Inflación, inseguridad, gasto público
Eloy Soneyra
Doctor en Psicología de la Universidad de Belgrano
especializado en Calidad y Factor Humano. Es autor y editor de libros como:
“Gerencia y Excelencia, Calidad de la A a la Z” (el primer diccionario
enciclopédico de la calidad y la gerencia en el Mundo), “Autodiagnóstico de la
Gestión empresaria” (primer sistema cuantificado con las Bases del Premio
Nacional a la Calidad). Director Ejecutivo del Estudio Soneyra, organismo
destinado a la Psicología Aplicada a la Clínica y a asesorar a personas de
empresas sobre Calidad y Factor Humano. Mención especial, Concurso
Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de
su Nacimiento (1810-2010).
El gasto público debe ser reducido para permitir primero bajar los impuestos especialmente los que gravan
a la clase media y baja, como el impuesto a las ganancias que debió haber caducado
en 1937, y el impuesto a la cheque que debió haber perdido su vigencia el 31 de
diciembre de 2002. El impuesto al valor agregado IVA. En segundo lugar
acrecentar la posibilidad de ahorro e incrementar el comercio, y en tercer
lugar permitir que los productores de bienes y prestadores de servicios vayan
alcanzando competitividad en el mercado mundial.
Muchos candidatos y periodistas cargan sobre los
supermercados el costo de los alimentos, olvidando que un 42% de los precios
corresponde a impuestos, donde ese mismo
IVA lo paga tanto el rico como el pobre,
y esos legisladores nada dicen de bajar impuestos a los supermercados, y
al gasoil que usan los camioneros o al mismo peaje que tiene también una fuerte carga impositiva, a
la par de seguir espoliando al sector privado y hacerlo chivo expiatorio de la
inflación que carcome los ingresos de las clases media y baja, muy calladamente
incrementan sus dietas, montos por viajes, y
Una forma de reducir el gasto publico además de eliminar
los impuestos señalados, es dejar el Estado de atender al entretenimiento a de
los ciudadanos, como Futbol para todos, Tecnópolis requiere fondos estatales,
mientras que una sociedad como la rural, no. cuya semejanza con la Sociedad
rural
La otra vía de reduciré la gasto publico pasa por atender
a los ciudadanos en horarios semejantes a los privados de ocho horas diarias de
lunes a viernes y sábados 4 horas,. Aquellos empleados que no puedan cumplir
con ese tiempo de trabajo perderán el empleo (llamado en los primeros años de
1916 “supernumerarios” , cuyas peculiaridades no idoneidad para la tarea,
asignada, necesidad de esa tarea para el ciudadano.
Por esa vía todos los que no puedan cumplir con esa carga
horaria deberán dejar de integrar los planteles oficiales
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