa fuerza lo más independiente posible de figuras de otros partidos. A esa inteligencia pertenece la "creación" de Del Sel, Baldassi, Mc Allister, Cáceres... Pero el gran agujero sigue siendo la provincia de Buenos Aires. Por eso la estrategia parece ser el envío allí de una tropa propia a partir de diciembre pensando en la candidatura a gobernador para suceder a Scioli. Ya se sabe que Michetti ha resignado ese territorio (en una movida que le costó jirones de su relación con Mauricio) de modo que la elegida es María Eugenia Vidal. La vicejefa es natural de Morón y aunque no es lo que hubiera querido, parece que aceptaría la misión. Su compañero de campaña sería otro "Colorado", Diego Santilli. La estrategia sería ofrecer un "producto" propio que combine la "intelectualidad" y la conciencia de "gestión" de Vidal con  las maneras de Santilli a las que se las ve más cercanas al hombre de a pie.

En cuanto al distrito en donde el PRO se siente más cómodo -la Capital- la novedad sería la presentación de un proyecto de ley de internas abiertas locales para dirimir la sucesión de Macri entre Michetti, Rodríguez Larreta y Christian Ritondo.

Salido Macri de la Jefatura de Gobierno, el escenario de su candidatura presidencial no parece sencillo. Algunos quieren imaginarlo participando de una interna del "centro" en la que podrían intervenir él mismo y José Manuel De La Sota, contra otra interna en la que jueguen Scioli y Massa y otra en la que participe el centro izquierda.

Como se ve, más allá de las respuestas políticamente correctas, la cuenta regresiva hacia la sucesión presidencial ya ha comenzado. ¿Y el kirchnerismo duro? No se dará por vencido. Es posible que en el ínterin que va desde octubre hasta diciembre (es decir con este mismo Congreso) intente imponer un proyecto para aumentar el número de miembros de la Corte y otro de unificación de fueros que le de acceso a tener mayoría de jueces propios en los principales juzgados. Con una nueva Corte hasta podría forzar una interpretación de la actual Constitución para volver con su idea de una Cristina candidata. Y si esa jugada no sale,  es posible que la Sra. de Kirchner se presente como candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires o hasta como gobernadora de un presidente Scioli.

En todo caso lo que se está negociando es la tranquilidad judicial a futuro. Y esas seguridades solo pueden derivar de seguir atornillados, a como dé lugar, a los sillones del Estado.