Lo que Trump debe hacer en Venezuela
Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald/el Nuevo Herald. Fue miembro del equipo ganador del Premio Pulitzer, y ha recibido el Premio Ortega y Gasset, Premio Rey de España y el Emmy.
Estimado Presidente Trump, si usted está
tan preocupado por la tragedia de Venezuela como lo afirma estar, hay varias
acciones concretas que podría tomar para ayudar a restablecer la democracia
allí. Permítanme citar cinco de ellas.
En primer lugar, instruya al Secretario de Estado, Rex
Tillerson, de que monte una ofensiva diplomática para aprobar una resolución en
la Organización de Estados Americanos que declare ilegítima la farsa electoral
montada por el dictador venezolano Nicolás Maduro para el 22 de abril.
Aunque el secretario general de la OEA, Luis Almagro,
ha dicho en repetidas ocasiones que las elecciones venezolanas serán una broma
–entre otras cosas porque Maduro ha prohibido la participación de los
principales líderes de la oposición– es solo su opinión personal. No tiene el
peso político de las resoluciones de la OEA como una organización
internacional.
La OEA estuvo a punto de aprobar una resolución que
condenaba a Venezuela en su reunión de junio de 2017 en Cancún, México, pero
perdió por tres votos. El resultado se debió en gran parte a que el gobierno
que usted preside no puso mucho peso diplomático detrás de la propuesta.
Tillerson ni siquiera asistió a la reunión, sino que envió a un funcionario de
menor rango.
Esta semana, el Grupo de Lima, que incluye
a México, Brasil y Argentina, aprobó una nueva declaración objetando la farsa
electoral de Maduro. Fue un paso adelante, pero el Grupo de Lima no tiene el
peso institucional de la OEA.
La única manera de construir un caso para aplicar la
Carta Democrática de la OEA contra el régimen venezolano, que podría llevar a
sanciones regionales contra Venezuela, sería aprobar una resolución en la OEA
declarando ilegítima la elección del 22 de abril. Diplomáticos latinoamericanos
me dicen que hay un nuevo proyecto de resolución de la OEA a tal efecto,
respaldado, entre otros, por México, Brasil, Canadá y Argentina.
Señor presidente, ¿hará su gobierno un esfuerzo serio
para ayudar a que se apruebe esa resolución? Tillerson hasta ahora no ha
asistido a una sola reunión de cancilleres de la OEA sobre Venezuela. Eso ha
enviado un mensaje a la comunidad diplomática de que su gobierno habla mucho
sobre Venezuela, pero es puro teatro político para consumo interno en Estados
Unidos.
En segundo lugar, señor presidente, asista a la Cumbre
de las Américas del 13 de abril en Lima. Si usted no va, como muchos temen,
será el primer presidente de Estados Unidos que no asiste a estas cumbres
hemisféricas desde que comenzaron en Miami en 1994.
Además, los latinoamericanos recordarán su comentario
de que El Salvador y Haití son “países de mierda”, y sus frecuentes comentarios
racistas sobre México. Concluirán que usted mira a la región con desprecio, y
que realmente no le importa Venezuela.
Tercero, trate de convencer a uno o más países
latinoamericanos para que soliciten una investigación formal de la Corte Penal
Internacional sobre los crímenes de lesa humanidad de Maduro. La fiscal de la
CPI abrió recientemente una investigación preliminar contra Maduro, pero
tendría que iniciar una investigación formal si algún país miembro lo solicita.
Cuarto, señor presidente, pida que se dé a conocer la
información de Estados Unidos sobre los sobornos de la firma constructora
Odebrecht a altos funcionarios venezolanos. El Departamento de Justicia divulgó
en 2016 que Odebrecht pagó $98 millones en sobornos a altos funcionarios
venezolanos, pero desde que usted asumió el gobierno no se informó más sobre el
tema.
Quinto, ponga fin a los absurdos rumores que circulan
en Venezuela de que usted está a punto de lanzar un ataque militar para
derrocar a Maduro. Eso no hace más que darle munición propagandística al
régimen de Maduro y debilita a la oposición interna de Venezuela.
Usted ni siquiera ha logrado un consenso dentro de su
gobierno para cortar las importaciones de petróleo de CITGO de Venezuela. Dejar
hablar sobre una acción militar que no existirá es irresponsable y
contraproducente.
Resumiendo, señor presidente, usted merece crédito por
ampliar las sanciones individuales del gobierno de Obama contra altos
funcionarios venezolanos. Pero, a pesar de su discurso duro sobre Venezuela,
debe tomar acciones diplomáticas concretas, o será visto como un charlatán.
Publicado en El Nuevo
Herald.
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