Presupuesto 2018: El ajuste que no fue
Jeremías Morlandi

Economía (UBA). Asesor financiero. Responsabilidad Social Empresaria en RM Holding Funds.



El pasado 15 de Septiembre el Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, presentó en el Congreso el borrador del Presupuesto Nacional 2018. El Presupuesto, que prevé un gasto de casi 2,5 billones de pesos, afirma que “permitirá avanzar en la reducción de la pobreza, la generación de empleo, la implementación de un acuerdo productivo nacional, el desarrollo de infraestructura y el desarrollo humano sustentable.”
 
El proyecto inicia con un apartado que detalla el estado de la economía argentina, con un importante foco en las condiciones heredadas por el régimen Kirchner. Hace énfasis, en primer lugar, en el déficit fiscal (que proyecta en 6,1% del PBI para 2017 y 5,5% del PBI para 2018), en el gasto público y en su mala asignación dado que, en el caso de los subsidios al gas, electricidad, agua y transporte, el sector de más altos ingresos recibía el doble de subsidios que el sector de más bajos ingresos de la economía; y en segundo lugar, en los sobreprecios del gobierno anterior en las obras viales en comparación con los precios pagados por la actual administración, que de haberse evitado le hubieran ahorrado a los contribuyentes, entre 2012 y 2015, 2 mil millones de dólares.
 
Profundizando sobre el proyecto, se estima una recuperación real del PBI del 3% para el 2017 y de un 3,5% para el 2018. En el caso de la inflación, proyecta que el año en curso terminará en un promedio del 21% (superior a las metas del BCRA del 2017) y para 2018, una cifra de alrededor del 15%, aunque al mismo tiempo informa una insignificante baja de los aportes del Banco Central al Tesoro: 150 mil millones en 2017 contra 140 mil millones en 2018. Muy reducida la contribución a la baja de la inflación por el lado de la emisión monetaria. Con respecto al tipo de cambio, anticipa un dólar promedio de $19,3 para 2018. Además, prevé un aumento real del consumo privado 3,3%, un aumento de la inversión del 12%, un aumento de las exportaciones del 5,6% y de las importaciones del 6,8%.
 
En términos de déficit fiscal y gasto público, los gastos corrientes serán de 2,4 billones, lo que implica una caída del 13,2%, que se explica por una caída del 21% en los subsidios a la energía y del 5% en los subsidios al transporte. Al mismo tiempo, le otorga al Poder Legislativo Nacional un presupuesto de 20 mil millones de pesos y al Poder Judicial de 34 mil millones de pesos. Parece que, nuevamente, la política no ajusta. De hecho, 8800 millones de pesos se destinarán, en 2017, a las jubilaciones de privilegio de ex funcionarios del Poder Ejecutivo y, en mayor medida, del Poder Judicial. Ese número es 62% superior a lo que el presupuesto prevé recaudar en 2018 en concepto de Bienes Personales (5400 millones de pesos). Las empresas estatales por otro lado, aumentarán su déficit por un total aproximado de 4800 millones de pesos. Además, mantiene impuestos para financiar al INCAA y a otros entes, sobre los cuales la sociedad argentina se debe una seria discusión acerca de la importancia de los mismos o sobre si el Estado debería involucrarse siquiera en esas áreas. Vale mencionar el positivo aumento real del presupuesto destinado a la educación. Será del 22,3% ($37.130 millones de aumento).
 
Con esto tenido en cuenta, el Presupuesto del Sector Público Nacional proyecta para el ejercicio fiscal 2018 un resultado financiero negativo de $681.802,9 millones (-5,5% del PIB). El resultado primario, en tanto, alcanzaría un resultado negativo de $395.611,9 millones (- 3,2% del PIB). Sin embargo, en cuestiones de deuda, cabe hacer una aclaración. Si bien la deuda pública total de la Argentina (incluyendo a la deuda intrasector público) es de 317 mil millones de dólares y representa el 58,7% del PBI; la deuda pública total de la Argentina con el sector privado y organismos internacionales ascendería a fines de 2017 a 153.900 millones de dólares, equivalente a 28,5% del PBI. Chile tiene esa relación deuda externa/PBI del 24,5%, la de Brasil del 81% y el promedio de la región es de alrededor del 41%. No obstante, aproximadamente 3 de cada 4 pesos de deuda emitida en el mercado desde diciembre 2015 tuvieron por objetivo pagar deudas heredadas. A pesar de esto, el gobierno debería establecer la confianza suficiente para poder emitir deuda en moneda local en vez de deuda en dólares.
 
Este Estado elefantiásico y deficitario conlleva a los contribuyentes a una presión tributaria enorme que no fomenta ni la formalidad, ni la inversión, ni mucho menos la creación de empleo a largo plazo. De hecho, de los ingresos totales del Estado, el 92,3% son impuestos, siendo los más importantes, el IVA, Ganancias y el Impuesto a los Débitos y Créditos. Resulta difícil creer que, a pesar de los importantes avances que ha hecho la gestión de Mauricio Macri desde su asunción, se podrán cumplir las metas fiscales, que prevén bajar el déficit primario 1% del PBI por año, y a la vez reducir la presión tributaria con un gasto que es cada vez más insostenible. Un dato preocupante que arroja el presupuesto es que entre la gente que recibe planes sociales, jubilados, pensionados y empleados públicos se concentran aproximadamente 29 millones de personas. Eso representa casi el 70% de la población. Esto significa que el 70% de la población no es libre, ya que dependen todos los meses del dinero que cobra del Estado. Libertad es depender de uno mismo y de su propia capacidad y no de la generosidad, voluntad o capricho del gobernante de turno.
 
Es evidente que ese modelo no es sostenible a largo plazo y que solo vamos a salir de esta situación si volcamos a parte de esa gente, que depende del sector público, al sector privado. No obstante, la única manera de lograr eso es eliminar las regulaciones y leyes laborales fascistas, los impuestos innecesarios y las barreras arancelarias. Solo así generaremos las condiciones necesarias para que se pueda invertir en Argentina, lo que va a significar mejor infraestructura, más tecnología, mejor calidad de vida y sobretodo, y lo más importante, menos pobreza.
 
 

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