¿Qué pasó?

Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
El domingo 22 de octubre, hace menos de 2 meses, Cambiemos
hizo una memorable elección. Del escaso 2,8% de diferencia que le ganara en las presidenciales al FPV,
Siocili-Zannini en 2015, a pesar del ajuste, de los innumerables errores
cometidos (siempre reconocidos), del interminable gradualismo, de Maldonado y
de tantas cosas más, el mapa del país se tiñó de amarillo.
Y desde hace unos días lo único que se escuchan son quejas.
Pero no solamente quejas de los opositores, que son esperables, quejas más
virulentas de parte de aquellos que los votaron y esperaban otra cosa del
gobierno. Las peores diatribas son contra Macri. En un país acostumbrado, salvo
raras ocasiones, a los caudillos de mano dura, esta democrática y respetuosa
república, desconcierta.
Macri no encarcela a todos los RAM, a los que deben ser
encarcelados y ni a los demás. Olvidamos que Argentina es una nación federal,
que las provincias tienen autonomía y se manejan por su cuenta. En particular
olvidamos que somos una República y en las repúblicas la base de las mismas son
la división de poderes. Macri no puede, no debe inmiscuirse en el poder
judicial. Aunque quisiera.
El terrible problema del ARA San Juan, hundido en las
profundidades del mar, no es responsabilidad directa de Macri, más bien del
gobierno K que asignó $100 millones para su puesta a punta de medio término (30
años). Tanto Cristina como el entonces ministro de defensa, Rossi, mayo 2014,
dieron públicamente por hecho, los próximos 30 años de vida del submarino. No
ha sido así.
Macri debería pedirle respuestas a su ex ministro de
Cambiemos de defensa, Martínez, al jefe de la Armada y a todos a los que
dejaron partir al ARA San Juan sin revisarlo a fondo, cuestión de no poner en
peligro la vida de los tripulantes. Pero no se hizo. Y a esta altura ya sabemos
que la corrupción, mata. ¿Se gastaron los $100millones en el arreglo del ARA
San Juan? Dependía de los K, había que desconfiar.
El ejecutivo quiere hacer pasar en extraordinarias y antes
de fin de año (las ordinarias van desde el 1/3 hasta el 30/11), las reformas
que planteó después de las elecciones. En extraordinarias se tratan solo lo que
propone el ejecutivo. En el tema
laboral, tema difícil, arduo en Argentina, la gran queja es que los Moyano no
lo aceptan, aunque la CGT, sí. Pero que la CGT acepte es un logro mayor, todos
los gobiernos anteriores fallaron ante cualquier tipo de reforma laboral. Esta
es pobre, escasa, no alcanza, pero por algo se empieza.
Ya están en la cárcel Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi,
Lázaro Báez, José López, Amado Boudou, Julio De Vido. Los votantes de Macri
gritan que el poder judicial no se mueve. Que es muy lento, lo que es cierto,
pero es el horrible sistema que tenemos y que debe cambiar. Ayer, 7/12, el juez
Claudio Bonadío dictó el procesamiento y prisión preventiva de todos los
implicados en la denuncia del fiscal Nisman, asesinado durante el gobierno K
(18/1/2015).
Ya están detenidos Luis D´Elía, Khalil “Yussuf”, Héctor
Timerman (en su casa por enfermedad), Carlos Zannini Oscar Parrili, Andrés
Larroque, Fernando Esteche (ex Quebracho) y siguen los nombres. Y la frutilla
del postre, Cristina Fernández de Kirchner, que ya juró como senadora, entonces
el juez pide que sus colegas del senado le quiten los fueros. Ahora nos
quejamos de que es un exceso. ¿Y por qué
el juez lo ordenó cuando ya juró y no dos meses antes de tener fueros? ¿Macri
lo ordenó?
Macri es responsable de la lentitud del poder judicial,
hasta las elecciones, y de la velocidad supersónica del mismo después de las
elecciones. ¿Por qué no pide que le saquen los fueros a Cristina ahora durante
las extraordinarias? Simplemente porque no le compete. Porque el ejecutivo no
puede ordenarle al legislativo que haga algo que le compete solo al
legislativo. El tema es: “palos porque bogas y porque no bogas, palos”.
El senado aceptó la jura como senador (una vez más) de
Carlos Menem que ya tiene 2 condenas en 2ª instancia, le queda solo la Corte
Suprema, y nadie pide que se le quiten los fueros. Cristina ni siquiera ha sido
juzgada, menos aún condenada. Y no importa lo que pensemos nosotros, Lilita
Carrió, el quiosquero de la esquina o Macri, esto le compete al poder judicial
y al senado.
¿Será que este caos que no conforma a nadie y parece estar
profundamente desordenado, significa vivir en una democracia que respeta la
división de poderes? De ser así, a pesar de todos los pesares que estamos
pasando, a pesar de que no suceda lo que queremos que suceda y a la velocidad
que le exigimos, si esto es vivir en una República que se precie de serlo,
¡bienvenida sea!
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