Fundación Atlas 1853

El mal hablar

Eloy Soneyra

Doctor en Psicología de la Universidad de Belgrano especializado en Calidad y Factor Humano. Es autor y editor de libros como: “Gerencia y Excelencia, Calidad de la A a la Z” (el primer diccionario enciclopédico de la calidad y la gerencia en el Mundo), “Autodiagnóstico de la Gestión empresaria” (primer sistema cuantificado con las Bases del Premio Nacional a la Calidad). Director Ejecutivo del Estudio Soneyra, organismo destinado a la Psicología Aplicada a la Clínica y a asesorar a personas de empresas sobre Calidad y Factor Humano. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010).

“El mejor amigo es el que avisa a su amigo cuando se extravía”, decía Tomás Van Erpen, orientalista holandés.Por tal motivo y por apoyar la conducción gubernamental desde el Poder ejecutivo, escribo el presente por considerar inconveniente que el presidente Macri,en su arenga en Mendoza el pasado viernes 21,dijera“saquemos a patadas” a los que con la droga anulan a nuestros jóvenes, acompañando esa forma con una palabra burda e innecesaria (“hacen m…..a nuestros jóvenes”) poniendo la solución en la fuerza bruta y no por la ley que asegure a las víctimas que el delincuente primero será aprendido, en segundo lugar juzgado y por último que cumplirá la pena. Y agregamos qué otra cosa debe un líder como gobernante hacer que ante todo gobernarse a sí mismo,para no dar lugar al autoritarismo que nace de malas ideas y mal lenguaje, como lo recuerda Confucio en este diálogo:

- Maestro, si lo dejaran gobernar cuál sería su primer acto

- Ciertamente sería corregir el lenguaje.

- ¿Por qué?

- Porque si el lenguaje no es correcto, entonces lo que se dice no es lo que se quiere decir; si no se quiere decir lo que se dice, entonces lo que se debe hacer queda sin hacerse. Si esto queda por hacerse, entonces se deterioran la moral y las artes. Si la moral y las artes se deterioran, se pierde la justicia y la gente cae en la más completa confusión. Por lo tanto no debe existir arbitrariedad en lo que se dice. Esto es más importante que todo lo demás”.

Postura que también sostiene Trostsky al decir: “La corrección y precisión en el lenguaje es condición indispensable de un pensamiento recto y preciso”

Mal hablar que no puede darse desde el gobernante, por ser sobretodo un pésimo ejemplo a la juventud y a la ciudadanía, adoctrinada en “alpargatas sí, libros no”.