Macri supo invadir la isla de Gilligan
Humberto Bonanata

Director de Notiar. Premio a la Libertad 2012, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



Cuando el comando ejecutivo de Cambiemos planeaba su finde corto en Chapadmalal como “retiro espiritual” Mauricio Macri sólo tenía en su mente dos temas a resolver: la inflación del 20% que todos los analistas proyectan para 2018 y las puteadas de Jorgito Triaca con su doméstica.
 
El paro salvaje de Sergio Palazzo en nombre del gremio bancario y el fracasado “aluvión zoológico” proyectado por Hugo Moyano para el miércoles en defensa propia ante las seis causas judiciales abiertas que le pronostican una vejez incierta, no eran problemas inmanejables para el presidente de la Nación.
Hasta que “El País” de España publicó la tenencia accionaria de Valentín Díaz Gilligan en una sociedad no denunciada en su declaración jurada en la Argentina sobre una sociedad radicada en el paraíso fiscal de Andorra, con domicilio en Panamá, relacionada con el mundo futbolístico por la que el soberbio funcionario sólo argumentó en su defensa una autoincriminación: ser prestanombre o “testaferro” de su amigo uruguayo Francisco “Paco” Casal para encubrirlo en sus evasiones impositivas.
Si la justicia argentina toma “in pectore” lo declarado por el defenestrado subsecretario general de la Presidencia de la Nación, un cúmulo de delitos en concurso real caerá sobre su futuro procesamiento.
Fue la aguja que “pinchó” la pelota playera frente a la estudiantina presidencial que siempre dio sus frutos sobre tareas incumplidas y a cumplir.
Esta vez, Marcos Peña ejerció su poder sustituto más que nunca.
Supo bajarle el pulgar al medir las consecuencias mediáticas de la disfunción del funcionario de marras.
Díaz Gilligan estaba condenado al ostracismo político al promediar el encuentro marítimo.
Al que sólo tres personas concurrieron con la tranquilidad de los deberes hechos y uno de ellos, como se ha visto en las fotos difundidas por prensa de presidencia, tan cómodo como cuando participaban de encuentros entre amigos del Cardenal Newman, pasaban de la niñez a la adolescencia, de la adolescencia a la pubertad, así a la juventud y posteriormente a la madurez.
Pablo Clusellas, Secretario Legal y Técnico pero amigo de íntima confianza de Macri, estaba cómodamente sentado a la izquierda presidencial con su birome en la mano izquierda también –porque es zurdo en su forma de escribir- acompañaba y supervisaba la gestualidad de los alumnos (ministros) concurrentes al examen marítimo.
Los dos viejos “brothers” del Newman se juntaban nuevamente para protegerse…
Entremezclados de los “alumnos exponenciales” estaban los dos pilares legislativos de Cambiemos: Mario Negri y Luís Naidenoff, ambos legisladores de la Unión Cívica Radical.
Faltaba con aviso y para tranquilidad de todos la tercera pata de la conjunción política gobernante: Elisa María Carrió.
Luego del “tirón de orejas” para “Jorgito” Triaca y de las reiteradas inquietudes presidenciales sobre una economía que no sabe, no puede o no quiere destruir el cáncer inflacionario (como lo hizo Perú al bimonetarizar su economía), Macri sabía que Triaca era el mejor Ministro de Trabajo con quien podía contar –en fidelidad personal y diálogo intersindical-, que al cáncer económico le propusieron calmarlo con cuatro dosis diarias de Klosydol y que el dueño de la isla debía abandonara sopena de invasión presidencial.
Resta esperar que la marcha en defensa judicial de Moyano sea controlada por sus propias fuerzas de choque, tal lo acordado con las autoridades de la ciudad de Buenos Aires para que nuestra casa grande siga siendo tan bella como antes que las fieras se apropien de sus calles.
La tropa regresó a casa sin fotos playeras como el año pasado.
Como en todo año electoral lo que no se hace se paga el próximo con votos en contra.
Y en 2019 los argentinos decidiremos si continuamos con el cambio estructural necesario para escribir la historia del futuro de nuestros hijos o si volvemos a caer en el mar de cocodrilos hambrientos que representa un peronismo sin conducción política que espera volver con la única consigna que lo gestó con el golpe fascista del 4 de junio de 1943 al mando del Cnel. Juan Perón: el poder por el poder mismo.
La rendición de Gilligan demuestra que estamos cambiando…
 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]