El 11 de septiembre y el 17 de octubre tienen algo en común: recordamos a Sarmiento cada 11 de septiembre para olvidarnos de él el resto del año. Lo mismo que algunos peronistas con la lealtad.
Este Día del Maestro nos enfrenta a una dualidad. La sociedad destina el porcentaje mas alto en términos del PBI a la educación de los últimos tiempos, pero los índices de deserción no paran de crecer y a los chicos les va cada vez peor en las pruebas de nivel.
Erogamos como nunca en Educación, pero la mayoría de los egresados de la secundaria no entienden lo que leen.
Ningún sector importante de la vida política propone bajar el esfuerzo fiscal de la población. Pero no todos aspiran a revertir la caída en los indicadores de nivel de nuestros chicos.
Hasta no hace mucho tiempo las maestras/os eran nuestros segundos padres, hoy no pasa semana sin que nos enteremos que un padre/madre agrede a una maestra/o.
La educación pública fue el gran ordenador de nuestra sociedad. El guardapolvo blanco no es un pedazo de tela, era la aspiración de toda una sociedad para que en la escuela todos los pibes (sin distinción social) fueran iguales y tuvieran similares oportunidades.
Seguramente en esta época de revisionismo histórico, alguien encontrará que Sarmiento faltó al menos una vez a clase. Ojalá que así sea, eso significaría que nuestros mayores crearon el mito para mostrarle a los chicos que estudiar era obligatorio. Alguna vez tuvimos una sociedad que no hablaba de inclusión, sino que la ponía en práctica. No podemos decir que incluimos a nuestros pibes si les robamos el futuro.
Antes, si a un chico le iba mal en los exámenes se lo hacía estudiar mas. Ahora eliminamos los exámenes, no sea cosa que la sociedad se de cuenta que el esfuerzo económico de todos no se traduce en resultados o que los maestros ya no saben enseñar.
En los últimos tiempos tomamos la costumbre de preguntarnos a qué partido político respaldarían nuestro próceres. No tengo herramientas para afirmar qué sería Sarmiento, pero sí puedo afirmar lo que no sería. Ese genio cascarrabias era progresista en serio, no anunciaba revoluciones por cadena nacional, simplemente las llevaba adelante. Quien no acepta preguntas incómodas, menos avalaría que Las Ideas No se Matan.
Los problemas de la educación pública afectan al resto del sistema educativo. Las instituciones privadas (mas caras o mas baratas) también están dejando de enseñar. Es lógico. Antes, cuando la escuela pública funcionaba, había que tener buenos motivos para ir a una escuela privada. Hoy con que los colegios privados estén abiertos es suficiente. Antes los sectores de menores recursos no se preocupaban por la educación, hoy tienen que destinar parte de sus escasos recursos a pagar una cuota de un colegio privado si quieren que sus hijos tengan un mejor futuro laboral. Quien puede pagarle un colegio privado a sus hijos no está exento de los problemas de la educación. En nuestra sociedad nunca vamos a tener un buen nivel de instrucción académica general si no funcionan las escuelas públicas. Ellas marcan el piso, hoy no paran de caer.
Todo esto no es culpa de un presidente, de un gobernador o de un intendente. Es un problema de todos. Salimos a protestar por el corralito, por el dólar, por la inseguridad, y tenemos todo el derecho de hacerlo. La billetera es la víscera mas importante del hombre nos enseñó Perón. ¿Cuando nos vamos a movilizar para que nuestros pibes reciban una mejor instrucción académica?
Este día del maestro no nos quedemos en el regalo al maestro/a o con el acto del colegio. Hagamos un ejercicio cívico los 365 días del año para rendirle, como dice la canción: Honor y Gratitud, al Gran Sarmiento, Padre del Aula, Maestro Inmortal.