Cristo y la pobreza
Gabriel Boragina

Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas. Egresado de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas). Autor de numerosos libros, entre ellos: La credulidad, La democracia, Socialismo y Capitalismo, La teoría del mito social, Apuntes sobre filosofía política y económica, etc. como sus obras más vendidas.



La cuestión de que Nuestro Señor Jesucristo exaltó la pobreza hasta el punto de convertirla en una “virtud” cristiana esta tan difundida que creo que valdrá la pena decir algunas cosas a este respecto, ya que para todo creyente no es un asunto menor. Si realmente Cristo quiso decir que la pobreza era una “virtud cardinal”, poseer algo que otro no posea seria pecaminoso y, por lo tanto, desde el ángulo cristiano, condenable. Desde el catolicismo, no han sido pocos los Papas y dignatarios eclesiásticos que se han pronunciado en este sentido. Por eso, más allá de sus opiniones, será necesario volver a las fuentes, y tratar de desentrañar el pensamiento original de Cristo sobre este tema, para lo cual el mejor método es recurrir a los documentos que registran lo que el mismo Señor dijo sobre el tema.
Veamos las veces que Jesús habló de la pobreza y en que contextos lo hizo, y tratemos de descubrir que fue lo que quiso decir en cada caso:
(Mat 5:3) Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
Hay consenso entre los autores que no se alude aquí a la pobreza material sino a una actitud de humildad, modestia, etc.
(Mat 11:5) los CIEGOS RECIBEN LA VISTA y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los POBRES SE LES ANUNCIA EL EVANGELIO.
Puede referirse a la pobreza material o espiritual. No se dice que los pobres serán ricos, aunque el Evangelio también habla de prosperidad material en otras partes.
(Mat 19:21) Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme.
No se le dice que les de todo a los pobres, tampoco necesariamente habla de regalárselo. Pero aun así se interprete que debería donárselo no se infiere que deba ser todo, sino parte. Tampoco se dice cuánto de esa parte. Lo central es la actitud y no la cuantía. Esto es lo que Cristo le exige al joven rico.
(Mat 26:11) Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.
La solución no es darle todo a los pobres, porque siempre los habrá entre nosotros. Si damos todo a los pobres ellos dejaran de ser pobres y pasaremos nosotros a serlo. Y no puede ser eso lo que Cristo este enseñando. Pura lógica.
(Mar 10:21) Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
No le dice que venda TODO cuanto tiene. El “dar” puede entenderse como poco, mucho o todo. Pero no necesariamente se exige que sea todo. En lo demás, ver nuestra glosa a Mat 19:21.
(Mar 14:7) Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros; y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.
No dice que siempre les debemos hacer bien, sino cuando queramos hacerlo. Nos permite elegir. No pide una conducta constante, continua y permanente de dar. Hacerles bien también ha de interpretarse como darles cosas no materiales, por ejemplo, trabajo, educación, conocimientos que los ayuden a salir de la pobreza.
(Luc 6:20) Volviendo su vista hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
Incluye a la pobreza material y espiritual. Dado que Lucas no fue discípulo directo de Cristo ni lo conoció en persona, conforme el mismo lo explica al comenzar a escribir su Evangelio destinado a Teófilo (al contrario de Mateo que si lo fue) el texto de Mateo es más fidedigno, y debe reflejar mejor las exactas palabras de Cristo. Si este fuera el caso, la referencia sigue siendo a la pobreza espiritual del que se humilla ante Dios y se desprende interiormente de los bienes de este mundo en pos de Cristo.
(Luc 14:13) Antes bien, cuando ofrezcas un banquete, llama a pobres, mancos, cojos, ciegos,
Se refiere aquí a la pobreza material. La enseñanza sigue siendo el “dar”, no necesariamente siempre, ni gratuitamente, ni todo, como explicó el propio Jesús en Mar 14:7.
(Luc 18:22) Cuando Jesús oyó esto, le dijo: Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme.
Puede interpretarse como “todo lo que tienes y no usas, o no necesitas y, de ello, reparte entre los pobres”. Tampoco se dice que reparta todo entre los pobres. Lo que se pide es una actitud del corazón, de desprendimiento material. Los mismos discípulos y apóstoles de Cristo llevaban cierto dinero en sus alforjas para sus necesidades materiales (comprar comida, etc.)
(Luc 19:8) Y Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo restituiré cuadruplicado.
Zaqueo no promete dar todo, sino la mitad. Y Cristo -que estaba presente y escuchándolo- lo felicitó, y le respondió que se había ganado el cielo por haber dicho esto.
(Jua 12:6) Pero dijo esto, no porque se preocupará por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella.
Al margen de que Judas era ladrón y traidor, este pasaje demuestra que los apóstoles de Cristo tenían dinero, no vivían en la más absoluta indigencia. Si la pobreza material fuera un valor cristiano no se compadece con dicha doctrina el hecho de que los apóstoles tuvieron dinero.
(Jua 13:29) Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero, Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta, o que diera algo a los pobres.
Se daba algo a los pobres, no todo. Si se diera todo no habría para la fiesta ni para nada. Y dada la cantidad de discípulos de Cristo (que superaban a los 12 apóstoles) los gastos para las fiestas no serían por cierto menores.
Esto es todo lo que dijo Jesús (y sus discípulos) en cuanto a los pobres y la pobreza. Quise limitarme a las palabras del propio Jesús para citar una fuente genuina y directa, y no a comentarios de otras personas que no fueran el propio Jesús, o sus discípulos.
 

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