Estrategias para las elecciones de Octubre
Claudio Chiaruttini
Politólogo y destacado periodista.


Como pocas veces en la historia electoral reciente, los principales participantes de la votación estructuran sus estrategias esperando que los otros cometan errores que les regale lo más cercano de un triunfo, dado que en el fondo, en Octubre, a pocos los desvela una composición legislativa, dado que todos miran hacia las presidenciales del 2019.
Cristina Fernández no define si participará o no en la elección, quería que Máximo Kirchner fuera el negociador principal en la Provincia de Buenos Aires y que La Cámpora fuera la “columna vertebral” sobre la que estructuraría la supuesta unidad peronista. Sin embargo, la ex Presidente de la Nación ya no tiene el poder político partidario que tuvo en las elecciones de 2011, 2013 y 2015, cuando su decisión era obedecida calladamente por los “Barones del Conurbano” bonaerense y los Gobernadores peronistas.
Los “Barones del Conurbano” respetan el liderazgo y supremacía en la voluntad de votos de Cristina Fernández en el GBA y reconocen a Máximo como su vocero y negociador. Sin embargo, no lo tienen consideración o respeto hacia La Cámpora y, menos, a los colectivos políticos o sociales que formaron el Frente para la Victoria.
Fernando Esteche, Amado Boudou y Luis D'Elía: Para los intendentes PJ del GBA, esta gente de CFK no tiene votos.
El martes 16/05, la maniobra de Cristina Fernández quedó al descubierto: primero iba a negociar una alianza con los “Barones del Conurbano” que integra el llamado Grupo Esmeralda, para luego meter a los del llamado Grupo Fénix, los del recién nacido Grupo Patria (alcaldes ultrafieles del interior bonaerense) y los partidos que tienen a Martín Sabbatella, Amado Boudou, Gabriel Maritto y Luis D’Elia como sus conductores, entre otros colectivos sociales y políticos.
Es decir, la maniobra de Cristina Fernández era evitar la interna y, al mismo tiempo, dejarle a los “Barones del Conurbano” una participación menor en las listas nacionales. Mientras, los alcaldes bonaerenses esperaban que no se abrieran listas distritales -que pusieran en peligro los liderazgos locales-, pero al tiempo necesitan la presencia de la ex Mandataria que sume votos para colocar legisladores nacionales y provinciales propios, algo que no pueden hacer desde hace casi 8 años.
Por su parte, la rebelión de los “Barones del Conurbano” mostró que tanto el Grupo Esmeralda como el Grupo Fénix no quieren que se los utilice para extender artificialmente el poder de La Cámpora o de otros colectivos ultrakirchneristas que, una vez en cargos electivos o puestos oficiales, no obedecen sus órdenes e intentan minar las estructuras territoriales, tal como hizo Luis D’Elia en La Matanza contra las huestes de Fernando Espinoza, titular del PJ bonaerense.
La presencia de Florencio Randazzo comienza a generar una nueva dinámica del armado peronista en la Provincia de Buenos Aires. Si bien todos tienen en claro que el ex ministro de Interior y Transporte de Cristina Fernández no puede hacerle sombra a su ex jefa política y que lo motiva la furia y la frustración por haber sido sacado de la carrera electoral en las elecciones de 2015; todos esperaban su presencia para “abrir” listas paralelas distritales y así “conformar”· su propia oposición.
Es una vieja estrategia de los “Barones del Conurbano” abrir listas en sus distritos para licuar oposiciones internas, como también colocar “listas cortas” para sumar cargos en el Poder Legislativo de la Provincia de Buenos Aires; por eso, el kirchnerismo intentó aprovechar esa ambición localista de los alcaldes bonaerenses y usarlos como trampolín para mantener una parte de su poder en el Congreso Nacional.
El martes 16/05, en la reunión del teatro del sindicato de porteros (SUTERH, de Víctor Santa María), el posible liderazgo que CFK intentaba transmitirle a Máximo recibió varios torpedazos bajo la línea de flotación; por lo cual, en contra de su voluntad, la ex Mandataria tuvo que ponerse a la cabeza de las negociaciones bonaerenses. Y eso, significa llevar todo a “fojas 0”.
Pero Cristina Fernandez ya comenzó a poner sus condiciones para hacer lo que los “Barones del Conurbano” la obligaron a hacer. Lo hizo al ordenar el recibimiento a los alcaldes y colectivos políticos y sociales provinciales, con una clara intención de dar señales de cómo intenta estructurar el armado de las listas, si se consigue llegar a ese paso; dado que por esta horas, son pocos los “Barones del Conurbano” que creen que habrá algo parecido a una unidad partidaria.
CFK recibió primero a los 2 “Barones del Conurbano” ultrafieles, que además, han cobijado a muchas de sus principales figuras de La Cámpora, en el mayor de lo sigilo. Son los intendentes de Avellaneda y Ensenada, Jorge Ferraresi y Mario Secco, respectivamente.
Luego será el turno del Grupo Patria, alcaldes del interior bonaerense con muy poco poder político real en l a estructura del PJ, que también son ultrafieles.
Más tarde será el turno del Grupo Fénix, que se dice kirchnerista pero que Máximo tacha de “oportunistas”, por defender sus poderíos locales antes que responder ciegamente a las decisiones de la ex Mandataria.
Por fin, los intendentes que forman parte del Grupo Esmeralda serán recibidos de a uno, por separado, una movida fríamente calculada, y todos suponen que fue pensada para romper al grupo y castigar a los “culpables” de la revuelta, en especial, al alcalde de Lomas de Zamora, Martín Insaurrales; y su par de de San Martín, Gabriel Katopodis, quien se convirtió en el armador principal de su amigo Florencio Randazzo.
Mientras la interna bonaerense concentra el interés de los medios, esta semana ocurrió la 1ra. reunión de Gobernadores peronistas luego de varios meses, sin la presencia de las autoridades del Consejo Nacional del Partido Justicialista y respondiendo al llamado del cordobés Juan Carlos Schiaretti, aunque el anfitrión fue el enterriano Gustavo Bordet, que por estas horas, estaría negociando una alianza provincial con el massismo.
En contra de lo que algunos suponen, no se trató de gobernadores amigos del Gobierno, sino de aquellos que no tienen interés en darles lugar al kirchnerismo en sus provincias o que siguen teniendo a Cristina Fernández como su líder político. Es m ás, uno de los temas que se habló era sobre el futuro del peronismo y hubo consenso que el próximo candidato a Presidente de la Nación debe ser un Gobernador peronista, lo que deja fuera de carrera a la ex Presidente de la Nación.
Si bien estuvo presente en el encuentro el vicegobernador de Santa Cruz, Pablo González, no se habló de la situación de su provincia ni de las negociaciones que lleva adelante Alicia Kirchner con el Gobierno Nacional, otro síntoma de que el grupo de 7 gobernadores peronistas le está comenzando a dar la espalda a Cristina Fernández.
Quedaron fuera de la reunión el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que por esa hora estaba almorzando con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en su provincia; y los gobernadores de Formosa, Santa Cruz y La Pampa, respectivamente, Gildo Insfrán, Alici a Kirchner y Carlos Verna; los dos primeros, ultrakirchneritas; mientras que el pampeano es un duro antimacrista que quiere lanzar un proyecto presidencial propio.
Sergio Massa también tiene que enfrentar sus propias internas. Luego de que José Manuel de la Sota anunció que no participará en la elección en Córdoba, el Gobierno avanza sobre el intendente de Salta, Gustavo Sáenz, una de las figuras locales que más votos aportó al Frente Renovador en 2015; y el randazzismo ha comenzado a buscar entre sus seguidores bonaerenses posibles deserciones.
Si bien el sindicalista Héctor Daer terminó por blanquear su salida del Frente Renovador, hace pocas horas, Felipe Solá confirmó que se mantendrá en el massismo. Los que ahora aparecen en duda son José Ignacio de Mendiguren, quien acaba de perder su sillón en la conducción de la Unión Industrial Argentina; y el economista Guillermo Nielsen, quien salió a despegarse del proyecto para reducir impuestos para bajar los precios (N. de la R.: en la interna, tampoco Roberto Lavagna estuvo de acuerdo con la iniciativa de su hijo Marco).
Pero quién, intentando defender a Massa puso en blanco y negro el problema que enfrenta hoy el titular del Frente Renovador fue el sindicalista Facundo Moyano, quién aseguró que no tiene intenciones de dejar el massismo “pese a la baja en las encuestas”. Y este es hoy el mayor argumento que levantan los randazzistas que intentan sumar massistas a sus líneas: la caída en la intención de votos que tiene el FR.
Pero el Gobierno también tiene sus graves problemas con sus aliados de la Unión Cívica Radical que no están aceptando los armados políticos que les presenta el PRO en las provincias donde gobier nan (Mendoza), cogobiernan (Santa Fe) o son la principal oposición (Córdoba y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Desde que llegó al poder en la Nación, en la Provincia de Buenos Aires o en la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, el macrismo ha dado porciones ínfimas de poder a sus socios radicales. Esta mezquindad es devuelta en Córdoba, Mendoza, Santa Fe y la propia Ciudad de Buenos Aires donde los radicales o decidieron enfrentar al PRO a nivel distrital con otros aliados o le dan espacios secundarios en las listas nacionales y provinciales.
Es notable la incapacidad que tiene la Casa Rosada para imponer condiciones a sus aliados radicales, que no sólo dan prioridad a sus armados locales (como en Santa Fe y Mendoza) o a proyectos políticos para tomar los distritos en donde son la principal oposición al peronismo o al propio macrismo (como Córdoba o Ciudad de Buenos Aires).
Todavía falta un mes para que cierre la presentación de las listas y poco más de una semana para que finalice la posibilidad de hacer cambios en los padrones electorales, por lo cual, muchas sopresas se pueden llegar a ver en las próximas semanas. Sin embargo, una tendencia se visualiza: los proyectos personales se imponen a las necesidades de las alianzas o las agrupaciones y aunque todos hablan de Octubre, trabajan para el 2019.
Faltan muchas traiciones, “garrochazos” y extrañezas por ver hasta el cierre de listas. Recién entonces, con un poco de suerte y viento a favor, los políticos comenzarán a pensar en el votante, para seducirlo, no para ponerse a solucionar sus problemas. Hay cosas que nunca cambian…
 

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