Donald Trump y el “teorema de Baglini”
Martín Simonetta
Es Director Ejecutivo de Fundación Atlas para una Sociedad
Libre. Profesor titular de Economía Política I en UCES) y de Economía en Cámara Argentina de Comercio. Autor
de diversas obras. Fue elegido "Joven Sobresaliente de la Argentina
2004" (The Outstanding Young Person of Argentina-TOYP) por Junior Chamber
International y la Cámara Argentina de Comercio (CAC), habiendo obtenido la
mención "Animarse a Más" por parte de PepsiCo. Recibió diversos
reconocimientos tales como la beca British Chevening Scholarship para
desarrollar investigaciones en Gran Bretaña (British Council, la Embajada
Británica y la Fundación Antorchas,1999). Miembro del Instituto de Política Económica de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Académicamente es Licenciado en Relaciones Internacionales (Universidad del
Salvador, Buenos Aires) y Magister en Política Económica Internacional
(Universidad de Belgrano), habiendo realizado un Posgrado en Psicología
Positiva (Fundación Foro para la Salud Mental). Ha desarrollado el programa
"Think Tank MBA" en el marco de Atlas Economic Research Foundation
(Fairfax, Virginia, y New York, NY, 2013).
Contacto: msimonetta@atlas.org.ar / Twitter: @martinsimonetta
Donald Trump sigue generando polémicas y dudas, en
el contexto de su asunción. Entre otras, las que han tomado mayor visibilidad
tienen que ver con la política y la economía internacional, despertando alertas
en los vínculos con China, Rusia, México, por mencionar sólo algunas.
Como en una exagerada película norteamericana, este
empresario -cuya fortuna se acerca a los 5.000 millones de dólares- al que
algunos califican de narcisista y que llegó al máximo de su notoriedad masiva a
través de reality show, hoy es parte
de la realidad política.
La pregunta del trillón es si el ejercicio de su
cargo lo llevará a tener un discurso y una acción más moderados, teniendo en
cuenta lo que se conoce como el “teorema de Baglini”: el hecho de que los políticos
–a la hora de seducir votos- actúan en virtud de lo demandado por los votantes,
pero una vez que asumen la gestión y deben enforcarse en resolver problemas
concretos, incrementan su nivel de realismo.
Paradójicamente sus declaraciones poco moderadas e “indignadas”
en muchos casos, generaron una identificación con el sentir de algunos sectores
de aquel país, hartos con el establishment.
A través de un discurso nacionalista tocó temas críticos, que lo llevaron a
tener incluso más notoriedad. Algunos de los temas más “calientes” han tenido
que ver con la aplicación de restricciones a la inmigración ilegal –especialmente
la construcción de un “muro” en la frontera con México - así como las
limitaciones al ingreso de productos del mundo para “defender el empleo” de los
norteamericanos.
Además, la posibilidad de adoptar restricciones al
ingreso de productos chinos a los Estados Unidos. En términos generales, ha
puesto en tensión las relaciones con dos de los socios económicos más
importantes de los Estados Unidos, como lo son China y México. Por su parte,
China, además es el mayor prestamista de los Estados Unidos, siendo el tenedor
de más de 3 de cada 10 dólares de la deuda de aquel país. Asimismo, México
–junto con Canadá- es parte del –hasta ahora considerado- exitoso proceso de
integración comercial de América del Norte, conocido como NAFTA. Agreguémosle
el factor adicional de que 1 de cada 10 habitantes de los Estados Unidos es de
origen mexicano: 30 millones de alrededor 300 millones. Sumémosle a todo esto,
una paradoja más: Trump tuvo un importante apoyo electoral de la comunidad
latina, según indican algunos analistas tal vez guiados por la lógica de que no
ingresen más hispanos (más competidores) a ese país por parte de los que ya
gozan del permiso formal para vivir y trabajar en el gran país del norte.
Sólo resta esperar las acciones concretas para ver
qué realiza efectivamente, este personaje al cual le gusta sorprender, y que
conoce y aplica las técnicas de los estudios de mercado realizados por sus
asesores de marketing político en cada acto, palabra, movimiento. La historia
nos demuestra que las estrategias para ganar una elección no son las mismas que
para desarrollar una exitosa gestión de gobierno.
Trump ha hecho reiterado alarde de “no mostrar las
cartas a la hora de jugar al poker” con lo cual es posible que –este amante de lo
impredecible- busque seguir sorprendiendo. Algunos temas como la incorporación
de los “vouchers” educativos (la posibilidad de que los ciudadanos cuenten con “vales”
para elegir donde enviar a sus hijos a estudiar, poniendo a competir escuelas
públicas y privadas), un fuerte achicamiento del gasto público, especialmente
el militar, entre otras ideas “innovadoras”, podrían ser interesantes de
seguir. Aunque, repito, Trump no es demasiado predecible. Aunque sí su fin:
quedar en la historia de los Estados Unidos.
Últimos 5 Artículos del Autor
16/05 |
Reason Weekend 2024
10/07 |
Freedom Fest - Las Vegas
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!