Venezuela: Bolívar sin valor
César Yegres Guarache

Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve




Entre el mar de  calamidades que padecen los venezolanos en la actualidad, una de las más graves es la acelerada pérdida de poder de compra del bolívar, la moneda bautizada en honor al líder de los movimientos independentistas en una porción de América del Sur  a principios del siglo XIX.  En efecto, desde hace varios años, la tasa de inflación anual en Venezuela se ubica entre las primeras del mundo, destacando especialmente los 3 últimos años cuando ha alcanzado los 3 dígitos, superando cada año su récord previo. Pero no siempre fue así.
 
Luego de que Venezuela se convirtiera en uno de los actores principales del mercado petrolero mundial desde el primer cuarto del siglo XX, su moneda adquirió tal estabilidad y poder de compra sostenidos en el tiempo que algunos autores afirman que fue considerada como parte de la canasta de monedas estables que servirían de soporte a una hipotética unidad de cuenta internacional planteada por el naciente Fondo Monetario Internacional en las postrimerías de la II Guerra Mundial. Desde 1950, cuando se inician las mediciones de las variaciones de los precios en Venezuela y durante poco más de dos décadas, la tasa de inflación promedió entre 1,2% y 1,5%. En la década de 1970 hubo unos primeros brotes y se alcanzó por primera vez una tasa de 2 dígitos anuales, pero no es sino en la década de 1980 que Venezuela pierde toda estabilidad monetaria y cambiaria, entrando en una espiral de la cual no parece salir, que ha mantenido la tasa anual en un mínimo de 2 dígitos desde 1986 y que se ha exacerbado desde 2012. 
 
En relación directa -y como muestra de la destrucción institucional que también se ha observado en Venezuela- es oportuno destacar la pérdida de autonomía de su Banco Central, violentando los principios de la Constitución de 1999, que lo definen como un organismo autónomo, encargado de defender el poder de compra interno y externo del bolívar, de emitir información y recomendaciones periódicas e impedido de financiar déficits fiscales. El único modo de romper con esta trágica tendencia empobrecedora y rescatar a la institución monetaria es la aplicación de un programa integral de ajuste económico, como parte de una necesaria transición política. 
 

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