El problema de los talles grandes se soluciona con un click

Federico Fernández
Senior Fellow del Austrian Economics Center (Viena, Austria). Presidente de la Fundación Internacional Bases (Rosario, Argentina). Premio
a la Libertad 2005, otorgado por la Fundación Atlas para una Sociedad Libre.

La Nación publica hoy una nota sobre la “odisea” que puede resultar comprar ropa para
personas que necesitan talles grandes.
Cuentan el caso de
una modelo plus size, Brenda Mato, que en febrero pasado salió a comprar ropa a
su shopping habitual y no pudo encontrar ninguna prenda que le quedara bien. El
resultado, como protesta, se sacó una foto con lo que pudo conseguir en el
shopping ese día. Se sacó una foto con nada.
En la misma nota, MoniqueThiteuxAltschul,
directora de la asociación Mujeres en Igualdad (MEI), explica el devastador
impacto que tiene la falta de talles para chicos adolescentes:
"Salen a comprar
ropa porque tienen una fiesta, por ejemplo, y a muchos les puede ocurrir dos cosas:
no consiguen nada que les ‘entre’ y regresan a sus casas deprimidos,
discriminados; o se compran un talle que les queda chico y dejan de comer por
varios días con la ilusión de adaptar sus cuerpos a la prenda".
Tanto ThiteuxAltschul
como Mato militan en favor de una “Ley Nacional de Talles”. Y, por su parte, la
diputada Victoria Dondaha presentado un proyecto en el Congreso Nacional para que se apruebe tal iniciativa.
Parece que las chicas
no están informadas que este problema ya ha sido resuelto por la sociedad civil
a través de las herramientas de mercado.
Por supuesto me van a
decir, “¿pero cómo, si voy al shopping y no hay nada que me entre?”.
Bueno, eso pasa porque
la Argentina es un país adonde la “industria nacional” está ultra protegida.
Justamente, el mercado, en Argentina, no funciona nada bien.
Dejar pasar
La solución óptima
para el problema de la falta de talles es la de abrir la importación y permitir
la competencia en el sector textil.
Pensemos por un
instante.
Hay muchos motivos
por los cuales una marca de ropa produzca sólo un talle, o pocos tales. Puede
ser por un tema de escala del negocio hasta por el posicionamiento que le
quieren dar a la marca. Sea cual sea, están en todo su derecho de producir cómo
y lo qué les de la gana.
Ahora bien, de la
misma manera que los productores pueden hacer sus cosas cómo más les guste,
nosotros, los consumidores, deberíamos tener la mayor libertad posible de elección.
El gran problema de
Argentina es que en el sector textil, como en muchos otros, el productor no
está al servicio del consumidor. Hay tantas regulaciones, tantos aranceles,
tantas trabas que el productor termina “cazando en el zoológico”. En lugar de
obtener ganancias siendo eficiente y dejando contento a su comprador, lo puede
hacer cobrando precios exorbitantes y ofreciendo productos medio pelo.
Que la ropa en
Argentina sea más cara que en Chile, Estados Unidos o Alemania y que no se
puedan conseguir talles variados tienen la misma causa: la falta de competencia.
Pero hay una
excelente noticia: el mercado ya solucionó este problema. Sólo basta con
recorrer las webs de Macy’s oAmazon para inmediatamente darse cuenta de dos cosas. La primera, los precios
de casi todo son muchísimo más baratos. La segunda, ambas compañías tienen
líneas “Plus Size” (talles grandes) con toda la ropa que se pueda ocurrir. A
propósito, también tienen líneas de ropa “petite” para mujeres chiquititas.
A su vez, creo que
todos estamos de acuerdo con que el raquitismo de la industria textil argentina
no sólo tiene que ver con los talles. La oferta de ropa en el país es más bien
escasa. Pocas prendas y mínimas opciones son la norma. En Macy’s la cosa es
exactamente al revés. A veces comprar es “difícil” porque hay tantas variantes
que lleva un tiempo encontrar algo en medio de tanta abundancia.
Y por si fuera poco,
los talles regulares en los Estados Unidos son mucho más grandes que los de
Argentina. Por tanto, si sos “L” en Argentina, allá es muy probable que te
entre un “M” o incluso un “S”.
Esto se debe a que,
por un lado, en los EUA la gente es de una contextura más grande y, por el otro,
al “vanitysizing” por el cual muchas marcas etiquetan en un talle más pequeño del que en
realidad es.
Es increíble darse
cuenta que precios bajos, oferta exorbitante, colecciones plus size y talles
que te levantan un poquito la autoestima se deben exclusivamente a empresarios que tratan de servir a sus clientes en
un ambiente competitivo.
¿Necesitamos entonces
una ley de talles de Victoria Donda? Para nada. No se trata de legislar, sino
de comerciar. Dame apertura total de las importaciones y del comercio
electrónico. Con eso, la falta de talles grandes se soluciona con un click en
Amazon. Dejemos que pasen los bienes y el problema de los talles grandes se
arregla inmediatamente.
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