El guardapolvo blanco no se mancha
Humberto Bonanata

Director de Notiar. Premio a la Libertad 2012, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



Carlos De Feo: "Queremos que al Gobierno le vaya mal"
-Delegado de CO.NA.DU
(Consejo Nacional de Docentes Universitarios)
 
Tras la “Marcha Federal Docente” del miércoles en la que se vendían suvenires con el logo del “club del helicóptero” o “yo no lo voté”, etc., etc., la legitimidad sarmientina del reconocimiento a la mejora salarial a una de las más nobles de las tareas profesionales, se ha visto empañada –otra vez más- por la desestabilización en marcha desde el 10 de diciembre a las 11.00 hrs. cuando Mauricio Macri recibió la banda presidencial del Presidente Provisional del Senado de la Nación, Federico Pinedo, ante la negativa de la multiprocesada ex Presidente Cristina Fernández de Kirchner de hacerlo, al comenzar la cuenta regresiva de la “máquina de impedir gobernar” a todo gobierno que no se precie del signo peronista.
El 24 de marzo por la tarde, en conmemoración del 41 aniversario del golpe de Estado cívico-militar avalado por la amplísima mayoría silenciosa de una sociedad asqueada de padecer una guerra civil no declarada por la subversión, con la consecuente represión ilegal que llevó aparejada la conformación de la “teoría de los dos demonios”, la sociedad argentina representó en sus honduras la profunda división de odio y resentimiento, potenciada una vez más por un peronismo metastásico (por su diversificación de líneas internas que al final confluyen en el tumor maligno) y destituyente ya que el poder en sí mismo es el fin último de su existencia y razón de ser… La democracia es sólo un medio simulado para llegar a ese fin.
Con sólo hacer un poco de memoria y comparar los 740 días que le permitieron gobernar a De la Rúa, el clima social que hoy nos hacen padecer es mucho más virulento, ofensivo, directo y foquista. Se conoce como “foquismo pre-revolucionario” el hecho de crear en cualquier lugar, momento y por cualquier causa el conflicto callejero imprevisto que distorsione la vida cotidiana de una sociedad que se precie de su vida normal.
El “día a día del desgaste” se percibe este año con mayor efectividad de daño para lograr lo que están logrando: el hastío social; el “cuanto peor…mejor” se ha convertido en una práctica cotidiana.
Como bien dijo el diputado nacional bonaerense del PRO, Waldo Wolff,” Nada más enfermo que recordar un golpe de Estado promoviendo la caída de un gobierno democrático”. (Sic)
Ante ello, en los quince meses y quince días del gobierno de Mauricio Macri la función social de la obra pública ha sido una consigna que, para encontrar visos de comparación debiéramos retrotraernos al corto período gubernamental del radical intransigente, también volteado por el peronismo, Arturo Frondizi.
Como la comunicación social del gobierno a nivel masivo resulta inexistente el lector deberá tomarse el trabajo de visitar las cuentas de twitter de Guillermo Dietrich, Carolina Stanley, Juan Curutchet, Rogelio Frigerio, José Cano, y Oscar Aguad, entre otros, hecho que seguramente lo sorprenderá por los constantes avances de obras en lugares carenciados en los que sus habitantes no votaron a “Cambiemos” y a Macri parece no importarle si lo harán en octubre.
Lo que sí le importa a Macri es que cuando cumpla su mandato constitucional, el Plan Belgrano haya resultado un éxito y vuelva a constituirse como arteria troncal que una en rutas y ramales ferroviarios del norte y centro argentino; los habitantes de la tercera sección electoral del Gran Buenos Aires disfruten de agua potable y servicios cloacales –que nunca fueron construidos en más de setenta años de peronismo-; la acción social alcance a toda mujer desde el comienzo de su embarazo; las energías renovables reemplacen gradualmente las viejas tecnologías; que Vaca Muerta se encuentre en principio de ejecución con alto nivel de inversión nacional y extranjera a largo plazo; que el sistema financiero –merced a la constante baja inflacionaria- permita que los actuales inquilinos dejen de serlo para convertirse en propietarios; que en materia de comunicaciones alcancemos antes de 2019 los niveles de Chile, España u otro país desarrollado que brinde servicios eficientes a precios internacionales y no siderales y de baja calidad como los que pagamos actualmente.
A Macri también le interesará que el presupuesto docente no se consuma el 91% en salarios, de los cuales el 66% se pierden en suplencias de suplencias que, de no existir, mejorarían ipso facto el haber del docente a cargo de aula en un 24%, al margen del ofrecimiento oficial en las paritarias.
Y para quienes desean recordar al primer peronismo como panacea de la “justicia social” nada mejor que responderle con esta frase del economista y sociólogo Juan Llach: “Cuando Perón debió ajustar la economía en 1952 el salario real cayó un 30% y obligó a los gremios a firmar convenios colectivos de trabajo por dos años sin aumento de haber alguno”.
Concluye Llach en que “hoy la Argentina se encuentra en el puesto 56 de calidad de vida y en el 156 sobre 180 sobre viabilidad de inversión”.
Queda claro que -entre todos- debemos profundizar el cambio en marcha.
Bajo esta inestable democracia no existe red de contención; la República requiere de todos nosotros.
Derrotar el odio será un proceso cultural de mayor alcance.
 

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